(Columna de Nery Persichini)
La noticia del balotaje revolucionó la Bolsa. Las acciones tuvieron un rally con gran volumen alimentado por renovadas dosis de optimismo entre los inversores. Brillaron los papeles de exportadoras, bancos, energéticas, constructoras, agroalimentos y economías regionales. Las expectativas que operan por detrás apuestan a que el próximo Presidente se ocupe de la corrección de desequilibrios económicos que constituyen un lastre para las empresas locales.
La buena performance electoral de Mauricio Macri lo posiciona como favorito de cara a la segunda vuelta electoral. El candidato de Cambiemos es, a los ojos de los inversores, más market-friendly que Daniel Scioli. Por ende, se espera que sea más propenso a normalizar la economía en el corto plazo. Y el mercado, que siempre se anticipa, aceleró las compras pensando en 2016.
Desde el viernes 23 de octubre, la última rueda antes de las elecciones, los principales índices bursátiles iniciaron un camino ininterrumpido de alzas, coronado con nuevos máximos históricos. El Merval quedó en 12.899 puntos, escalando 14%. Por su parte, el índice Merval Argentina acumuló un alza de 21% y rompió la barrera de los 13.270 puntos. Si bien hubo subas generalizadas, los desempeños más importantes se vieron en sectores puntuales que hace años vienen peregrinando en un desierto de baja rentabilidad debido a sesgos de la política económica. Dentro del panel líder, se vio una tendencia clara con Siderar (ERAR) y Aluar (ALUA), que se valorizaron más de 30% desde antes de las elecciones. Estas empresas industriales exportan gran parte de su producción, y se verían beneficiadas con un mayor deslizamiento cambiario y un menor ritmo inflacionario. Esto contribuiría a abatir sus costos en dólares y a mejorar su competitividad, ingresos y ganancias.
Otro de los sectores que vivió un furor fue el bancario, con una fuerte demanda tanto en Buenos Aires como en Nueva York ?mediante ADR's-. Banco Macro (BMA) fue el papel líder más destacado con un alza de más de 30%. El optimismo tiene sus bases en un futuro acuerdo con los holdouts y en las perspectivas de desarrollo del crédito a largo plazo, aspecto en la que Argentina está muy por debajo del promedio regional. El listado de acciones líderes más dinámicas se completa con Pampa Energía (PAMP). La cotización de este holding energético trepó más de 22% desde los comicios y acumula un alza de casi 200% desde fines de 2014. Así, Pampa es el reflejo de la visión positiva que recae sobre el segmento de utilities, flagelado por más de una década de congelamiento tarifario. Una liberalización de los subsidios energéticos y una progresiva regularización de las tarifas son los drivers que tiene el sector.
Por otra parte, en el panel general se vieron los desempeños más significativos desde la noticia del balotaje. Se destaca el rubro de la construcción con acciones como Caputo (CAPU), Polledo (POLL) y Dycasa (DYCA). La expectativa del levantamiento del cepo, la unificación de los tipos de cambio y la salida de cuatro años de estancamiento son algunos de los factores que alimentan las apuestas sobre este sector. La ola de optimismo también llego a los agroalimentos y las economías regionales. Las cotizaciones de Molinos (MOLI), Juan Semino (SEMI), Ledesma (LEDE) y Bodegas Esmeralda (ESME) crecieron más de 30% en pocas jornadas. Además de un dólar más caro, estas firmas esperan con ansias una reducción de la carga impositiva y de las retenciones a las exportaciones.
En resumen, la irrupción del balotaje le dio al mercado más razones para ser optimista, incluso sabiendo la delicada condición de la macroeconomía. Mejoras en la competitividad, acuerdo con los holdouts, actualización de tarifas y reducción del peso de los impuestos son aspectos inevitables que la nueva gestión deberá atender. Y por la sobresaliente performance de las acciones de sectores puntuales, los inversores prefieren que el ejecutor de estas medidas sea la oposición.
