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El costo de no tener ferrocarril

Por el gran costo que tiene el transporte terrestre sobre las economías regionales más alejadas, es necesario dotarlas de mayor competitividad hasta que mejore la infraestructura

13 junio de 2017

Por Pablo F. Salvador Economista jefe de Fundación Ideal

La inversión en infraestructura es un pilar fundamental de la competitividad de un país. Las inversiones ferroviarias, viales, portuarias y aeroportuarias son factores estratégicos para competir en el mundo ya que los costos logísticos resultan sumamente relevantes en la ecuación que determina la rentabilidad y, en definitiva, el estímulo de la inversión privada.

Argentina disminuyó su desempeño logístico en los índices internacionales (del lugar 45 al 66) en la última década (IDL, Banco Mundial). Los mayores costos logísticos comparativos explican la caída en la competitividad y en las exportaciones regionales. Nuestro país se encuentra en el puesto 85 en el ranking de infraestructura de apoyo a la competitividad mundial sobre un total de 138 países, según el informe de Competitividad Global del World Economic Forum 2016-2017. Adicionalmente, los últimos años no han sido los  mejores para los exportadores locales, con una inflación promedio anual de 28% en los últimos 10 años y una presión fiscal asfixiante en torno al 40% del PIB.

El Gobierno ha dejado en claro que las mejoras de competitividad no vendrán por el lado del tipo de cambio. Si el tipo de cambio no parece ser la variable de ajuste, no resulta sorprendente escuchar los reclamos del sector empresarial pidiendo soluciones para los problemas logísticos que enfrentan las empresas hace ya varios años.

En la Fundación Ideal estimamos los costos logísticos que hoy enfrenta un exportador promedio en cada una de las regiones del país para llevar su mercadería al puerto del país de destino. Esto es, transporte terrestre desde origen hasta destino o hasta puerto de embarque, que incluye cargas generales con camión granelero o contenedor común y cargas especiales con refrigerados; transporte marítimo desde el puerto de origen hasta el puerto de destino; y otros gastos tales como los de agencia marítima, gastos portuarios, despacho de aduana y seguro. Estos costos representan entre 11% y 60% del valor FOB exportado, dependiendo de la región del país.

Este porcentaje está fuertemente influido por el valor del producto exportado. Los productos exportados por la región Pampeana y NOA, por ejemplo, son productos con una baja relación valor-peso, mientras que los productos exportados por las regiones de Cuyo y Patagonia son productos con una alta relación valor-peso. Asimismo, en regiones como Cuyo y NOA, lejanas a los principales puertos de la zona, los costos son mayores que en la región Pampeana. Los altos costos por kilogramo de la Patagonia están relacionados a que los principales productos exportados no pueden transportarse en contenedores comunes, sino que requieren refrigeración.

En las regiones más alejadas de los puertos, como NOA, NEA y Cuyo, cobra mayor relevancia el costo por transporte terrestre que el transporte marítimo, a pesar de que las distancias por tierra son mucho menores que por mar, quedando en evidencia las fallas de infraestructura que atraviesa la región.

Estas fallas de infraestructura alejan a nuestras economías regionales de los mercados internacionales. En Argentina los costos logísticos alcanzan los US$ 8.500 millones anuales. Tal es el peso de los costos terrestres sobre las economías regionales, que transportar productos en camión hasta el puerto de embarque es más caro que el flete marítimo hasta el puerto de destino. Adicionalmente, algunos gastos, como los portuarios, son tres veces más altos en Buenos Aires que en Valparaíso.

El Gobierno Nacional ha optado por mejorar la competitividad a través de reformas estructurales, mejorando la infraestructura y reduciendo la carga tributaria (postergada para el año próximo). La recomposición de los principales ramales productivos como son el Belgrano y el San Martín permitiría a las economías regionales reducir la participación de los costos logísticos en el valor del contenedor exportado, en promedio, dos puntos porcentuales.

Mientras llega?

Dada la fuerte carga que tienen los costos del transporte terrestre sobre las economías regionales más alejadas de los puertos, es necesario dotarlas de mayor competitividad hasta tanto se mejore la infraestructura. Desde Fundación Ideal analizamos una alternativa para reducir el peso de los costos logísticos que consiste en compensar parte del flete terrestre. El Banco Interamericano de Desarrollo sugiere que a partir de 400 kilómetros es aconsejable el uso del ferrocarril. Si los productores pagaran el flete terrestre hasta 400 kilómetros y el resto fuese compensado por el Estado, el peso de los costos logísticos se reduciría entre 4 y 8 puntos porcentuales, según la región. No se trata de eliminar la falta de competitividad natural que genera la distribución geográfica de las regiones productoras, sino compensarlas temporariamente por el atraso en inversiones necesarias para que éstas puedan comercializar sus productos en el exterior.

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