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Ahorrar para la jubilación: cuanto antes, mejor

Conviene plantearse desde joven la pregunta de si conviene apostar todo nuestro futuro a una jubilación que el Estado estime como suficiente.

31 mayo de 2016

por Matías Daghero (*)

La semana pasada, el presidente Mauricio Macri anunció el envío de un proyecto al Congreso para dar una solución al problema que desde hace años vienen enfrentado nuestros jubilados, con un Estado que les dio la espalda.

Más allá de las distintas opiniones políticas que puedan girar en torno a esta situación y a la manera en que se buscará obtener el financiamiento, no caben dudas de que luego de toda una vida de trabajo una persona merece vivir los últimos años de su vida sin tener que estar afrontando preocupaciones económicas.

Pero para poder llegar a vivir con tranquilidad estos últimos años, conviene plantearse desde joven la pregunta de si conviene apostar todo nuestro futuro a la dependencia de la jubilación que en el futuro el Estado estime como suficiente (más aún en un país en donde la gran mayoría de las personas cobrará la jubilación mínima).

Es que el efecto que el tiempo tiene en el incremento de nuestros ahorros es impresionante y, por lo tanto, comenzar a plantearse esto a una temprana edad puede marcar una gran diferencia.

Para verlo más claramente, le propongo que hagamos un ejercicio práctico. Supongamos tres personas que logran ahorrar US$ 30.000 y que los separan para invertir hasta su jubilación. La diferencia radicará en que uno de ellos lo hará por 40 años (desde los 25 hasta los 65), otro por 30 años y el último por 20 años (el caso de quién comienza a pensar en su jubilación a los 45 años). A su vez, establecemos distintas tasas de rendimiento que estos inversores pueden obtener (ver tabla).

Como se puede ver, el efecto de multiplicación de capital es enorme en plazos tan largos. Y una persona que, con mucho esfuerzo, pudo lograr hacerse de un capital de US$ 30.000 quizás luego de ver esta tabla pueda plantearse que ya no parece tan pequeño su capital como antes. El mismo podría ascender a más de US$ 1.000.000 para el momento de su jubilación. Por otra parte, se debe tener presente que en este cálculo se utilizó el supuesto de que no se adicionaba nada más durante toda la vida de la persona (al igual que no se produjo ningún retiro de este fondo).

Una pregunta que podrá estar haciéndose el lector es cómo hacer para obtener esas rentabilidades. Como podrá notar las tasas que se colocaron no son exorbitantes. La tasa del 10% es el promedio histórico de rendimiento del S&P 500 de los últimos 40 años. Si bien rendimientos pasados no garantizan rendimientos futuros, un historial tan extenso sirve como referencia. Y hoy existen instrumentos como los ETF (algo similar a los fondos comunes de inversión pero que cotizan como una acción) que permiten seguir el índice. Puede consultar a distintas ALyC (más conocidas como sociedades de Bolsa) respecto de cómo efectuar este tipo de inversión.

Otra cuestión con la que muy a menudo solemos encontrarnos los asesores financieros al dar charlas de finanzas personales o incluso con parientes y amigos es que los mismos plantean que no tienen un capital para comenzar a invertir. Para ellos también hay una alternativa y la misma consiste en generar la conciencia del ahorro. Buscar en ciertos gastos que uno pueda recortar para comenzar a invertir y aquí todo ayuda. Le comparto un ejemplo que lo sorprenderá.

Supongamos una persona que reduce la cantidad de gaseosas que toma. Esto podría no sólo ayudar a su salud sino también a su bolsillo. Si tomara, por ejemplo, dos botellas de gaseosa menos por semana y destinara ese dinero a la inversión. Para reducir los efectos de la inflación en el cálculo, supongamos el precio internacional de la botella de la famosa gaseosa que es US$ 1,50. Esto nos da un ahorro de US$ 12 por mes (o $170 por mes). Si una persona hiciera este ejercicio por 40 años y obtuviera del mismo el rendimiento promedio de 10% anual, ¿sabe a cuánto asciende su capital al momento de jubilarse? A la increíble suma de US$ 66.600. Es decir que con este pequeño esfuerzo el inversor podría, al momento de jubilarse, usar ese capital para obtener una renta mensual que complemente su jubilación (ya sea mediante la compra de un departamento o bonos).

Como se habrá podido observar, el tiempo juega a favor de los capitales pequeños por lo que resulta muy recomendable empezar a pensar en estos temas a una temprana edad.

(*) Autor del libro “Con los $ que tengo, ¿qué hago?”.

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