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Hoy se conocerá la tasa de pobreza y va a ser alta

Jorge Colina 28 septiembre de 2016

por Jorge Colina

En un paso más dado en el proceso de reconstitución de las estadísticas oficiales, el nuevo Indec ha dado a conocer el valor de la Canasta Básica Total (CBT) con la que se mide la pobreza. Hoy dará un paso más y dirá a cuánto llega la tasa de pobreza.

La pobreza se dejó de medir en el 2013, cuando daba que sólo 5% de la población era pobre, lo cual hacía insostenible la falsedad de la medición. ¿Qué pasaba? El valor de la CBT estaba groseramente distorsionado por efecto de las manipulaciones que se aplicaron a los índices de precios.

Para hacer un rápido recuento de lo que pasó con la medición de la pobreza, hay que remontarse al 2006, antes que empezaran las manipulaciones en el Indec, cuando la pobreza daba el 27% con un valor de CBT que, a precios actuales, corregida por el índice de precios de las provincias y el IPC Congreso, serían equivalentes a unos $9.260 para una familia tipo. En el 2013, la subestimación en la medición de la inflación hizo que la CBT pasara a ser de unos $2.425 a precios de hoy (o sea, 75% inferior a la del 2006) por lo que con esta “licuación estadística” daba que sólo el 5% de la población estaba en la pobreza.

El nuevo valor de CBT que el Indec volvió a medir da $12.489 al mes de agosto. Es un valor alto, casi 30% superior en términos reales al que había hace diez años atrás cuando se midió correctamente la pobreza por última vez. Cuánto dará la pobreza depende de cómo hayan evolucionado los ingresos de los hogares. Eso lo sabe el Indec con la nueva Encuesta Permanente de Hogares (EPH), y es lo que hoy conoceremos.

De todas formas, es difícil que los ingresos de los hogares de menores recursos hayan crecido, en términos reales, en esa magnitud. Un indicio es que ha caído la tasa de participación laboral de las mujeres y los jóvenes, especialmente en los hogares de menores recursos, lo que señala que hay menos generadores de ingresos en esos hogares y, por ende, menos chances de llegar al valor de la CBT.

Además, la informalidad no se redujo sustancialmente durante los últimos diez años, por lo que la proporción de gente que no superaba el valor de la CBT en ese entonces, o que estaba muy cerca de ella, no cambió de manera rotunda. Menos proporción de gente participando del mercado laboral y más o menos la misma proporción haciéndolo en condiciones precarias de informalidad no son signos auspiciosos para proyectar que la pobreza va a parecer baja.

La nueva medición debe servir no para el sensacionalismo en torno a la cantidad de gente que sufre privaciones sino para generar en toda la dirigencia una discusión seria y profesional de las políticas públicas que se necesitan para bajar la pobreza realmente. Los lineamientos básicamente pasan por multiplicar empresas, para que haya más y mejores oportunidades laborales, elevar la calidad educativa y su pertinencia con el mundo del trabajo, para que haya capacidades que permitan no desaprovechar esas oportunidades laborales y modernizar las instituciones del mercado de trabajo, donde un paso inevitable debe ir en la dirección de bajar las cargas sociales que desincentivan la contratación “en blanco” en lugar de estar pensando en bajar el impuesto a las ganancias que lo que pagan los que no son pobres.

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