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Por Lebacs, el Banco Central debería pagar $160.000 millones

Han disminuido las expectativas inflacionarias ligadas al dólar pero no pueden soslayarse algunos costos de la estrategia oficial

22 abril de 2016

Seguir manteniendo las tasas de las Lebacs al 38% en plazos tan cortos no es gratis. Según los cálculos de las consultoras privadas, se estima que el BCRA deberá afrontar para fin de año pagos de intereses devengados por $160.000 M, aunque algunos economistas creen que la cifra podría alcanzar los $ 190.000 M.

La estimación surge a partir del siguiente procedimiento: hoy, el stock de Letras se ubica en torno a $ 460.000 M , pero suponiendo que el stock promedio del año finalice entre $ 500.000 M y $ 530.000 M a un rendimiento promedio del 30%, los intereses devengados por Lebacs podrían trepar a un monto de casi $160.000 M para fin de año.

Si bien es una cifra estimativa, la bola de intereses que viene acumulando cada martes el BCRA debería dar una señal de alerta en el equipo que lidera Federico Sturzenegger: si los acreedores deciden no renovar las Lebacs, ya sea por necesidad de liquidez o para reubicar el dinero en otro activo financiero, la economía doméstica sufrirá una inyección de pesos enorme y eso podría repercutir en la inflación esperada. En otras palabras, si esos intereses son renovados con más Letras del BCRA o si finalmente resultan en una mayor expansión monetaria dependerá de la demanda de activos denominados en pesos, que a su vez está ligado a la relación entre las expectativas de devaluación y la tasa de interés esperada.

Definiciones de Prat-Gay

A su vez, cabe destacar que el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, ya anunció que el Tesoro recibirá giros de utilidades del BCRA por un total de $ 160.000 M a lo largo del año.

La consecuencia de esta vía de financiamiento es conocida: las transferencias de dinero del BCRA al Tesoro se inyectan en el mercado mediante el gasto público y, de esta forma, se produce una expansión de la base monetaria. En cuanto a los balances contables, la entidad transforma utilidades del patrimonio neto generadas por el aumento del valor del dólar en sus reservas, por un incremento en sus pasivos al inflar la base monetaria. Esta cadealcanzar na genera efectos inflacionarios.

Por lo tanto, existen posibilidades que el equipo económico de Mauricio Macri se encuentre ante el desafío de controlar los daños de una doble emisión: $ 160.000 M vía gasto público y $160.000 M vía intereses de Lebacs.

A partir de la llegada de la nueva gestión económica, el cambio de receta de Sturzenegger con respecto al mandato de Alejandro Vanoli es evidente: del esquema de financiamiento de predominancia fiscal, por el cual el BCRA financia el déficit del Tesoro y genera emisión monetaria, se pasó a un esquema de dominancia monetaria donde se esteriliza el excedente de pesos y se cubre el rojo fiscal con deuda externa. “El problema de esta política es que el costo de esterilización es muy alto principalmente porque las tasas de interés más elevadas están en los tramos más cortos y la duración promedio de estos títulos es bajo”, explica Federico Furiase, economista de Estudios Bein. Y agrega: “Por eso, no basta con cambiar de dominancia fiscal a monetaria sino que el Gobierno tiene que lograr bajar la inflación, y luego achicar las tasas y estirar los plazos”.

En diálogo con El Economista, el economista Hector Rubini asegura que el monto a pagar por intereses devengados podría alcanzar inclusive los $190.000 M. “El BCRA puede seguir refinanciando los títulos de Lebacs y ofrecer renovaciones atractivas, pero el problema se va a dar si en algún momento se dan vuelta las expectativas de los bancos ?que son los principales acreedores- y quieran que el BCRA les pague los vencimientos correspondientes”, afirmó. “En ese caso hipotético va a haber que emitir”.

Con una mirada moderada, Gabriel Caamaño Gómez, economista de la consultora Ledesma, sostiene que “Todo depende de qué rumbo tomarán los plazos de las Lebacs en el segundo semestre”. “Hoy el 80% de la demanda está concentrada en los plazos a 35 días, pero si el BCRA estira los plazos a 250 días gana un año en el cual puede bajar los rendimientos”, determina.

La política monetaria que puso en marcha Sturzenegger parece haber tenido éxito en controlar las expectativas inflacionarias ligadas al valor del dólar, pero acumula un stock de deuda de $ 460.000 M a tasas elevadas con vencimientos concentrados en el corto plazo. Si las expectativas toman otra dirección, el BCRA podría emitir $ 160.000 M y expandir la base monetaria en 2,3% del PIB, con costos a futuro en los precios de la economía.

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