El FMI lo volvió a hacer: en su nueva edición del Panorama Económico Global (WEO, en inglés), el organismo rebajó su proyección de crecimiento para el PIB global. Ahora, espera una expansión de 3,1% (versus 3,3% en julio y 3,5% en abril). ¿Los motivos? La desaceleración de las economías emergentes y una recuperación más débil de lo esperada en las economías avanzadas. Sin embargo, el nuevo economista jefe del organismo, Maurice Obstfeld, descartó una nueva crisis o una recaída de la economía global en una nueva recesión. “Una recesión global no es nuestro escenario base”, dijo en la presentación del WEO.
“El crecimiento mundial disminuyó en el primer semestre de 2015 como consecuencia del ahondamiento de la desaceleración de los mercados emergentes y del debilitamiento de la recuperación de economías avanzadas”, indica el WEO, y advierte que hay riesgos a la baja para sus pronósticos. A saber: el retroceso de los precios de las materias primas, la depreciación de las monedas de los mercados emergentes y la creciente volatilidad de los mercados financieros.
