El Economista - 70 años
Versión digital

jue 28 Mar

BUE 25°C

Energía: revertir la tendencia

Pese al aporte de YPF, la producción de petróleo y gas sigue cayendo

08 julio de 2015

(Columna de Facundo Matos Peychaux) La producción de petróleo en Argentina ha venido cayendo ininterrumpidamente desde 1998. La de gas, desde 2004 sin frenos. El Plan Houston, ideado en 1985 durante la administración de Raúl Alfonsín, fue el último programa energético con miras al largo plazo. Desde entonces, el sector energético sufrió el apartamiento del Estado y las privatizaciones de los noventa, que alcanzaron en el temprano 1992 a YPF. La situación se mantuvo sin cambios hasta los años más recientes, cuando la gestión de la petrolera volvió a manos del Estado. Sin embargo, eso no bastó para modificar la tendencia declinante del sector, que siguió afectada por la falta de una visión estratégica que contemple una articulación entre el sector público y el privado y una agenda de objetivos a corto, mediano y largo plazo. El panorama actual muestra déficits, que hicieron retroceder la situación general del sector a sus valores de la década para que sirve el del '80. Desde 2003 a hoy, las reservas comprobadas de petróleo cayeron en un 13%, de 425.022 m 3 a 370.374 m3, mientras que las de gas natural mermaron en un 47%, de 612.291 millones de m3  a 328.258 millones de m3, según el Instituto Argentino de Petróleo y del Gas (IAPG). A su vez, la producción volvió a los niveles que tenía previo a la privatización de YPF, la empresa más grande del sector y por ende, más determinante en el desenvolvimiento sectorial. La producción de petróleo fue en 2014 de 31.978 m3, mientras que la de gas fue de 41.484 millones de m3. Todo esto llevó a que Argentina dejara de ser exportadora neta de energía y desapareciera en el autoabastecimiento energético por primera vez desde 1989. La nacionalización de YPF, sancionada en 2012 por el Congreso Nacional por iniciativa del Poder Ejecutivo, declaró de “interés público” el autoabastecimiento energético. Sin embargo, el panorama desde entonces no cambió mucho. Desde que la gestión de la petrolera regresó a manos del Estado, sus indicadores mejoraron pero no los del sector energético en total. Entre 2009 y 2011, últimos años de la gestión de Repsol, la producción total de hidrocarburos de YPF caía entre en torno al 5-8% anualmente. Ya en 2012, la merma fue del 0,6% y en los dos años sucesivos, logró aumenta su producción petrolera y gasífera en un 3,1% y 13,6%, respectivamente. Sin embargo, el crecimiento de YPF ?que concentra únicamente el 35% de la producción hidrocarburífera argentina- no logra revertir la tendencia negativa del sector por sí sola. En los últimos años, es la única empresa que incrementa su producción de gas y solo junto a Pan American Energy (PAE), la que crece en el sector petrolero. El resto de las compañías privadas, sigue la tendencia decreciente de los últimos decenios. Por eso, pese a que debería arrojar una disminución en las importaciones, la compra de energía al exterior viene subiendo año tras año, hasta superar los US$ 10.000 M, un piso al cual no se pudo perforar ni siquiera en 2014, cuando las importaciones cayeron, fruto de la reducción del precio internacional del petróleo y la menor demanda local explicada por la desaceleración de la economía. Por su parte, las exportaciones se mantuvieron en torno a los US$ 5.000 M en los últimos años, lo que en 2014 arrojó un saldo comercial deficitario en US$ 6.243 M. Por otro lado, el presente del sector muestra una matriz energética de consumo poco diversificada, en la que el 86% de la energía que abastece al mercado interno proviene de fuentes hidrocarburíferas, es decir, de petróleo y gas, mientras que el 14% restante se debe a energías alternativas, como la hidroeléctrica, la eólica, la solar y la nuclear. En Brasil, esa división se da en mitades: el 50% proviene del gas natural y el petróleo y el otro 50% se genera a partir de otras fuentes alternativas. Como señala Jorge Lapeña, “el problema es doble: en una matriz cada vez más dependiente de los hidrocarburos, cada vez se produce menos gas y petróleo”. La gran promesa para la actual administración de YPF y del Gobierno Nacional, son sin dudas los hidrocarburos no convencionales. Para buena parte del mundo que apuesta especialmente en Estados Unidos por la extracción de shale oil y shale gas, también. En ese sentido, Argentina tiene un gran potencial. Desplazó a Estados Unidos del segundo lugar en reservas de shale gas y actualmente se ubica solo detrás de Rusia. En shale oil, en tanto, el país ocupa el cuarto lugar. De todos modos, por los elevados costos de extracción y las técnicas y el know how que requiere el fracking, Vaca Muerta es todavía una apuesta a largo plazo y de alcances desconocidos.

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés