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Construcción con madera, una oportunidad para las economías regionales

El acuerdo firmado entre sector público y privado es solo el comienzo del trabajo que hay que hacer

27 septiembre de 2017

Por Pedro Reyna Secretario general de la Federación Argentina de laIndustria Maderera

y Afines (FAIMA) y miembro del comité ejecutivo de la Unión Industrial Argentina (UIA)

& Leandro Mora Alfonsín Director ejecutivo de la Federación Argentina

de la Industria Maderera y Afines (FAIMA)

Si bien en el mundo es usual la utilización de madera en la construcción no sólo de casas, sino para torres de departamentos, edificios públicos u otros ejemplos como aeropuertos (Barajas en España) o museos (Metz en Francia), en Argentina se ha observado una histórica dificultad para la consolidación de este material en la construcción. Eso implica una subutilización de un recurso renovable en un país con 1,2 millones hectáreas forestadas y una cadena forestoindustrial desarrollada a múltiples niveles. En el día de ayer se firmó el Acuerdo para la Promoción de la Construcción con Madera entre los Ministerios del Interior y Obras Públicas, Agroindustria y Producción; la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) y sus cámaras asociadas por parte del sector privado; bancos y sindicatos. El acuerdo establece que al menos el 10% de las viviendas financiadas por la Subsecretaria de Desarrollo Urbano y Vivienda serán construidas con madera. Y las entidades financieras que adhieren al acuerdo incluirán a las viviendas con madera en igualdad de condiciones para el acceso a créditos hipotecarios. Es decir, un verdadero puntapié inicial. Ahora bien, ¿cuál es el impacto y la importancia de construir con madera?

El uso de madera en la construcción aporta opciones a desafíos estructurales que tiene Argentina e implica una oportunidad para las economías regionales de nuestro país, fundamentalmente las del NEA y el NOA, históricamente rezagadas del circuito productivo nacional.

Argentina enfrenta un déficit habitacional que alcanza al 25% de los hogares (casi 3.500.000). En el NEA, este déficit supera el 50% de los hogares y en el NOA, el 40%. Construir con madera ofrece soluciones habitacionales de calidad óptima y certificada, ecológicamente sostenibles, que insumen menores tiempos de construcción (una vivienda se construye en una semana), menor consumo energético y a menores costos que los sistemas de construcción húmeda tradicionales. Mientras la construcción húmeda tradicional promedia un costo US$ 900 por m2, la construcción en madera oscila entre US$ 600 y US$ 700 por m2. A su vez, el costo energético de construir en madera alcanza los 750 mj/m3, notoriamente inferior al que insumen otros material como aluminio (1.100.000 mj/m3), acero (266.000 mj/m3) u hormigón (4800 mj/m3).

En el día de ayer se firmó el Acuerdo para la Promoción de la Construcción con Madera entre los Ministerios del Interior y Obras Públicas, Agroindustria y Producción; la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) y sus cámaras asociadas por parte del sector privado; bancos y sindicatos

Asimismo, el uso de madera en la construcción impacta de lleno en la generación de empleo y valor agregado en economías regionales, propiciando eslabonamientos en toda la cadena de valor. Como caso testigo, según datos de APICOFOM, la construcción de 5.000 viviendas de madera en la provincia de Misiones en los últimos seis años generó 2.414 puestos de trabajo formales directos. Las posibilidades que se abren para aserraderos de todo el país como proveedores de partes y piezas para la construcción en madera son amplias y de alto impacto regional.

Mayor construcción con madera implica mayor forestación y, a la vez, la utilización de un producto que mitiga la emisión de gases, previniendo el efecto invernadero. Un metro cúbico de madera retiene una tonelada de dióxido de carbono que nos e incorpora a la atmósfera.

El acuerdo firmado entre sector público y privado es solo el comienzo del trabajo que hay que hacer. A partir de ahora es el momento de las inversiones, capacitaciones, modificaciones sobre códigos de construcción en municipios, fortalecer el trabajo bajo normas y certificaciones y el control del cumplimiento de los términos acordados. Está en manos de los agentes económicos y las autoridades el aprovechamiento de una oportunidad que puede dar impulso al mercado interno, empleo y generación de valor de regiones rezagadas del país.

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