Existe un temor, alimentado por lo que pasó en ocasiones anteriores, sobre cuáles serán los efectos de una suba de tasas por parte de la Reserva Federal (Fed) sobre los mercados emergentes. No falta mucho para que esa suba ocurra y, por lo tanto, los temores están fundados.
Sin embargo, según Nouriel Roubini, “no tiene por qué haber dificultades y crisis generalizadas”. En primer lugar, dice, la suba de tasas venidera ya ha sido descontada por el mercado porque la Fed la viene anticipando hace rato y es probable que sea más paulatina que en otras ocasiones.
“Otra razón para que no cunda el pánico es la de que, en comparación con 2013, cuando los tasas de interés oficiales estaban bajas en muchas economías emergentes frágiles, los bancos centrales ya han endurecido su política monetaria. Como en muchas de esas economías las tasas de interés oficiales han llegado ya ?o están próximos a encontrarse? en niveles de dos cifras, ahora las autoridades no van retrasadas como en 2013”, agrega Roubini.
También, complementa, se han endurecido las políticas fiscales y crediticias, con lo que se han reducido los grandes déficit fiscales y de cuenta corriente y, en comparación con 2013, cuando las divisas, las acciones, los productos básicos y los precios de los bonos estaban demasiado altos, ya ha habido una corrección en la mayoría de los mercados en ascenso por lo que, cuando actúe la Fed, no serán necesarios otros ajustes importantes. Esto no implica que la suba de tasas será neutral para el mundo emergente.
“El abandono por la Fed de las tasas de interés oficiales en el nivel de cero causará diversos problemas a las economías con mercados en ascenso que tienen grandes necesidades de endeudamiento interno y externo, grandes volúmenes de deuda denominada en dólares y fragilidades normativas y macroeconómicas”, admite Roubini. Pero, como muchos países han hecho bien los deberes, “no tiene por qué haber dificultades y crisis generalizadas”.
