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¿Cómo eliminar el cepo en 24 horas y no morir en el intento?

Se necesitará más que buena voluntad para evitar que la medicina no sea peor que la enfermedad

09 noviembre de 2015

Mauricio Macri y sus principales asesores económicos (Alfonso Prat-Gay y Rogelio Frigerio) ya anticiparon cuál será su primera medida económica en el caso de que lleguen al Gobierno, un escenario de probabilidades crecientes: eliminar el cepo cambiario. La decisión parece lógica: desde que se instauraron las restricciones cuantitativas al acceso de divisas, allá por finales de 2011, la economía se estancó. El diagnóstico, pues, está bien, pero la gran pregunta es cómo se va a financiar la demanda de dólares con un “BCRA pelado” (Macri dixit) y que tendrá, como calcula Julio Piekarz en esta edición, apenas US$ 2.000-3.000 millones de reservas líquidas el 10-D. Hablemos con los expertos.

Las visiones

“Hay varias maneras de compensar el shock que implicaría sacar el cepo de inmediato. En primer lugar, con tanta presión compradora en el mercado de cambios vas a tener que dejar subir el tipo de cambio oficial hasta que cierre la brecha con el blue. También hay que subir mucho las tasas de interés de manera de evitar una corrida sobre los depósitos. Un dato no menor, y que es crucial para cualquier plan, es tener un puente de financiamiento para usar durante el shock que te permita no sólo compensar la salida de capitales sino que ayude a fortalecer reservas. En este sentido, dado que aún no habrá acuerdo con los holdouts, habrá que seguir exprimiendo al máximo lo que llamamos la apertura heterodoxa de la cuenta financiera, tratando de conseguir adelantamiento de las liquidaciones del agro (algo que ya usó Alejandro Vanoli a fines del año pasado) y activar alguna línea de crédito con algún organismo internacional. La buena noticia es que el mercado está muy expectante por estas medidas, son muy optimistas y, pese a que el shock no será fácil de manejar, todo indica que estarían dispuestos a asumir el riesgo”, dice Martín Polo, economista jefe de Analytica.

“La situación del mercado cambiario es muy compleja y delicada (significativo atraso cambiario, bajo stock de reservas, acceso al financiamiento externo caro y acotado, etcétera) a lo que se le suman diversos condicionantes internos (elevada inflación, atraso tarifario, déficit fiscal y presión tributaria muy elevada) y un significativo deterioro del contexto internacional (el viento externo ahora sopla de frente)”, advierte Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de Ecolatina.

“Dado el escaso poder de fuego del BCRA, y el acotado margen de maniobra para hacer política económica (por los condicionantes internos y externos), cualquier paso en falso (especialmente en materia cambiaria) pone en riesgo la estabilidad económica. Por ende, se necesita un plan/estrategia claro y consistente para resolver el tema cambiario junto con los demás problemas que acarrea la economía argentina”, amplía. Vayamos al tema del cepo. “Para levantar el cepo minimizando los costos de corto plazo y maximizando las posibilidades de crecimiento en el mediano plazo, se requiere de una buena política económica. Si bien es deseable terminar con el cepo cambiario lo antes posible (ya que desde su instauración hace cuatro años la economía argentina sufre un escenario de estanflación), la prisa nunca es buena consejera. Un levantamiento inmediato del cepo no es la mejor alternativa”, reseña con énfasis.

“Antes de remover las restricciones en el mercado cambiario se necesita trabajar en un conjunto de medidas. Entre ellas, se destaca conseguir financiamiento externo para dotar al BCRA de mayor poder de fuego para administrar el precio del tipo de cambio oficial (dejar flotar la moneda implicaría un over-shooting del dólar oficial y una excesiva aceleración de la inflación). Para evitar accidentes, una persona antes de tirarse a la pileta chequea que haya agua. Con el cepo debería operar la misma lógica: antes de remover las trabas, habría que armar una red de contención para que el salto cambiario consecuente no genere una situación crítica. La clave pasa por las medidas necesarias, tanto previas como posteriores a la remoción del cepo, para evitar un accidente. Y para complejizar aún más la discusión depende de cómo se quiere salir del cepo. La Historia Argentina muestra que hay dos formas de remover restricciones cambiarias: unificación o desdoblamiento formal. Cada camino tiene sus particularidades y requiere de políticas distintas”, sostiene. Por ejemplo, Miguel Kiguel (EconViews), y cercano a Cambiemos (aunque no integra la mesa chica), sugiere un desdoblamiento cambiario.

Daniel Artana, economista jefe de FIEL, es algo más escéptico sobre la consistencia temporal de la medida. “Si se levantara el cepo cambiario y se dejara flotar el tipo de cambio, la demanda de divisas sería muy importante (?) La oferta de divisas podría ser insuficiente para abastecer la demanda o llegar tarde, lo cual sugiere que la liberación total del cepo (es decir, para nuevos flujos y para los atrasos) podría dar lugar a mucha volatilidad en el tipo de cambio nominal”, escribió en una nota intitulada “Buscando los puentes de plata”.

El equipo económico de Cambiemos cree que la oferta de dólares se recompondrá rápido. Por un lado, por la aceleración de la liquidación de la cosecha 2014/2015 retenida (calculan que, cuanto menos, US$ 5.000 millones en silobolsas) y, por el otro, por el ingreso de dólares (por las dudas, evitan la expresión “lluvia de dólares”) por una mayor confianza en la política económica. Para ello, coinciden todos los analistas, es menester devaluar: nadie va a querer entrar, dicen, hasta que no se sincere el tipo de cambio y sus dólares rindan más.

¿Y la inflación?

“La consecuente reunificación de los tipos de cambio removería la traba central al ingreso de capitales, pero a la vez implicaría la concreción de una fuerte (y necesaria) devaluación del peso con cuyas consecuencias habría que lidiar”, indica Federico Muñoz en su último informe, y amplía: “¿Qué tan alto treparía el tipo de cambio tras la remoción del cepo? Alfonso PratGay sostuvo que $16 sería un valor improbable para un dólar reunificado. Quizás el ex titular del BCRA tenga razón. Pero habiéndose extinguido las reservas líquidas con que el BCRA podría pulsear con el mercado y en vista de las fuertes devaluaciones reales de nuestros vecinos mientras el peso se apreciaba, no es descabellado esperar un salto del tipo de cambio cercano al 40%. En la eventualidad de un dólar que, liberado del cepo, trepa rápidamente a $14, la incógnita que se abre es qué ocurrirá con la inflación. Evidentemente, se necesitará un plan de estabilización muy consistente para evitar un rebrote inflacionario que licúe la suba del dólar”. Se viene un verano movido y paritarias tensas.

El impacto inflacionario de la devaluación está en el centro del debate estos días. Según el equipo económico de Cambiemos, el passthrough (la inflación adicional que genera el corrimiento cambiario) será bajo porque la economía ya está operando con el dólar blue. Sin embargo, otras voces sugieren lo contrario. “La fuerte aceleración de los precios tras la devaluación de 2014 no es un antecedente auspicioso”, dice Muñoz. “Quien diga que la devaluación no acelera la inflación miente”, escribió Ricardo Delgado en Twitter. “Por más que se debata cuánto es el traslado a precios de la devaluación, es sabido que el impacto se sentirá en los precios, elevando la inflación actual de 30% a un rango de entre 40% y 50%”, admiten desde Analytica. A una cifra similar llegó Aníbal Fernández: “Si gana Macri, habrá una devaluación del 67% y una inflación del 50%”.

El tema de los pesos

Pero también hay que preocuparse por los pesos. “El precio del dólar no depende de la oferta y demanda de dólares, sino de la oferta y demanda de pesos”, escribió por Twitter el economista Lucas Llach. El equipo económico ofrecerá incentivos para quedarse en pesos. ¿Suba de tasas? Probable. Pero, ¿será suficiente? Se vienen meses de elevada emisión monetaria, la demanda de pesos podría flaquear y serán varios los que querrán dolarizar sus tenencias de pesos.

Como vemos, si bien el diagnóstico de eliminar el cepo es correcto, se necesitará más que buena voluntad para evitar que la medicina no sea peor que la enfermedad.

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