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El Gobierno, lanzado a que la economía le juegue a favor para las elecciones

El combo está armado para que, como suele decir un avispado operador político del Gobierno, “la gente no joda y nos vuelva a votar”

31 marzo de 2017

Queda cada vez más claro que el Gobierno está ponderando el factor electoral en la toma de decisiones. Reactivó la obra pública, se incrementó el déficit, se está creando más empleo, el dato de pobreza del Indec también le trajo cierto alivio y el dólar sigue regalado para que minoristas y empresas se dolaricen a piacere.

El combo está armado para que, como suele decir un avispado operador del Gobierno, “la gente no joda y nos vuelva a votar”. Claro que del otro lado del mostrador, léase la oposición, no hay prácticamente nada “potable” según el vocabulario elegido por la misma fuente macrista.

Sólo el delay de la recuperación económica, dicen en el oficialismo, les puede jugar en contra. Ni siquiera las marchas sindicales o de agrupaciones de DD.HH. pueden diezmar al Ejecutivo. Torpemente, o no tanto, estas movilizaciones estuvieron manchadas por el kirchnerismo, algo que en la lógica electoral (grieta mediante aún intacta) divide aguas y sigue jugando a favor de Cambiemos. “Que sigan diciendo que quieren que (Mauricio) Macri no termine el mandato. Que vayan con la remera de Cristina. Mejor para nosotros. Son los desestabilizadores de siempre, el peronismo en su faceta más dura y el kirchenrismo reciclado. Nos juega a favor que muestren qué tan antidemocráticos son”, decía -verborrágico- un operador político del macrismo.

Motores en marcha

Lo cierto es que los números muestran que el Gobierno ya está en plena campaña electoral. A principio de esta semana se publicó el resultado fiscal de febrero de 2017 que arrojó un déficit primario de $ 26.700 millones, una cifra que duplica el desbalance registrado en el mismo mes del año anterior. El dato más destacado es el fuerte crecimiento del gasto público, que voló 39,1% anual impulsado por la inversión que en sus distintas variantes (inversión directa y transferencias de capital) contribuyó con 13 puntos porcentuales de crecimiento.

Destaca un informe de la consultora Analytica que los números fiscales van en línea con los principales indicadores de obra pública: los llamados a licitación alcanzaron los $ 30.000 millones en el primer bimestre, 242% más que en 2016, a la vez que las ventas de asfalto al mercado interno y los despachos de cemento a granel subieron 118% y 9% interanual respectivamente en enero de este año. La recuperación de la construcción, asegura Analytica, es clave para la estrategia electoral, ya que la mayor parte de la obra pública se concentra en la provincia de Buenos Aires, región que perdió 15.000 puestos de trabajo registrados en el último año (llegó a perder 50.000 en la primera mitad de 2016)  la mayoría de ellos en construcción e industria.

Otro componente del gasto que registra un fuerte crecimiento y tiene el doble rol de reactivar la economía y mejorar el clima social antes de las elecciones es el gasto social. En el primer bimestre las jubilaciones y asignaciones familiares, treparon 44% y 76% respectivamente, muy por encima de la inflación que en febrero se ubicó en torno del 35%.

“Creemos que el sesgo expansivo de la política fiscal llegó en un buen momento. Si bien la actividad creció entre junio y diciembre sin estacionalidad, lo hace un ritmo menor al esperado; impactando en el mercado de trabajo y en la demanda de bienes de consumo”, afirma la consultora que dirige Rodrigo Alvarez.

A los propios

El guiño para la clase media viene también por los tan mentados créditos hipotecarios a 30 años que liderará la banca pública. En el mercado bancario se descontaba que el Nación, el Ciudad y el Provincia vayan a fogonear esta clase de líneas que empezarán a verse en abril. Pero hay cierto alivio en el Gobierno con que los “grandes bancos privados” ya dieron aviso que se sumarán.

Los que más clientes captan como Santander Río, que ahora se quedó con la cartera minorista del Citi, BBVA Francés (que había lanzado suculentas ofertas con millajes incluidos para captar a clientes indecisos del Citi y de otros bancos) y Galicia que sigue repuntando, dirán presentes en la iniciativa oficial. Pero no todo es color de rosa: hay un grupo de bancos que están “resistiendo” esta línea hipotecaria con argumentos no menores. “¿Qué pasará con la inflación en 30 años? Imposible saberlo. Hay un riesgo importante de que, como muestra la historia argentina, vuelva a repuntar la inflación y esos préstamos ajustables por UVA sean impagables. Preferimos la tasa fija”, confiesan desde un banco que seguirá con su menú de hipotecarios, excluyendo los UVA a 30 años. Algunos recuerdan que históricamente cuando hubo un desastre económico que impactó en la capacidad de pago de las familias, como en el 2001/2002, siempre se benefició al deudor en desmedro del acreedor. La famosa licuación de deudas, un clásico argentino.

En lo financiero, si bien no hay sobresaltos para el Gobierno, el Ministerio de Finanzas tiene que decidir qué hará con el megavencimiento del Bonar 2017. El 17 de abril pagará su úl

timo cupón de intereses y todo el capital a sus tenedores. Será el fin de la vida de un título emitido 10 años atrás y, en principio, le costaría al Gobierno algo menos de US$ 6.000 millones.

Luis Caputo sigue analizando realizar un canje de estos bonos por unos nuevos. El tema se filtró en las últimas semanas y eso enfureció al ministro. “Estamos evaluando la posibilidad”, dicen en Finanzas. Aún no definieron pero trascendió un dato que inquieta al mercado. En el mejor de los casos, estima Finanzas, el canje puede aspirar a obtener un nivel de adhesión del 30%. Esto significa que habrá más de US$ 4.000 millones que el Gobierno deberá salir a pagar contante y sonante.

Por lo pronto, para los que no acepten el canje y busquen alternativas donde volver a canalizar los dólares (si es que no los atesorarán) hay oportunidad de colocar ese dinero en títulos que rinden desde 4,6% anual, a plazos que parten desde los 3 años.

¿Dónde? Un informe de Mills Capital Group dice que teniendo en cuenta que los plazos fijos bancarios ofrecen menos del 1% anual para colocaciones en dólares, el mercado de capita les es la única opción atractiva. “En primer lugar, los dólares se pueden colocar en las Letes que emite cada dos semanas el Tesoro, con rendimientos del orden del 3% anual por plazos que en genera rondan entre los 90 días y el año”, aconsejan. “El problema con las letras en dólares del Tesoro es que no siempre es posible colocar todos los ahorros deseados porque el Gobierno, cuando recibe muchas ofertas, sólo adjudica una parte de lo que ofreció cada inversor”, advierten.

La otra alternativa, continúan, es irse a plazos más largos. Para los ansiosos el Bonar 2018 vence el año que viene y rinde 2,4% anual, poco en comparación con la Lete. Pero con sólo dos años más de duración se puede empezar a gozar de rendimientos anuales más atractivos. Finalmente, el Bonar 2020, por ejemplo, rinde 4,6% a su precio actual. Esto significa que quien lo compra hoy y espera a su vencimiento ganará eso cada año, como si hubiera hecho un plazo de mediano plazo. El Bonar 2021, un año más largo, rinde 5,2% y el Bonar 2026 paga 6,8%.

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