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Bonos y dólar en baja, con la “petro-Bolsa” sostenida

El debut de los nuevos bonos en la Bolsa fue hacia abajo. Persiste el ingreso de dólares y el contado con liqui bajó a su menor nivel desde enero. La Fed no tocó la tasa (por ahora). El petróleo dio un salto, llegó a su mayor nivel en seis meses lo cual sostuvo a la Bolsa local.

28 abril de 2016

Por Luis Varela

El mercado argentino desarrolló su tercera rueda posdefault y empieza a verse cuál es el cambio de tendencia que van mostrando los precios y los inversores con el nuevo cuadro de situación, ya sin la zanahoria que significaba la resolución del problema y los consecuentes aumentos de nota de parte de las calificadoras.

Dos de los títulos nuevos, los Bonar 2026 y 2046, empezaron a cotizar en la Bolsa porteña, y su debut fue con una leve baja del 1%, nada extraordinario, lo cual refleja que los precios obtenidos en la licitación del viernes pasado estaban bastante en línea con lo que pueden llegar a aceptar los inversores minoristas, una vez que estos papeles empiecen a tener recorrido.

De todas maneras, debe tenerse en cuenta que esta es la tercera rueda consecutiva en la que los bonos argentinos registran bajas. Sin la zanahoria del fin a los buitres, y con los grandes problemas de la inflación y el déficit, los tenedores de títulos perdieron interés y el riesgo país empieza a rebotar, colocándose otra vez por arriba de los 400 puntos básicos.

Mientras la inflación sigue sin ceder, el BCRA mantuvo las tasas en el 38% anual, pero los precios continúan presionando, y ahora se viene un nuevo aumento en los lácteos y en las naftas, lo cual encenderá más las protestas de los trabajadores que estarán mañana viernes en la movilización que organizan las centrales sindicales.

Este estado de alta inflación que perjudica a los asalariados se enfrenta a la ley antidespidos que se vota en el Congreso, con varios sectores empresarios en problemas. La producción de las pymes industriales volvió a caer en marzo, el 3,1% interanual, mientras que para los próximos seis meses, sólo una minoría de empresas visualiza un escenario de recuperación.

El Gobierno de Macri, tironeado desde todas partes, da marchas y contramarchas, avanza y cede. Sigue dando subsidios, por lo que el déficit fiscal se mantiene. Y una semana después de haber anunciado que no se tomaría más crédito este año, ahora fuentes de Hacienda aseguraron que se esperan absorber “US$ 3.000 millones netos en el mercado local durante este año” y además indicaron que avanzan en la elaboración de una letra del Tesoro para captar “dólares del colchón” a una tasa del 4% a 6% a 12 meses.

Hay que estar muy atentos al rojo fiscal, porque las inundaciones están complicando mucho la cosecha y el ingreso vía retenciones a la soja puede ser bastante más bajo que lo esperado. Investigadores de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires advirtieron que por las inundaciones una gran parte del área sembrada está sin cosechar y con granos podridos.

Lo paradójico del caso es que ahora los precios suben, con mayor abundancia de dólares en el mercado. Persiste el ingreso de divisas para aprovechar el premio Sturzenegger y el contado con liqui entró en fuerte retroceso: bajó hasta 14,21 pesos, su menor valor desde enero, con el dólar mayorista ubicándose en ese nivel, el oficial en 14,52 y el blue resistiendo en 14,78.

La gran cuestión es que con precios internos en pesos volando y con dólar frenado, la Argentina tiene alta inflación en dólares, situación que complica notablemente a las empresas exportadoras. Ya lo dijo ayer Cristiano Ratazzi, de Fiat, si se enamoran del tipo de cambio atrasado, habrá fuerte impacto en la economía argentina (Fiat tiene a la mitad de su personal suspendido, y los telegramas de despido están preparados para la firma).

Para peor, se conoció que el juez Thomas Griesa recibió a los buitres que todavía quedaron afuera del acuerdo de la semana pasada. Son holdouts con reclamos por unos 1.000 millones de dólares. La posibilidad de que este planteo prospere generó una corriente vendedora de los bonos de los canjes de 2005 y 2010, causando preocupación en la city.

Los mercados globales bailaron al compás de la Reserva Federal y del precio del petróleo. La Fed mantuvo las tasas de interés sin cambios, tal como se esperaba, pero expresó confianza sobre la economía de EE.UU., lo cual plantea la posibilidad de que la tasa testigo del mundo tenga todavía tres escalones de alza este año, en junio, en septiembre y en diciembre.

Esa postergación en la suba de tasas siguió generando debilidad en el precio del dólar, pero debe advertirse que el precio del billete sigue a la baja en Europa y América Latina, pero empieza a afirmarse en economías asiáticas, con China y Japón colocando al billete verde para arriba.

La debilidad que muestra al dólar en Occidente y el retroceso de los suministros volvió a beneficial el precio del petróleo, que pegó un salto consistente, con la cotización del WTI acercándose a los 46 dólares por barril, su mejor valor de los últimos seis meses.

La potencia del petróleo sostuvo a las Bolsas. Abrieron con tendencia bajista, pero finalmente pudieron terminar hacia arriba. Con más volumen, la Bolsa porteña ganó 0,9%, con gran selectividad en los papeles.

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