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Gasto inflexible complica la baja del déficit fiscal

06 diciembre de 2016

Las expectativas de déficit fiscal del REM de noviembre crecieron y llegaron al 4,9% del PIB. Apenitas por encima del objetivo asumido y, además, afecta las perspectivas de que se logre el bastante más exigente 4,2% pautado para el 2017.

Pero otro factor más importante pone en duda la posibilidad de llegar a un déficit al 4,2% del PIB el año que viene, tal como remarca un informe de la Fundación Capital, difundido ayer, que señala que el 60% del gasto fiscal es esencialmente inflexible a la baja mientras que el otro 40%, potencialmente ajustable, presenta varias dificultades políticas, sociales y económicas para intentar reducirlo. Además, sostiene que probablemente este año la meta será cumplida gracias a la mano de los ingresos extraordinarios del blanqueo. Eso marca la pauta de que esos ingresos se consumirían en 2016 (al cambiar el año el tributo pasará del 10% al 15%) y no colaborarían para el próximo ejercicio.

Gasto inflexible

Tal como muestra el informe, el 60% del gasto fiscal que el Gobierno tendrá que reducir con fuerza el año que viene si pretende cumplir su meta está compuesto de jubilaciones, salarios y subsidios sociales.

fgLas jubilaciones, gasto inflexible a la baja si los hay, representan de por sí el 40% del gasto fiscal y el 9,2% del PIB. Además tienen una fuerte inercia ya que se actualizan por la Ley de Movilidad Jubilatoria. Para colmo, en el 2017 se verán incrementadas por la Reparación Histórica y pasarán a ser el 42% del gasto y el 9,3% del PIB.

Los subsidios sociales representan el 6,3% del gasto y el 1,5% del PIB y también constituyen un componente de inercia ya que se actualizan por la movilidad jubilatoria. “Los movimientos en los subsidios sociales tienen consecuencias sobre la indigencia y la pobreza”, sostiene Fundación Capital.

Por su parte, los salarios, que también presentan grandes complicaciones en términos de conflicto social para bajarlos ya que implicaría reducir la plantilla o bajar sueldos, representan 14,2% del gasto y 3,3% del PIB. “En 2016, la cantidad de empleados públicos continúo creciendo, si bien se observa un menor ritmo de aumento, mientras que los salarios se movieron en línea con los del sector privado”, sostiene el informe.

Dificultades a la baja

El restante 40% del gasto, que es “sobre el que parecen enfocarse las miras”, tiene como protagonistas a los subsidios a las tarifas, que representaron alrededor del 17,6% del gasto y el 4,2% del PIB. Con el recuerdo fresco de las idas y vueltas judiciales bien frescas, huelga detallar las dificultades que presenta esta partida del gasto a la hora de intentar reducirla. Lo cierto es que el Gobierno se había propuesto un ahorro de 1,5% del PIB este año y hasta ahora sólo logró uno de 0,5%. Para el año que viene pretende uno de 1,1%.

El 9% del gasto aparece representado por las transferencias a provincias, universidades y empresas públicas. Tal como señala el informe, con minoría legislativa, parece difícil que se reduzcan las partidas a las provincias y “quizás el frente en el que pueda haber recortes sea en el déficit de las empresas públicas”.

Una partida clave es el gasto de capital en él. Ahí las dificultades a la baja aparecen en el déficit de infraestructura cuya superación podría ser una de las formas de reactivar la economía. Representa el 9,5% del gasto y se estima que “será uno de los rubros más dinámicos”.

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