El mercado energético argentino es atractivo. Como suele decir el -por ahora todavía- CEO de YPF, Miguel Galuccio, "Argentina es un país con petróleo, no un país petrolero". Pero la ambición de pasar de uno a otro es cada vez mayor entre los actores involucrados en el sector.
El cambio de era estimula. Juan José Aranguren, ex CEO de Shell y futuro ministro de Energía cuando Mauricio Macri asuma la Presidencia, promete recuperar la "racionalidad" en la política energética. Mientras tanto, el potencial que arroja una gran disponibilidad de recursos (Vaca Muerta entre los no convencionales y un 75% de las cuencas sedimentarias disponibles sin explorar entre no convencionales) alimentan las expectativas para todos en el rubro.
En ese contexto se mueve Gulf Oil, que este mes anunció su desembarco corporativo en el país. Si bien la petrolera de origen estadounidense lleva más de 30 años en el mercado argentino, su desembarco corporativo llegó de la mano de su primera planta (Moreno) inaugurada en 2013 con una inversión de 10 millones de dólares. "La misma es única en su tipo, ya que es semi-automatizada. Actualmente produce 2.000 m3 de lubricantes por mes y por turno, teniendo la capacidad de hasta duplicar dicha producción", aseguran desde la compañía.
El anuncio de la petrolera fundada en 1913 muestra además otro dato de la fisonomía que tendrá el mercado energético en los próximos años. “Gulf Oil Argentina llega al país con el objetivo de responder a una demanda cada vez más exigente y desde aquí poder abastecer a todo el mercado latinoamericano”, afirma Gustavo Silva, gerente comercial de la firma. Como señalábamos en una edición reciente, el plano regional será clave.
