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Hay incertidumbre por los costos de la energía

Los datos de la Came indican que las Pymes recibieron a fin de marzo facturas de electricidad con aumentos promedio de 150%. Pero advierten que en algunas industrias con consumo intensivo el precio a pagar en el último mes se multiplicó por siete.

29 abril de 2016

Por Florencia Barreiro (*)

Los aumentos en las facturas de electricidad están generando preocupación y problemas en el área contable y de finanzas de las empresas. Los incrementos son muy altos. Pero lo que más causa desconcierto es el gap entre el aumento esperado y el finalmente recibido. La sorpresa es aún más grande en la mayoría de las industrias del interior.

“La variabilidad e imprevisión al momento de calcular la factura de energía es uno de los principales problemas”, asegura Vicente Lourenzo, vocero de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came). “Es muy complejo entender la variación y las especificaciones de cada boleta y, por lo tanto, es imposible planificar los costos de energía”

Los datos de la Came indican que las Pymes recibieron a fin de marzo facturas de electricidad con aumentos promedio de 150%. Pero advierten que en algunas industrias con consumo intensivo el precio a pagar en el último mes se multiplicó por siete. En las empresas manufactureras las boletas tuvieron un aumento promedio de 211,5%, y en algunos casos se observaron subas de hasta 635,1%.

Un informe de Fundelec ya indicaba en 2015 una dispersión tarifaria en el país de entre siete y ocho veces entre las tarifas más altas y las más bajas. Ahora con la nueva reconversión tarifaria el problema se agrava. Entre otras cuestiones, el resultado final de la factura varía según la localización geográfica, la actividad de la empresa, el tamaño del negocio, el consumo comparativo interanual y los contratos específicos que tienen las provincias con las distribuidoras.

Ana Inés Navarro, directora del Departamento de Economía de la Universidad Austral en Rosario, acota que en las grandes industrias, el tarifazo va a traer complicaciones de costos. “Pero en las Pyme, principalmente del interior del país, impacta directamente en la restricción del consumo, en un contexto de caída de la actividad”, dice.

Los datos de un estudio que prepara Navarro indican que en el segmento residencial y de pequeños consumidores (comercios y Pymes) las caídas fueron de 10% en Santa Fe, 8% en Entre Ríos y 6% en Córdoba en marzo. En las grandes empresas metalúrgicas y petroquímicas la fuerte disminución del consumo de energía tiene más relación, por ahora, con la fuerte caída de la actividad del sector.

El caso testigo que menciona la Came es el de un frigorífico mediano de la provincia de Santa Fe (con uso intensivo de electricidad) que recibió una boleta de $850.000, lo que supone un incremento de 250% en la factura y de 15% en sus costos de producción. Para una empresa olivícola catamarqueña el aumento tarifario alcanzó 150%, pero sus costos de producción aumentaron 35%.

Dispersión regional

Según la Came, las empresas más afectadas son las Pymes de la región AMBA, que es donde más golpea la quita de subsidios. La suba promedio para estas empresas consultadas ascendió a 247,7%. Hay que tener en cuenta que, desde 2008, en el resto del país los subsidios se fueron diluyendo.

Sin embargo, Navarro explica que a pesar de que el salto es mayor en la Ciudad y el Gran Buenos Aires, las empresas de las provincias tienen aún tarifas más altas que las bonaerenses. “Se parte de un escalón mucho más alto y ahora perciben, además, el traslado del aumento que le pagan las distribuidoras al Sistema Integrado Nacional”, comenta.

La economista Evelin Dorsch, socia de la Consultora Ledesma, explica que, a diferencia del AMBA, los usuarios provinciales no solo recibieron los aumentos de la tarifa mayorista, sino que perciben también el ajuste que hicieron los Gobiernos de cada jurisdicción en el transporte y distribución de energía.

La Came da cuenta de esto: en Entre Ríos, por ejemplo, las empresas consultadas tuvieron en promedio una suba de 54,5%, pero eso se suma al incremento del 30% de enero pasado. Lo mismo sucede en Mendoza, las subas actuales promedian el 132,4% que se añade al 40% del ajuste de fines de 2015.

Según Dorsch, el impacto más importante lo van a tener las empresas de las provincias electrodependientes que no tienen acceso a la red de interconexión de gas: Chaco, Formosa, Corrientes y Misiones, Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero y localidades del norte de Santa Fe. “En muchas actividades de estas provincias ?como, por ejemplo, la forestal, yerbatera, tabacalera? los aumentos de costos de energía aumentan la brecha de competitividad que de por si ya arrastran las industrias”, destaca.

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