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La inversión global en I+D se estanca

12 diciembre de 2016

El envejecimiento de las sociedades, el cambio climático, la salud y la digitalización serán los temas más relevantes de las agendas futuras de investigación y desarrollo (I+D), según un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El organismo estima que la demanda de innovación será cada vez mayor pero advierte que la inversión en Ciencia y Tecnología (CyT) está estancada y que se podrían exacerbar las desigualdades si no se incrementa la adquisición de competencias.

“El rápido ritmo del desarrollo económico en las economías emergentes, aunado a las actividades transfronterizas de las empresas multinacionales y una mayor fragmentación de las cadenas globales de valor, favorecerán una distribución más amplia de las actividades de CyT en todo el mundo”, destaca el informe Perspectivas de Ciencia, Tecnología e Innovación 2016. El organismo estima que se intensificará la competencia global por los talentos y por la producción y la difusión de nuevos conocimientos. Los centros de excelencia existentes podrían beneficiarse por esta competencia pero las actividades de CyT podrían verse confrontadas por fuertes restricciones de recursos.

“Un crecimiento posiblemente insuficiente en las economías desarrolladas y emergentes, así como prioridades y agendas de política pública en pugna, podrían limitar los recursos financieros disponibles”, considera la OCDE. Una población envejecida, junto con las pautas cambiantes en materia de migración, podrían generar, además, consecuencias inciertas para la disponibilidad de las competencias de CyT.

Entre las tendencias que nombra el informe se destacan las siguientes.

Es poco probable que el porcentaje de gasto público que se destina a I+D aumente. El gasto gubernamental total en I+D en la zona de la OCDE ha bajado desde 2009, después de la crisis financiera global. La atención de las políticas públicas permanece centrada en imperativos económicos inmediatos como la salud, los servicios sociales y las pensiones estatales que absorben un creciente porcentaje de los recursos públicos.

Las tecnologías plantean dilemas éticos que ya están en curso: la inteligencia artificial y la robótica respecto al empleo en el futuro; la Internet de las Cosas y el análisis de grandes datos respecto a la privacidad; la impresión en tercera dimensión (3D) respecto a la piratería de la propiedad intelectual; la biología sintética respecto a la bioseguridad, y las neurociencias respecto a la dignidad humana. La globalización se activará más por los avances en las tecnologías de comunicaciones y transportes.

El crecimiento del ingreso será impulsado cada vez más por los avances en CyT.

Las reducciones en emisiones de CO2 dependerán del desarrollo de una tecnología energética más limpia.

La mejora de los resultados sanitarios y el aumento de la esperanza de vida dependerán en gran medida de la innovación en tecnología sanitaria.

Los gobiernos trabajarán cada vez más con la sociedad en general para conformar y explotar la CyT.

Los grandes datos y los algoritmos generarán cantidades de información inmensas que cambiarán los requerimientos de métodos científicos, instrumentos y competencias, y crearan nuevos campos de investigación.

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