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Negociar para evitar el veto

El Gobierno busca aliados para impedir que el proyecto antidespidos obtenga la otra media sanción. Hoy se espera reunión clave entre Sergio Massa y Miguel Pichetto

02 mayo de 2016

La manifestación sindical del viernes 29 mostró su fuerza. Numerosa, según todas las apreciaciones. Y distinta de las anteriores, también. Luego de mucho tiempo, la parcialidad de fracciones existentes en el gremialismo argentino encontró un escenario común. Y ciertas demandas que las unifiquen. Provisoriamente, tal vez. La inquietud (y cierta presión desde las bases) respecto de una situación laboral ciertamente compleja, por cierto. El proyecto antidespidos, que tuvo media sanción en el Senado, también. Con el componente extra que otorga la posibilidad cierta de que el presidente Mauricio Macri vete la ley que surja del debate en Diputados. Y con los rápidos movimientos entre espacios políticos para sacar rédito de la situación. La reunión que sostengan hoy Sergio Massa y Miguel Ángel Pichetto, promete atraer la atención política. Y abrir un nuevo capítulo de negociaciones posibles, algo que el oficialismo necesita y desea. Lo que no queda claro es hasta dónde está dispuesto a negociar el Gobierno para evitar ese eventual costo político.

Postura oficialEn Cambiemos volvieron a dejar en claro el rechazo al proyecto. Su argumento: la eventual incidencia negativa en el mercado de trabajo. E, implícitamente, cierto resquemor de que la oposición le marque la cancha. El presidente Mauricio Macri lo repitió ayer, en el almuerzo con gastronómicos. Con consideraciones duras. Algo parecidas a las del que pronunció el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, en el mismo evento. Mientras que algunos negociadores clave del Gobierno, como el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, volvieron a hablar sobre el veto posible: “Depende qué ley salga, es lo que vamos a hacer desde el Poder Ejecutivo”, sostuvo Frigerio. La mención no parece casual. Existen varios proyectos en danza en la Cámara de Diputados (distintos a los que obtuvo media sanción) y la misma existencia de esa diversidad podrían convertir en más compleja la discusión.

En cuanto a la estrategia legislativa oficialista, los lineamientos oficiales todavía no parecen definidos. No obstante, la apuesta por la dilación parece el primer paso. Las quejas opositoras por la demora de la vicepresidenta Gabriela Michetti para enviar el proyecto de una Cámara a otra habla de eso. También cierta determinación de la bancada oficialista por jugar en los intersticios de las diferencias entre los bloques opositores y las diferencias en la letra chica entre los proyectos en discusión.

Por lo pronto, el martes es probable que se fije el cronograma de discusión. Y que el oficialismo pretenda ampliar la nómina de invitados para debatir en las comisiones. Será el día en que se discuta, en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, la reducción del IVA a la canasta básica prometida hace semanas por el Presidente. En tanto se espera que para el miércoles, el Frente para la Victoria pida la discusión sobre tablas del proyecto, cuestión para la que no tendría los votos suficientes, pero con la que lograría incomodar al Gobierno, como preámbulo de un probable veto.

Una llave posible

Uno de los actores centrales del debate será seguramente el bloque del Frente Renovador. Por el rédito político que pueda obtener. Pero también por los riesgos que se originan con las diferencias drásticas entre sus miembros sobre el proyecto. Algunos legisladores de origen gremial, como Facundo Moyano, fueron promotores de la iniciativa. Y expuso con dureza sus argumentos. Mientras que en la misma bancada figuran algunos dirigentes con cerrada oposición. Entre ellos, el dirigente empresario José Ignacio de Mendiguren, también referente de la Unión Industrial Argentina. La idea de Massa de elaborar una síntesis superadora sigue en los intentos.

La reunión de hoy con Pichetto, seguramente, atrapará la atención. Por el carácter de figura clave en el andamiaje del Senado, cámara de origen del proyecto que obtuvo media sanción. Pero también por el posible entramado de negociaciones que se pueda abrir. Según trascendió en círculos massistas, es posible que el dirigente anticipe parte de su jugada luego del encuentro, con señales hacia el peronismo (uno de sus objetos de deseos políticos), pero también en relación con el oficialismo, con quien su espacio hasta aquí mantuvo un persistente buen diálogo.

“Vamos a buscar todos los acuerdos necesarios para proteger a todos los que tienen miedo de perder el trabajo, pero sobre todo para generar nuevas incorporaciones al mercado laboral”, señaló Massa en la localidad de Abbott, en el partido de San Miguel del Monte, donde festejó el Día del Trabajador. Y agregó: “La Argentina necesita incorporar a los jóvenes, y darle oportunidad a los mayores de 50 años que hoy no pueden volver a trabajar, pero además necesitamos transformar los planes sociales en empleo, y esa tiene que ser nuestra tarea en el Parlamento, buscando los acuerdos, pero sobre todas las cosas, legislando para promover y proteger el trabajo”.

Según trascendió en círculos massistas, es posible que el dirigente anticipe parte de su jugada luego del encuentro, con señales hacia el peronismo

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