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Las metas de inflación serán difíciles de lograr

La meta planteada por el BCRA, estiman los expertos, será complicada de cumplir. ¿Por qué?

27 septiembre de 2016

La presentación de ayer de las metas de inflación por parte del presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, no causó sorpresas: buscarán finalmente una tasa de entre 12% y 17% para el 2017, una de entre 8% y 12% para el 2018 y una de 5% para el 2019. El Economista consultó a varios especialistas para conocer su opinión sobre la factibilidad de que esas proyecciones se cumplan.

Lo que está en juego es algo central: la credibilidad del BCRA, punto clave para el propio cumplimiento de las metas, que mediante el compromiso de alcanzarlas mediante el uso de las herramientas de política monetaria buscan coordinar las expectativas de los actores económicos, retroalimentándose.

El inicio de la discusión lo dio el último informe de Ecolatina, que sostuvo que las metas plantean lograr en sólo tres años lo que lograron Chile, Colombia y Perú en un promedio de ocho años (es decir, lo que tardaron en llegar a una de 5%), con lo cual marcaría un récord para la región. Y que ese récord sería alcanzado en unas condiciones iniciales que no son las mejores, ya que se parte de una macro que aun busca correcciones de precios relativos y una situación de déficit fiscal no menor. Problemas que, según el Ecolatina, los países exitosos en términos de política de metas de inflación ya tenían resueltos al arrancar.

El punto de partida El director de F&E Consult, Hernán Hirsch, consideró que la meta es “de posible cumplimiento, pero ambiciosa y difícil”. En algunos sentidos compartió la visión de Ecolatina: “Es ambiciosa la meta. Más aún porque las condiciones de las que arranca no son las más favorables. Parte de un déficit fiscal elevado. Chile tenía superávit. En el medio está la necesidad de ajuste de precios relativos. Pero además parte de un stock de Lebac que no sé en qué medida los bancos centrales exitosos partieron de un stock semejante”. “Si este año terminás con un stock de Lebac de $ 700.000 M, el año que viene arrancás con una carga de intereses a una tasa del 25%, que es un número grande. En la presentación habló de que arrancamos con el beneficio de un aumento de la demanda de base monetaria de $ 270.000 M que va a permitir absorber los $ 190.000 M que entre este año y el que viene le vas a dar al Tesoro. Sí, está bien, pero a eso hay que sumarle los $ 170.000 M que vas a tener que emitir por intereses de Lebac. Es un número grande. Y agregále lo que vas a emitir por las ventas de dólares del sector público”, remarcó. Acerca del punto desde el que se parte, otra discrepancia que aparece en las discusiones es la del nivel inflacionario actual, al que Sturzenegger fijó en 1,1% según el IPC Nacional que arma el propio BCRA con las inflaciones de CABA, AMBA, Córdoba y San Luis, pero en este caso sumándole la incidencia de las tarifas. El economista jefe del IERAL de Fundación Mediterránea, Gustavo Reyes, considera que es preferible mirar la núcleo, ya que el 1,1% señalado toma en cuenta precios estacionales. Ahí, entonces, el diagnóstico inicial cambia. “Hoy la inflación es 1,5%, es decir, que hay un camino por delante para llegar al 1% o 1,3% que se necesita para converger entre 12% y 17%. No es fácil de lograr eso. Hay que ver si se mantiene la de 1,5% y hay que ver si se logra la baja”, explicó.

Los números fiscales

Acerca del tiempo récord que implicaría bajar la tasa de inflación al 5% en sólo tres años, Reyes citó la narración que hizo el ex presidente del Banco Central de Chile José De Gregorio en las Jornadas de Monetarias y Bancarias que organizó recientemente el BCRA: “Dijo que en cuatro años más o menos bajaron la tasa desde casi 30% a un dígito y Brasil también lo logró con ese tiempo”. Aunque luego cuestionó: “Lo que es cierto es que Chile tenía resuelto el tema fiscal. Pero el punto más importante fue que creció mucho la economía mientras lo hacían y también ayudó el contexto externo. Ahí crece la demanda de dinero y tenés más espacio para lograr las metas fiscales. Ahí puede haber un problema: en el tema fiscal y en que haya un contexto de fuerte crecimiento. El tema fiscal es talón de Aquiles. En el corto plazo no hay tantas alternativas. Pero el esfuerzo es bastante escaso para el 2017. Eso es una señal preocupante de mediano plazo, no sé si para el 2017”.

La cuestión fiscal

El director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), Andrés Asiain, considera que la meta planteada es de “muy difícil cumplimiento y más aun con un programa de metas de inflación que sólo cuenta con la herramienta de la política monetaria, lo que es muy endeble para el caso argentino, que tiene una base inercial que no responde a políticas de tasa de interés. No va a tener eficacia”.

“El encause de la inflación del año que viene depende de la política cambiaria, de las tarifas, de la resolución de las paritarias y de la cuestión de cómo se regula a los formadores de precios, que por ahora fue mediante la apertura importadora. De ese combo va a depender y no de lo que diga Sturzenegger con sus metas de inflación y tasa de interés. La desaceleración actual fue en la segunda mitad del año, cuando relajó la política monetaria y se dio por el tipo de cambio planchado y la apertura comercial”.

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