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El BCRA, sin margen para seguir bajando las tasas

05 diciembre de 2016

Federico Sturzenegger y la mesa chica del BCRA, quienes deciden sobre las tasas de interés en la Argentina, tienen un partido difícil mañana. Después de podar el costo del dinero hasta llegar al actual 24,75% (recordar que se viene de máximos de 38% este año), se habrían quedado sin demasiados argumentos para continuar con la senda bajista. Ya a esta altura el mercado sabe que puede haber un batacazo y que el BCRA recorte un poco más, pero lo cierto es que ya casi se quedaron sin defensores de tal laxitud. Los números a disposición marcan que el BCRA debería frenar su baja de tasas.

Quizás de lo único que se puede agarrar la entidad es que la inflación de noviembre, según los cálculos privados, viene el línea con los deseos oficiales. Por ejemplo, la consultora Elypsis, fundada por Eduardo Levy Yeyati y muy escuchada en el BCRA y en el Gobierno, dice que para diciembre esperan una inflación cercana al 1,5%, en línea con la meta de la autoridad monetaria. “Esto se debe a que no se han anunciado nuevos aumentos de tarifas y que la inflación núcleo continúa en un sentido descendente”, agregan.

El BCRA tiene como único objetivo la inflación cuando modifica las tasas. Dicen que las motivaciones son esas y no para hacer subir el dólar (que igualmente les viene bien un poco de devaluación para competir con los movimientos de las monedas de la región). “Nosotros creemos que la inflación está encaminada y por eso se recortan las tasas. Otras variables no son tenidas en cuenta a la hora de decidir sobre las tasas”, explican desde Reconquista 266.

REM para arriba

Pero se sabe, el banco actúa hoy para afectar las expectativas a futuro. Y en ese sentido, que la inflación de noviembre vaya a dar “en línea” no esconde que las previsiones se hayan deteriorado. De hecho, eso se vio en las expectativas de inflación que se presentaron en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), la encuesta entre bancos y consultoras que realiza el BCRA.

Allí mostraron nuevamente un comportamiento más bien negativo. Por un lado exhibieron una caída en relación al relevamiento del mes anterior y, para muchos períodos, se confirmó una suba: la inflación aumenta en tres de los próximos cinco meses (0,1 puntos porcentuales en promedio) y se observó un incremento en la inflación esperada para 2017 (20,2% versus 19,7%) que se mantiene por encima del objetivo del BCRA para el próximo año (12%-17%). También se deterioraron las perspectivas de crecimiento para este año y 2017, juntamente con una mayor depreciación nominal del peso y un mayor déficit primario nacional.

Las visiones

“La suba de la expectativa de inflación de 0,1% mensual para los próximos meses y 0,5% para 2017 es una alerta que no hay que desatender. El empeoramiento de expectativas (REM) es un llamado de atención pero sigue siendo un buen escenario para 2017”, escribió en su cuenta de Twitter el economista de la consultora Alpha, Hernán del Villar. “Con tasas de Lebac en 2% y expectativa de inflación para diciembre en 1,7% y en alza. ¿Qué hará BCRA el martes? No debería bajarlas”, se jugó el economista.

Si la entidad sigue bajando las tasas podría poner en peligro la mejora en términos de inflación. Esto es porque precisamente la baja de tasas se dio en un contexto de reacomodamiento del dólar que también podría golpear a los precios. “El BCRA continúa sin intervenir en el mercado de cambios y, de alguna manera, está cómodo con la volatilidad del dólar en este contexto más incierto. No hay que perder de vista que bajo un esquema de metas de inflación, la ejecución de la política monetaria se instrumenta mediante las tasas de interés (a corto plazo), mientras que el tipo de cambio nominal se debe ajustar a la dinámica del mercado”, dice la consultora ACM.

Y agrega que bajo este esquema, el BCRA considera que a largo plazo se podrá disociar con mayor intensidad la evolución del tipo de cambio de la inflación, dotando así a la economía de mayores grados de libertad. “Si bien coincidimos con la visión del BCRA, tampoco hay que perder de vista que la economía argentina aún tiene un muy largo camino por recorrer en este sentido y, a corto plazo, es muy probable que los recientes movimientos del tipo de cambio finalmente se reflejen en la dinámica de los precios y de las expectativas”, asegura ACM.

De esta manera, al empeoramiento de expectativas que se vio en el REM de noviembre podría seguirle otra mala foto en el REM de diciembre por el impacto de la suba del tipo de cambio y las expectativas inflacionarias. Sería iluso pensar que la inflación de diciembre, con las remarcaciones que ya se están dando, vaya a tener un buen desenlace.

¿Entonces de dónde se agarrará la entidad para modificar las tasas? Claramente Sturzenegger se empieza a quedar sin argumentos. A lo sumo que la entidad haga un giro y termine admitiendo que la recesión tiene mayor peso que la inflación en este momento de Argentina. Algo que parece ya comenzó con la seguilla de baja de tasas a la par de los malos indicadores macroeconómicos. Todo se empezará a develar mañana.

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