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El consumo no tendrá el dinamismo de los años recientes

El sobrestock en la sociedad limitará la capacidad de crecimiento del consumo

22 diciembre de 2015

Hay distintos escenarios posibles para lo que será el desarrollo del consumo en el transcurso de 2016. El “tablero” se está reconfigurando a la luz de las distintas medidas económicas que se están anunciando por estos días, como la quita de las retenciones a las exportaciones o la eliminación del cepo cambiario, y su contracara: cuál será el valor del dólar “libre” y en qué lugar se situará el poder adquisitivo de los trabajadores de acuerdo a cómo se mueva la inflación.

Los economistas consultados advierten que es difícil de predecir. “La clave está en cómo se compensarán entre sí estas medidas, es decir, en cómo se reorganizarán los recursos”, señala el economista Guillermo Oliveto, asesor estratégico, especialista en sociedad, consumo y comunicación. “Aún hay muchas incógnitas sin despejar dentro de la ecuación, y la lógica de ésta estará determinada también por el tiempo que transcurra hasta que los salarios se adecúen a los nuevos precios”, explica y, asimismo, resalta la importancia del nivel de empleo. No sólo de que no se pierdan puestos de trabajo, sino de que se generen otros nuevos.

El factor expectativas tiene un peso especial. “Hoy están en un nivel alto por el 'efecto optimismo', tal como pasó en 2003”, sostiene el economista Martín Tetaz. Aunque aún no se conoce el Indice de Confianza del Consumidor (ICC) de diciembre, el de noviembre ?que mide la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT)? registra una suba de 5,9% en comparación con el mes anterior ubicándose casi en el mismo nivel que el máximo histórico se la serie registrado en 2007, año de elecciones presidenciales. “Este nivel de confianza bajará a lo largo del año que viene hasta, probablemente, neutralizarse”, analiza Tetaz.

Desde hace algunos meses perdura la misma incógnita: ¿gradualismo o shock? Oliveto sugiere que si el sinceramiento de la economía se produce de a poco, el panorama de 2016 será similar al de 2015. En cambio, si la inflación saltara a un orden del 35% con una consecuente caída del nivel adquisitivo en 5 o 7 puntos, habría que comprarse con el 2014. “Todo parecería indicar que se está optando por avanzar de manera gradual”, dice.

Tetaz subdivide los escenarios según dos rubros: los bienes durables y no durables. Los nuevos precios relativos de los electrodomésticos y tecnología o de los automóviles, por ejemplo, serán más altos. Además, los argentinos ya están stokeados por la lógica de consumo que reinó durante este año en el que los primeros tuvieron un repunte del 5% y, los segundos, mejoraron su índice negativo entre 2014 y 2015: pasaron de caer 28% a caer 10%, según la consultora W. “Probablemente el sobre stockeo ?coincide la economista Marina Dal Poggetto del Estudio Bein? provoque cierta retracción en 2016. Por eso, el sinceramiento de las variables estará acompañado del sinceramiento del consumo”.

La devaluación de enero de 2014 contrajo el consumo, pero en 2015 repuntó. “En general, en todos estos años la gente aprendió a ganarle a la inflación. Entendió, entre otras cosas, que las cuotas sin interés del programa Ahora 12 eran aún mejores que los descuentos proporcionados por los bancos, siempre bajo la presunción de la continuidad de su empleo y del hecho de que con su salario podrían enfrentar sus deudas”, contextualiza Oliveto.

Siguiendo el análisis de Tetaz, el consumo de bienes no durables ?como los alimentos?, registrará una expansión moderada. El especialista también distingue entre el primer semestre y el segundo de 2016. “El primero será recesivo y tendrá la presión de las paritarias mientras que, desde mediados hacia fines de año, debería frenar la inflación y bajar el dólar. Todo dependerá también de la velocidad con la que crezcan los precios. De todos modos, en este último período habrá mayores certezas a nivel macroeconómico”, presume. “Hay mucho movimiento, con impactos mayores y menores a futuro, también habrá que ver cómo se llevan a cabo las decisiones políticas y de qué manera se las comunica a la sociedad”, considera Oliveto.

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