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El país debe buscar nuevos socios para el crecimiento

Hay muchos mercados pujantes en los cuales el país aún no hay penetrado con éxito

22 julio de 2015

El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de revisar sus proyecciones de crecimiento y, una vez más, lo hizo a la baja. Ahora espera que el PIB global crezca 3,3% en 2015. En abril, la proyección era de 3,5%. El principal motivo es que el nivel de actividad económica en EE.UU., la principal economía del mundo, decepcionó en el primer semestre. El FMI corrigió a la baja su pronóstico de crecimiento para EE.UU. en 0,3 punto y ahora espera una suba de apenas 2,1% en el año en curso. También redujo 0,6 punto su pálpito para la eurozona aunque todavía espera un crecimiento positivo de 2,5% este año. Es un buen dato que Alemania (1,6%), Francia (1,2%), Italia (0,7%) y España (3,1%), las cuatro principales economías de la eurozona, estén en terreno positivo. En tanto, el Reino Unido, que forma parte de la UE pero no de la eurozona, crecerá 2,4%. Canadá crecerá 1,5% y las economías agrupadas en la categoría “otras economía avanzadas” subirán sus niveles de producción 2,7%. De todas maneras, habrá que monitorear de cerca lo que ocurra en Grecia, y también en China, para ver si estos pronósticos se sostienen a lo largo del año.

Si bien es un buen dato que las economías avanzadas crezcan, y reviertan la tendencia de los últimos años, hay muchos motivos para preocuparse si miramos desde Argentina. Veamos. Brasil caerá 1,5% y América Latina y el Caribe apenas crecerán 0,5% (en abril, el pálpito era 0,9%), es decir, se sigue desacelerando. Y lo mismo ocurre con China: “apenas” crecerá 6,8% este año, la tasa más baja desde 1990. Es decir, los principales socios comerciales de la Argentina están en recesión, estancados o desacelerándose. Y, para peor, devaluando sus monedas para ajustarse a un nivel de precios de commodities más bajos (en promedio, las materias primas, excluyendo al crudo, caerán 15,6% en 2015). Argentina, con una paridad cuasi fija y un tipo de cambio atrasado, pierde aceleradamente competitividad-precio y obtura la posibilidad de una salida exportadora, como en los 2000, a su estancamiento, que este año cumple su primer lustro. Asimismo, se avecinan tasas más altas, es decir, costos financieros más altos y, por lo tanto, la necesidad de ajustar aun más los sectores externos.

Hay, sin embargo, grandes oportunidades poco sondeadas por el país. La India, un mercado muy poco explotado por Argentina, crecerá 7,5% este año y el siguiente. Africa subsahariana crecerá 4,4% y 5,1%, respectivamente. Los países de Oriente Medio y el norte de Africa también crecerán, y los países catalogados como “emergentes de ingresos bajos” exhibirán índices de crecimiento, en promedio, de 5,1% y 6,2% en 2015 y 2016, respectivamente. En un entorno global complicado, hay mercados pujantes, que están urbanizándose, cambiando sus hábitos de consumo y el país deberá enfocarse allí para colocar aceites, alimentos procesados, leche en polvo, trigo, maíz y otros productos en los cuales tiene ventajas competitivas notorias. Si bien las exportaciones hacia esos mercados están subiendo con fuerza (y el país es estructuralmente superavitarios con ellos), aún hay mucho margen para avanzar y hay iniciativas como el Programa de Aumento y Diversificación de las Exportaciones (PADEx), que apuntan en ese sentido. Por supuesto, así como a la suerte hay que tentarla, a las oportunidades hay que saber aprovecharlas para convertirlas en realidad. Para ello se necesitan más incentivos para aumentar los niveles productivos (y los saldos exportables) y canalizarlos hacia esos mercados.

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