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El primer mes de Macri, según las encuestas

Hasta el momento, la sociedad aprueba el rumbo elegido, aunque marca ciertas pautas

29 enero de 2016

(Columna de Matías Carugati, economista jefe de Management & Fit)

A poco más de un mes desde la inauguración de su mandato, Mauricio Macri goza de buena aprobación social. Su hiperactividad en ambos frentes (económico y político) no le acarreó costos en términos de opinión pública aún cuando algunas medidas generaron polémica, críticas y hasta protestas. De acuerdo a los resultados de nuestra última encuesta (1.200 casos a nivel nacional, con un margen de error de +/- 2,8%) casi el 47% de la población aprueba la forma en que el lí- der de Cambiemos está conduciendo el país, frente a 38% que lo desaprueba. Así todo, hay una franja importante de la sociedad (15%) que aún no tiene opinión formada, lo cual es lógico ya que Macri asumió hace poco más de un mes.

Al desagregar la evaluación de gestión por partido observamos que la valoración positiva excede a los votantes de Cambiemos, registrándose también entre quienes en octubre pasado optaron por Sergio Massa, Margarita Stolbizer y hasta Nicolás del Caño. Sólo los votantes de Adolfo Rodríguez Saá y, lógicamente, Daniel Scioli, se manifiestan abiertamente en contra de la gestión del ahora oficialismo.

Esta “luna de miel” entre Macri y la opinión pública también se advierte en los resultados de la evaluación de imagen. Los principales funcionarios y los políticos más prominentes del PRO son, dentro de todo, bien valorados por la sociedad. Los casos más notorios son el propio Macri (la diferencia entre imagen positiva y negativa es de +28%), María Eugenia Vidal (+36%) y Horacio Rodríguez Larreta (+25%), pero también incluyen a Marcos Peña (+13%) y a los ministros Alfonso Prat-Gay (+5%) y Patricia Bullrich (+7%). Al margen de la polémica respecto a la eliminación del cepo cambiario, la revisión de personal en el sector pú- blico o la fuga de convictos, por citar algunas cuestiones importantes, la imagen pública de Cambiemos no parece haber sufrido, hasta ahora, daño alguno.

Sería prudente que un buen comienzo no dé lugar a la complacencia. Por caso, las expectativas tomaron un giro positivo pero la sociedad está lejos aún de ser optimista. Antes de las elecciones presidenciales apenas el 20% de la población evaluaba que la economía mejoraría a corto plazo. Ese porcentaje ahora subió a 37%. De todas formas, una proporción similar es pesimista respecto al futuro económico. Y, paradójicamente, hay más gente que cree que al país le irá mejor que a ellos mismos. Apenas el 27% de la sociedad considera que su situación económica personal mejorará en los próximos meses. Teniendo en cuenta que el éxito del plan económico depende de las expectativas, estos resultados son una señal de alerta.

Otro ejemplo puede encontrarse en el frente cambiario. La salida del cepo fue menos traumática de lo esperado y hoy el tipo de cambio oscila dentro de una banda de $13-15 por dólar. Sin embargo, las expectativas a futuro están divididas. Para un grupo importante (41%) la cotización de la moneda norteamericana subirá por encima de los $15 a lo largo del año. El porcentaje que cree que el tipo de cambio se depreciará es mayor entre quienes desaprueban la gestión de Macri o son pesimistas respecto al futuro, lo cual da indicios de una correlación (no podemos hablar de causalidad) entre el valor del dólar y la evaluación del Gobierno o las expectativas.

La opinión respecto a la revisión de contratos dentro del sector público aporta una señal más para tener en cuenta. El rumbo elegido por el oficialismo está en línea con la sociedad, puesto que la mayoría (57%) considera que hay un exceso de empleados públicos. Sin embargo, 17% opina que habría que despedir a todos los trabajadores excedentes, otro 25% sostiene que habría que mantener todos los empleos y 54% considera que lo mejor sería evaluar caso por caso antes de tomar una decisión. Las acciones de Gobierno en este frente fueron más bruscas que lo que la sociedad considera apropiado, y por eso es que 42% está de acuerdo y 41% en desacuerdo. Macri acierta en el fondo de la cuestión, pero no en las formas.

Pensando hacia delante, una de las medidas más controvertidas será la eliminación de los subsidios a las tarifas de los servicios públicos. Nuevamente, el Gobierno está en sintonía con las preferencias sociales ya que dos de cada tres argentinos considera necesario eliminar los subsidios. Ahora bien, 57% cree que lo correcto sería quitarle el beneficio únicamente a quienes no lo necesiten. El diseño y la implementación de esta política serán claves para no provocar daños innecesarios y difíciles de reparar en la opinión pública. Después de todo, se trata de una medida que afectará el bolsillo de miles (acaso millones) de personas y que se focalizaría sobre el área metropolitana, donde Macri ha conseguido una buena base de apoyo.

Si nos guiamos por los resultados de nuestra encuesta parecería que el Gobierno comenzó con el pie derecho y que algunas patinadas posteriores no se transformaron en caídas, pero que debería mirar bien por dónde y cómo camina. Por ahora, la sociedad aprueba el rumbo elegido aunque marca ciertas pautas que Cambiemos haría bien en tener en cuenta. El capital político conseguido en las elecciones será muy valioso en los próximos meses cuando haya que administrar las tensiones políticas y sociales derivadas de un reacomodamiento económico tan necesario como inevitable. Más vale no malgastarlo anticipadamente por desaciertos.

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