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El consumo cada vez más frío

Según el último relevamiento de CAME en abril las ventas minoristas tuvieron un retroceso de 6,6% y acumulan una caída del 4,8% en el primer cuatrimestre del año.

02 mayo de 2016

En un escenario de rebrote inflacionario como el que se advierte desde comienzos de año, la respuesta de los consumidores parece por demás lógica, restringiendo al máximo las compras a las necesidades y prioridades en cada momento. Así, por cuarto mes consecutivo las ventas minoristas cayeron en abril 6,6% (en cantidades) comparadas con igual mes del año anterior, y no se ve, por el momento, un cambio de tendencia en el corto plazo.

En lo que va del año las ventas en este segmento retrocedieron 4,8%, teniendo en abril el mayor desplome en lo que va del año y uno de los más importantes en mucho tiempo. Los datos surgen del último relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) sobre un total de 1.265 comercios de todo el país. Según la entidad empresarial, diciembre de 2015 registró una mejora en las ventas del 3,1%, medidas en cantidades, siendo el mayor avance en todo el año. Esto siguió al 2,7% en octubre y 1,6% en noviembre. Tras el desempeño de diciembre, la tendencia en el consumo cambió de signo. Así, en enero las ventas minoristas cayeron -2,3% interanual, en febrero -4,5%, luego 5,8% en el tercer mes del año y en abril cerró en 6,6%.

El dato clave es el deterioro del poder adquisitivo de los consumidores, en especial en aquellos sectores con ingresos fijos como jubilados, asalariados y beneficiarios de planes sociales, que vienen soportando el incremento de precios en la economía local. El primer impacto llegó con la devaluación de diciembre pasado (36%) y el consistente pass through (traslado a precios), a lo que ase sumaron en marzo y abril la quita de subsidios a las tarifas de electricidad y agua, así como los aumentos en el transporte público. Los problemas en el mercado laboral, con suspensiones y despidos que van tomando cada vez más temperatura, son un condimento adicional que contribuye también a retraer el gasto de las familias.

El dato clave es el deterioro del poder adquisitivo de los consumidores, en especial en aquellos sectores con ingresos fijos como jubilados, asalariados y beneficiarios de planes sociales, que vienen soportando el incremento de precios en la economía local.

Este comportamiento está en línea con los indicadores de confianza del consumidor, que están retrocediendo varios casilleros. Según el último relevamiento del Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella, en abril el Indice de Confianza del Consumidor se desplomó 10,3% respecto al mes de marzo y 18,3% comparado con abril de 2015. El estudio también muestra que los tres subíndices relevados retroceden respecto de la medición anterior. Así, los bienes durables e inmuebles (-14,1%), situación personal (-11,8%) y situación macroeconómica (-7,7%) reflejan cabalmente el ánimo que hoy parecen tener los consumidores argentinos.

“Nada pudieron hacer los comercios frente a un público que desapareció de las vidrieras”, destaca el informe CAME, pese a la proliferación de ofertas. En este sentido, argumenta que el temporal de lluvias que azotó nuestro país (en abril hubo 19 días) impactó también len as ventas, si bien la llegada del frío movió por momentos algunos rubros como indumentaria, calzado, marroquinería, textil-blanco y algo de electrodomésticos “pero sin posibilidad alguna de compensar la caída, ya que la tendencia fue muy marcada”, señala CAME.

Sin margen

La caída en las ventas al menudeo fueron generalizadas en todos los sectores relevados, sin excepción. El retroceso más importante se dio en rubros relacionados con bienes durables como electrodomésticos y artículos electrónicos (-12,3%), ferretería (-9,4%), materiales para la construcción (-8,7%), neumáticos (-7,1%), muebles de oficina (-6,8%) o muebles del hogar (-6,4%). También cayeron los rubros prescindibles o suntuarios como golosinas (-8,6%), bijouterie (-8,3%), deportes (-7,8%), bazar yregalos (-7,5%), textil e indumentaria (-7,4%) y juguetería- rodados (-6,7%).

Por su parte, los sectores con mejor performance, aunque también en caída, fueron farmacias (-2,5%), alimentos y bebidas (-2,8%), materiales eléctricos (-4,8%), perfumería (-5,3%). CAME pone el acento en las promociones de los comercios para aumentar las ventas, que sin embargo, tuvieron resultado parcial.

La continuidad del “programa Ahora 12 y los descuentos fuertes que aplicaron algunos comercios, necesitados de efectivo, ayudaron a activar por momentos el mercado”, reconoce CAME. No obstante, aclara que “la gente, que viene arrastrando las cuotas desde hace un año, no estuvo tampoco muy predispuesta a endeudarse, ya que buscaron achicar las deudas y evitar los punitorios de intereses que vienen siendo muy altos”.

En este contexto, la preocupación crece entre los empresarios, ante un consumo que no se recupera, con impacto en el nivel de actividad y empleo que empieza a sentir sus coletazos. “La caída (en las ventas minoristas) fue muy fuerte y los empresarios comienzan a observar con alta preocupación que la recuperación se va a demorar más de lo esperado”.

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