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Macri impulsa programa de empleo joven

Frente a la ofensiva de la oposición, que impulsa una ley de emergencia ocupacional, el Gobierno busca mostrarse propositivo.

26 abril de 2016

Por Delfina Torres Cabreros

Mientras las cinco centrales obreras y casi la totalidad del arco opositor pujan por sancionar una ley que prohíba los despidos por un período de tiempo, el Gobierno insiste en que la situación de emergencia ocupacional denunciada no es tal y avanza con un discurso destinado a respaldar esa versión, que promete una segundo semestre próspero donde se empezarán a recoger los frutos de la “dolorosa” transición. En este marco, el presidente Mauricio Macri anunció ayer el envío al Congreso el proyecto del programa Mi Primer Empleo, orientado a “poner en marcha la creación de trabajo de calidad” y facilitar el ingreso de los jóvenes de entre 18 y 24 años al mundo del trabajo.

El proyecto crea un régimen de empleo con estímulos para que los empleadores incorporen a nuevos trabajadores al mercado laboral formal en sus primeros años de aportes. Quienes lo hagan, estarán exentos durante un tiempo del pago de distintos porcentajes de algunas obligaciones ?que irán disminuyendo hasta desaparecer a medida que el trabajador acumule aportes en su historia laboral? y recibirán incentivos económicos por cada nuevo trabajador que contraten.

El proyecto contempla beneficios mayores para las pymes de hasta 200 empleados y prioriza a los trabajadores con los salarios más bajos, que suelen ser aquellos que recién ingresan. Para poder acceder a los beneficios, al contratar a alguien los empleadores deben estar aumentando la cantidad de empleados y deben mantener o aumentar la planta para continuar recibiéndolos.

Para las provincias incluidas en el Plan Belgrano (Salta, Jujuy, Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán, La Rioja, Chaco, Formosa, Corrientes y Misiones), el programa contempla incentivos extras para los empleadores y abarca a un universo más amplio de trabajadores, que no necesitan ?como en el resto del país? tener entre 18 y 24 años para acceder al beneficio-.

Como cada vez, en su anuncio en el Salón Blanco el Presidente partió de una referencia a la “herencia” de la gestión kirchnerista y denunció que “hace prácticamente 5 años que Argentina no genera empleo”. “Yo quiero decirles: en el segundo semestre, así como hemos comprometido que va a bajar drásticamente la inflación, todos vamos a poder percibir que la Argentina volverá a ser un lugar donde a partir de la inversión se genera trabajo de calidad”, se entusiasmó el Presidente.

La semana pasada, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, había anticipado el proyecto y lo había ubicado junto a una serie de otros anuncios ?como la actualización del seguro del desempleo y de los montos del programa de Recuperación Productiva (Repro)? que van en la dirección de bajar el tono de confrontación con las centrales obreras y mostrar respuesta a los reclamos de la sociedad.

El Gobierno tomó nota de la articulación de toda la oposición para impulsar en ambas cámaras del Congreso dictamen sobre proyectos de emergencia ocupacional, y dejó entrever que Mauricio Macri podría vetar la medida en caso de que salga. Fue un llamado de atención de los legisladores sobre la situación laboral que, si bien todavía no puede ser evaluada con números confiables, está señalada como alarmante por varios sectores. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) , por ejemplo, estimó más de 120.000 despidos desde comienzo de año.

Los números del empleo joven

Según explicó a El Economista Gerardo García Oro, del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de Fundación Mediterránea, sobre un total de 5,1 millones de jóvenes de entre 18 y 24 años de edad, más de 2,6 millones (53%) enfrenta al menos un inconveniente de inserción laboral, ya sea por la vía educativa (abandono escolar) como por no dar con un empleo productivo y formal que le permita comenzar a desarrollarse en forma óptima.

Según agregó García Oro, 18% de aquellos que cuentan entre 18 y 24 años de edad no estudian, no trabajan, ni buscan trabajo ?comúnmente denominados como jóvenes “Ni Ni”?, cifra que alcanza a 900.000 jóvenes en este rango etario.

Por otro lado, la tasa de desempleo juvenil (19% de los activos) alcanza un nivel que resulta entre 2 y 3 veces superior al promedio general y claramente más alto al de las personas adultas de al menos 25 años. El porcentaje representa a 500.000 jóvenes desocupados entre 18 y 24 años de edad. Aún entre quienes consiguen un empleo, observando en este caso a aquellos que se desempeñan como asalariados, puede notarse que la tasa de informalidad laboral alcanza al 60% en el caso de los jóvenes de entre 18 y 24 años (1,3 millones), casi el doble del promedio general.

Consultado por el proyecto anunciado ayer por el Presidente, el economista del IERAL advirtió que el alcance efectivo de la medida “necesita de una escala adecuada de participación por parte de las empresas para hacer frente a la dimensión del problema, considerando que el núcleo duro de la problemática juvenil está conformado por casi 1 millón de jóvenes que no trabajan, no estudian, ni buscan trabajo”.

Por otro lado, rescató como un aspecto a destacar “la focalización” del programa, que propone extender el beneficio sin límite de edad para las provincias del norte del país, donde la problemática se acentúa con mayor intensidad. “Provincias como Chaco presentan un 39,8% de jóvenes de entre 18 y 24 años de edad que no estudian, no trabajan ni buscan trabajo, mientras que jurisdicciones como CABA, Córdoba y Santa Cruz exhiben un panorama más auspicioso respecto a la problemática”, ilustró.

Para García Oro, que se desempeña en el Área Empleo y Política Social del IERAL, los deficientes resultados en materia de inserción social y laboral de los jóvenes parecen no sólo depender de una cuestión coyuntural (un contexto económico que no brinda suficientes oportunidades a los jóvenes), sino más bien de la presencia de múltiples deficiencias en la trayectoria formativa de los jóvenes, desde su niñez y a lo largo de toda su adolescencia, lo que lleva a que sólo 4 de cada 10 niños inscriptos inicialmente en establecimientos públicos estén en condiciones de culminar su educación obligatoria.

“Pareciera necesario complementar la práctica laboral con instancias de capacitación y preparación que logren aumentar la productividad y movilicen oportunidades genuinas de formalización. Estrategias que además de abrir la puerta de acceso al primer empleo, permitan transitar con éxito hacia el mundo laboral y den lugar al sostenimiento de los puestos de trabajo”, resumió.

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