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"La demanda efectiva es clave"

Sergio Woyecheszen, coordinador del área de Desarrollo Económico de la Fundación DAR

16 julio de 2015

(Por Facundo Matos Peychaux y Alejandro Radonjic)

La Fundación Desarrollo Argentino (DAR), la usina de ideas sciolista creada en 2013 y conducida por “Pepe” Scioli, está ubicada, quizás premonitoriamente, a escasas cuadras de la Casa Rosada. En la oficina del economista Sergio Woyecheszen, subsecretario de Industria, Comercio y Minería de la provincia de Buenos Aires desde 2007 (ingresó de la mano de Christian Breitenstein, ministro de la Producción, Ciencia y Tecnología bonaerense) y coordinador del área de Desarrollo Económico de DAR, hay un libro, potencialmente premonitorio también, que se acaba de editar y ya está en manos del gobernador. “El objetivo central de la DAR es ir delineando y trabajando todo el programa de Gobierno de la Presidencia de Daniel Scioli”, dice Woyecheszen.

El trabajo, que comenzó en abril de 2014, plantea los lineamientos del programa de desarrollo, una palabra muy presente en el discurso sciolista. “Analizamos casos como el de Brasil y el de países más desarrollados como Alemania o Corea del Sur”, agrega. El capítulo de desarrollo consta de un trabajo de selección de sectores “en base a cuánto nos han dado en materia de innovación y cuánto más nos pueden dar, y lo mismo con respecto a las exportaciones y la sustitución de importaciones”.

El trabajo analiza 13 cadenas y 36 sectores de actividad, y las matrices insumo-producto de Argentina y se la compara con otros países. “Fue un laburo muy fuerte”, dice, orgullosamente, Woyecheszen. “Analizamos toda la cadena desde su incio y terminamos con la demanda esperada que pueden llegar a tener”, dice. “Hemos trabajado con todos los eslabones, incluyendo las cámaras empresarias y la pata sindical”, dice, y agrega: “Arrancamos trabajando con parte de la cadena y terminamos sentando a todas las partes en la misma mesa para tratar de consensuar los lineamientos”. A continuación, el diálogo que mantuvo con El Economista.

El 10 de diciembre se cumplen 8 años desde que Scioli asumió la gobernación de la provincia. Desde el punto de vista productivo, que es su especialidad, ¿cómo ha cambiado la fisonomía de la provincia?

La provincia es parte de un proceso nacional en el que se duplicó la industria, creció 70% el empleo y aumentó más de 40% la productividad laboral. La provincia representa 56% del PIB industrial del país y, por lo tanto, estos números son más intensos por la propia especificidad que tiene la provincia. A nivel nacional, se crearon unas 150.000 nuevas Pymes y 42-45%, según como discrimines, se crearon en la provincia. Hay más de 14.000 nuevas firmas industriales en la provincia. Los parques industriales se van a triplicar desde que asumió Scioli y hay un dato interesante: 83% están fuera del GBA. Con la reorientación de la Ley de Producción Industrial, con las mejoras en infraestructura, con la capacitación y la implementación de centros de educación productiva en los parques industriales y un esfuerzo público-privado mancomunado, hemos logrado desarrollos emblemáticos como el de Tres Arroyos donde a más del 50% de las materias primas se le agrega valor en el lugar cuando antes prácticamente todo salía en bruto del municipio. Está también el caso del pujante parque industrial de Chivilcoy donde está la empresa Paquetá, que en 2003 hacía dos modelos de Adidas, y hoy hace más de 50 modelos, tiene más de 900 empleados y ya empezó a generar un circuito Pymes proveedoras para sustituir importaciones. También está el parque industrial de Flandria, en Luján, que tiene un corte netamente textil y tuvimos que capacitar a sus empleados. Asimismo, presido el ente que administra La Cantábrica, un icono de la industria metalúrgica, y hoy es un parque industrial modelo que estamos ampliando y se han triplicado los pedidos de empresas para radicarse allí.  Estamos haciendo la tercera ampliación del parque de Mar del Plata, así como el de Almirante Brown, que es el segundo más grande de la provincia y va a tener más de 565 hectáreas. También hemos creado unidades productivas modulares, que son pequeños parques industriales que pueden establecerse en localidades rurales o urbanas de hasta 8.000 habitantes, donde enfocamos los instrumentos para estimular la agregación de valor en origen y no forzar a los pibes a irse a poblar los conurbanos de las grandes ciudades.

¿Este modelo es el que van a intentar replicar en el plano nacional si gana Scioli?

Sí, por las propias características que tiene la provincia. Se duplicó la capacidad operativa de los puertos, hay records de financiamiento con los programas Fuerza Productiva y Fuerza Parque, y lo mismo con el Fogaba para las Pymes proveedoras de esos encadenamientos aguas arriba y aguas abajo. Reorientamos y creamos instrumentos que son claves para sostener un proceso de crecimiento y desarrollo.

Hablemos un poco de “desarrollo”, una palabra muy en boga, y bienvenida sea, en el discurso de Scioli. ¿Qué supone?

Hay cuatro grandes pilares. Uno es sostener una macroeconomía para el desarrollo, es decir, una demanda efectiva pujante y un mercado interno fuerte. Por otro lado, hay que trabajar en la infraestructura. El país tiene que avanzar, como hizo la provincia, en la inversión ferroviaria, vial y en la puesta en valor de la hidrovía y los corredores bioceánicos, en la energía. Hay todo una agenda muy grande y estructural allí. Otro pilar es la capacitación de la mano de obra, que debe empezar con los primeros 100 días de los chicos y la educación básica para que todo eso redunde en mayores oportunidades para capacitarlo. El último pilar tiene que ver con las instituciones y en cómo implementas todos estos programas: las cámaras empresarias, las agencias de desarrollo, la propia labor de cada provincia y municipio, con la articulación de todos los programas en los tres niveles de gobierno. Este proceso integral lo vemos motorizado por dos ejes fundamentales. Por un lado, con la innvoación en ciencia y tecnología. Cada cadena tiene que adquirir más escala e innovación y llegar, idealmente, a la frontera tecnológica. Por otro lado, hay que trabajar para darle mayor densidad a la estructura productiva. Si no encontramos la forma de crear 350.000-450.000 empresas proveedoras de muchas cadenas de valor es muy difícil dar respuesta a la fuerte dependencia de la industria de las importaciones y siempre te lleva a la restricción externa y, por otro lado, a romper el techo de generación de empleo. Hay más de 30% de informalidad laboral y tenemos que crear 4-5 millones de empleo para darles respuesta a la informalidad laboral y la desigualdad de ingresos.

¿El consumo interno puede ser el motor del desarrollo o también hay que pensar en los mercados externos?

Son complementarios. Tener un mercado interno pujante te motoriza la inversión, que también hay que estimularla con beneficios crediticios y otros instrumentos, para ganar escala y productividad que te den mejores posibilidades de exportar. Cuando planteas una economía únicamente que produzca pensando en la exportación, y lo haces con salarios bajos, y pienso en varios países del sudeste asiático, no estás un procesos sustentable. Incluso China está cambiando ese paradigma y tenes hoy empresas que exportan maquinaria a Alemania con salarios de US$ 1.800 y US$ 2.000. La dicotomía consumo versus exportaciones es falsa. Hay que motorizar el consumo y al mismo tiempo abrir nuevos mercados y exportar bienes con cada vez más valor para hacer más sustentable el proceso. Si estimulás el consumo pero no logras eslabonar la cadena productiva vas a terminar chocando siempre con la misma pared: la restricción externa.

Desde fines de 2011, la economía oscila entre el estancamiento, la recesión y el crecimiento bajo. Scioli se propone duplicar el PIB en 10 años y, para ello, es necesario crecer, y mucho. ¿Cómo se reactiva el crecimiento?

Si hay una característica que tiene una estructura productiva desequilibrada, como decía Marcelo Diamand, son esas. Si tenés una economía que apuesta por la demanda y el sostenimiento industrial te desata, vía puja distributiva, factores que tienen que ver con la inflación. No hay inflación de demanda en Argentina. Es una inflación estructural y, en particular, cambiaria. Como necesariamente tenés que importar muchas partes y piezas para producir, en la medida que te vas quedando sin dólares la economía se va desacelerando. Por eso fue tan importante el equipo que inició el equipo económico actual para reestablecer el frente externo, hasta la trampa que nos impusieron los fondos buitres. Necesitás crecimiento y, para eso, necesitás dólares. Al menos, claro, que quieras resignar la industria y poner en peligro 1,2 millones de puestos de trabajo.

¿O sea que la cuestión de los fondos buitre está en la agenda del próximo gobierno?

Está en la agenda actual y en la del próximo Gobierno. Lo que no hacemos nosotros es hacer promesas ni mucho menos decir que vamos a salir corriendo a pagarles. Poner plazos o dar definiciones irresponsables como las que se escuchan desde la oposición lo que hacen es entorpecer las negociaciones. Argentina está negociando fuerte, con mucho coraje y hay que sostener esa negociación porque detrás de esto se pueden ir no solo mayores divisas sino también mayores posibilidades de crecimiento para pequeñas y medianas empresas y empleo.

En una entrevista reciente, la ministra Débora Giorgi decía que lo que se está pagando en estos últimos cuatro años de estancamiento y escasez de divisas es no haber podido revertir la matriz oligopólica y extranjerizada del empresariado en Argentina. ¿Hay que cambiar el perfil de la cúpula empresarial para evitar la restricción externa y lograr el desarrollo?

En lo personal no veo esa dicotomía. Obviamente, la extranjerización de la economía ha sido resultante de un proceso de larga data que se fue dando desde mediados de los '70 junto con otros procesos de desarticulación productiva, tecnológica y social, y es real. Pero creo que hay que salir de ciertas dicotomías falsas entre campo o industria -que se soluciona con agregación de valor-, entre micro, medianas y grandes empresas -que se resuelve eslabonando- y entre capital extranjero o nacional, que se soluciona con trabajo productivo. No me preocupa tanto reducir la cantidad de empresas de capital extranjero, lo que quiero es multiplicar el capital nacional y fortalecer los vínculos entre ambos y que eso redunde en más y mejor empleo para Argentina. No me preocupa que venga una empresa alemana, francesa o norteamericana a invertir en Argentina sino que tenga una pata nacional, que sea a largo plazo, que responda a los objetivos que yo quiero plantear y que no sea una inversión golondrina o puramente extractiva que no deje nada. La solución a esa discusión de la composición de la cúpula se resuelve generando cada vez más empresas de capital nacional, eso solo va a cambiar la composición.

Para eso hace falta que el Estado esté presente.

Totalmente, como ha sido en los últimos años. La planificación del desarrollo es algo indelegable para el Estado. Hay cuestiones que se pueden hacer en conjunto o consultarle al sector privado pero el norte y la planificación deben ser del Estado.

Pasando al plano externo, ¿preocupa que no haya tanta demanda hacia futuro por parte de los principales socios externos como Brasil y en menor medida China?

Sí, lo de Brasil es preocupante. Están pasando un proceso que podrían evitar en gran parte, si con las reservas que tienen pusieran el foco un poco más sobre el crecimiento. Es preocupante para los propios brasileños y también para la región y para Argentina porque muchos de los objetivos de nuestro desarrollo pasan por una complementariedad muy fuerte con el Mercosur en general y con Brasil en particular. Obviamente cuando cae la demanda externa nos preocupa porque afecta a nuestras exportaciones pero el gran eje está puesto en la articulación productiva con cada una de estas economías y en ver hasta donde se puede lograr una complementación; cuánto puedo como región negociar mejor y sentarme en las grandes mesas donde se toman decisiones a nivel mundial para sacar mayores beneficios para nuestro desarrollo. Lo que tiene que ver con la integración nacional de autopartes o con la metalmecánica, por ejemplo, requieren de una mayor integración de la región como un todo. Pero la cuestión pasa también por China, hay un doble trabajo: el fortalecimiento del Mercosur pero en equilibrio también con lo que hace a la zona de Asia Pacífico; no podés apuntar a una región y descuidar a la otra.

Ya que Scioli propone duplicar el PIB en 10 años, la economía va a tener que crecer y bastante. Además de la demanda, ¿cómo se busca ese crecimiento desde el punto de vista macroeconómico?

Crecer requiere una demanda pujante y que esa demanda no choque con las mismas paredes requiere un trabajo fuerte en las cuestiones que tienen que ver con la recuperación de muchas tramas productivas y además de una composición sectorial de esa demanda orientada a la creación de miles de pequeñas y medianas empresas, de una inversión muy fuerte no solo privada sino pública y no solo en maquinaria sino en infraestructura. Estamos viendo grandes oportunidades de inversión en sectores que van a ser clave a futuro como la minería, la agroindustria y la energía, en el marco de la recuperación de YPF y con lo que supone Vaca Muerta. Y estamos previendo un montón de proyectos de inversión sectoriales para que esa entrada fuerte de capitales que vamos a tener en el marco de esos proyectos no supongan una presión hacia la reprimarización de la economía sino que nos sirva para reorientar y financiar el proceso de crecimiento.

¿La reprimarización podría venir por el lado de las presiones para que baje el tipo de cambio?

Sí, pero además por ejemplo si trabajás en minería pero no desarrollás al mismo tiempo maquinaria y siderurgia para esa actividad, vas a necesitar maquinaria extranjera y terminás afectando la posibilidad de aprovechar la minería para que te dé escala en maquinaria asociada, que a su vez te da horizonte para pensar en una escala en fundición, autopartes, maquinaria agrícola, electrónica y otros sectores. Eso puede generar no sólo divisas sino también empleo.

El postulado sería salir de la restricción externa con las propias fuerzas productivas.

Sí, obviamente en el marco de la resolución del frente externo vas a necesitar de un puente de financiamiento, pero que tiene que estar orientado a la infraestructura y hacia proyectos de inversión en cada uno de los sectores productivos.

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