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Isela Costantini dejó la conducción de Aerolíneas

22 diciembre de 2016

Estuvo al frente de la línea aérea de bandera menos de un año, período signado por un complejo proceso de reestructuración de la compañía, necesario para reducir el déficit operativo de casi US$ 600 millones con el que se encontró al asumir su puesto el 4 de enero pasado. Ayer al mediodía se conoció la noticia de que Isela Costantini dejaba la presidencia de Aerolíneas Argentinas (AA), por razones personales. Una fórmula trillada que suele esconder razones más profundas que se busca dejar entre bambalinas.

Lo cierto es que la gestión de Isela Costantini tuvo algunas buenas intenciones y bastantes sobresaltos. Nunca fue fácil la relación con los gremios, con los que intentó no enemistarse pero que no dudaron en defender, a base de paros sorpresa, las fuentes de trabajo y también ciertas prerrogativas que supieron cultivar en los años del manejo camporista de la compañía aérea.

Desde un principio estaba claro que el factor que atravesaría la gestión de Costantini y su evaluación final sería la llamada reestructuración de Aerolíneas Argentinas. Desde el área financiera de la compañía se calcula el déficit operativo, contabilizado al asumir a principios de año, en US$ 670 millones y consideran que de no haber hecho los cambios que se hicieron, hoy el rojo llegaría a los US$ 1.000 millones. En cambio, las autoridades de Aerolíneas aseguran que el déficit se redujo hasta los US$ 300 millones. Así, en menos de un año de gestión, Isela Costantini habría reducido a menos de la mitad el déficit de la línea de bandera.

Fuentes confiables del mercado sostienen, sin embargo, que el rojo heredado era algo menos de US$ 600 millones y que Costantini deja AA con un saldo negativo de unos US$ 450 millones. Es decir, un ahorro de US$ 150 millones, nada mal para un año complejo.

Franco Rinaldi, especialista en el mercado aerocomercial, cuenta entre los activos de la gestión Isela que la empresa “deja de ser una caja política y empieza a funcionar más como una empresa aerocomercial”. Además, se hicieron algunas auditorías internas y se encaró también la renegociación de ciertos contratos.

Sin embargo, Rinaldi cree que la gestión de Costantini en general estuvo lejos de ser satisfactoria. “Posiblemente haya subestimado las dificultades y complejidades que tiene la empresa. Ella venía de la industria de producción de bienes y de pronto la sentaron en una empresa de servicios. Creo que nunca le encontró la vuelta a la empresa, y tampoco se decidió a empezar el proceso de reestructuración de Aerolíneas”, explica.

El sucesor

A partir de ahora la presidencia de AA recaerá en Mario Dell'Acqua, hasta ayer titular de la compañía estatal Intercargo y ex ejecutivo del Grupo Techint. Dell 'Acqua es un ingeniero industrial de 62 años que se incorporó al Gobierno este año, luego de desempeñarse durante 36 años en Techint, la organización empresarial en la que llegó a ocupar el cargo de director general en Techint México en 2008, además de director de Inversiones de Ternium Brasil entre 2009 y 2011, y director de Mineración de USIMINAS de 2012 a 2014.

Consultado sobre los principales desafíos de la nueva gestión, Franco Rinaldi consideró que “la clave va a ser si Mario Dell'Acqua puede conformar un equipo de gestión distinto a éste, que tenga una mano más firme para decidir hacer cambios profundos que tiene que hacer la empresa. Y también que tenga respaldo político para poder llevar adelante la transformación que necesita Aerolíneas”.

Así, se refirió elípticamente a la pulseada con los gremios, que signaron la gestión Isela. “El desafío de la nueva gestión es reestructurar la empresa y hay muchos lugares por donde se puede empezar ese proceso de reestructuración”, enfatizó.

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