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Faltan dólares y sobran los motivos

Se vienen los cien días más complicados para el “plan de aguante” del Gobierno

11 septiembre de 2015

El mercado cambiario continúa empeorando y muestra una dinámica similar a la del último trimestre de 2013. El BCRA vende cada vez más divisas y sólo puede sostener las reservas internacionales con los yuanes que llegan desde China. El principal problema es que las exportaciones, prácticamente la única fuente de divisas, no paran de caer en un contexto en el que la demanda sigue subiendo pese al cepo. Sin dudas, se vienen los cien días más complicados para el “plan de aguante” trazado por el gobierno desde que se aferró al “Patria o Buitres”.

Para contener la presión en el mercado cambiario y no acelerar la devaluación del tipo de cambio oficial, en agosto pasado el BCRA vendió casi US$ 1.500 millones siendo el peor resultado desde enero de 2014 y el peor agosto de los últimos quince años. Además, estimando que en los primeros diez días de septiembre habría vendido otros US$ 700 millones, desde la última semana de julio el BCRA “sacrificó” cerca de US$ 2.700 millones para evitar cualquier movimiento brusco del tipo de cambio oficial. La mala noticia fue que a pesar de estas ventas, el tipo de cambio oficial aceleró la suba, el blue siguió escalando y, con él, la brecha cambiaria volvió a ubicarse por encima del 70%.

Pese a las fuertes ventas que viene realizando el BCRA desde fines de julio, las reservas internacionales apenas cayeron US$ 400 M. Lo que evitó una caída mayor en las reservas fueron los swap con el Banco Popular de China por alrededor de US$ 1.500 M, acumulando desde octubre del año pasado algo más de US$ 9.000 millones, lo cual indica que casi un tercio de las reservas que dispone el BCRA tiene una contrapartida directa en el pasivo. Sin duda, con este balance, la “prometida” apertura gradual del cepo que dejó entrever el Gobierno a principio de año cuando las reservas aumentaban está muy lejos de concretarse e, incluso, esperamos más restricciones en lo que resta del año y eso tendrá impacto directo en la brecha cambiaria. Veamos por qué. El resultado que tuvo el mercado cambiario en agosto obedece principalmente a que ya no contamos con excedente comercial debido al notable retroceso que muestran las exportaciones. De hecho, estimamos que en el último mes la liquidación de exportaciones habría sido 5% menor a la de un año atrás. Recordemos que en el primer semestre habían caído 14% interanual, cifra que no fue peor debido al adelantamiento de liquidaciones que acordó en el primer trimestre el Gobierno con las exportadoras de granos. Detrás de este resultado se destaca la pobre performance de las exportaciones no agrícolas dado que, pese a la caída en los precios de las materias primas (30% interanual), la oferta del agro fue similar a la de un año atrás. Así las cosas, pese a que se mantiene un estricto control sobre las importaciones, el saldo comercial liquidado del mes habría mostrado un rojo de US$ 100 millones, inédito para lo que acostumbró el balance cambiario para esta altura del año.

Sin el saldo comercial favorable, el mercado cambiario vuelve a mostrar una dinámica similar a la de fines de 2013, salvo que en esta oportunidad no está el “justificativo” que había demora en la liquidación de las exportaciones sino que existe una caída continua y generalizada de las ventas al exterior producto de la notable pérdida de competitividad en un contexto de caída en el precio de las materias primas y con Brasil en recesión. Así las cosas y con déficit comercial, el BCRA se queda sin una red de contención para compensar la demanda de dólar ahorro y el déficit de la cuenta de servicios reales (turismo) que entre ambos suman una salida neta de algo más de US$ 1.200 millones por mes.

Este panorama es mucho más complicado para lo que resta del año. La liquidación de los “agrodólares” irá menguando, ya sea por cuestiones estacionales o bien ante un menor ritmo de venta de la cosecha ante las perspectivas de un ajuste cambiario, al tiempo que no vemos que los demás sectores puedan revertir el ciclo de caída. Del otro lado, aún con más restricciones cambiarias (ya se nota en septiembre una caída del orden del 30% en las autorizaciones de dólarahorro), la demanda neta seguirá subiendo. Con el Gobierno decidido a no mover el tipo de cambio oficial “más de la cuenta”, el BCRA seguirá sacrificando reservas que tratará de compensar con más yuanes.

Con un entorno global que no ayuda, por la delicada situación en Brasil, la desaceleración en China y los movimientos de la Reserva Federal en cuanto a la suba de tasas, la política deberá dar señales más claras del rumbo a tomar a partir del año que viene.

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