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Recuperar protagonismo

Las Pymes pierden participación en la generación de riqueza de nuestro país

20 mayo de 2015

(Columna de Vicente Donato, director de la Fundación Observatorio PyME)

Desde hace una década venimos observando en Argentina un creciente proceso de dualización industrial: las Pymes (aquellas empresas cuya dimensión abarca a las plantas productivas que ocupan entre 10 y 200 ocupados) pierden cada vez más peso a favor de las grandes empresas. Y, en este mismo proceso, las Pymes se achican cada vez más, tomando el sendero hacia la microempresa (aquellas con menos de diez ocupados).

El año pasado la producción industrial de las Pymes cayó 9,5% y en 2013 otro 5,3%, mientras que la producción de las grandes industrias sufrió una leve contracción en 2013 y una caída de sólo el 2,5% en 2014. En relación a 2004, el nivel de producción de las Pymes industriales está prácticamente estancado, mientras que la producción industrial de las grandes creció 49%.

La pérdida de participación de las Pymes en la generación de riqueza de nuestro país no es un dato positivo. Como tampoco lo es este cambio estructural. Esta clase media industrial constituida por miles y miles de empresas desempeñó históricamente un papel muy importante en la distribución de la riqueza de nuestro país, favoreciendo la incorporación de crecientes masas de población al mundo del trabajo y a su cultura productiva.

Hoy la participación de las Pymes argentinas en la generación de producción y empleo sigue cayendo, en un contexto en el que siempre fue inferior a la registrada en los países más ricos del mundo. Este panorama no sólo no cambiará en 2015 sino que, de acuerdo a nuestras estadísticas, se verá aún más agravado.

Las Pymes industriales están cada vez más empobrecidas y sin perspectivas de crecimiento si el escenario local no cambia y la política pública no termina de comprender las consecuencias negativas de la creciente dualización de nuestra estructura industrial.

Industria versus servicios

Es cierto que la dinámica negativa de las Pymes industriales es muy diferente que la dinámica positiva de las Pymes de los servicios, especialmente aquellas de los segmentos más avanzados como el software y los servicios informáticos. En efecto, mientras la producción de las Pymes industriales cayó casi 14% en los dos últimos años, las Pymes de software y servicios informáticos crecieron 28% durante el mismo período.

Sin embargo, sería ingenuo ilusionarse con una completa reconversión productiva basada en la reconfiguración del sistema productivo de las Pymes basada en la sustitución de las Pymes industriales por las Pymes de servicios.

Por ejemplo, la misma expansión de la producción de las Pymes de software y servicios informáticos está limitada en su desarrollo sostenible de largo plazo por la inexistencia de una industria local capaz de producir el hardware necesario para el avance de los productos más sofisticados y avanzados del sector. Para colmo de males, y aún desde una perspectiva de corto plazo, el hardware necesario para el avance del sector más sofisticado de los servicios no se puede importar debido a la actual política comercial de Argentina.

Impacto negativo

Las razones de la disminución de la importancia relativa de las Pymes en la producción argentina son varias, pero una de ellas tiene que ver con la persistencia de una alta inflación. En efecto, la tendencia divergente entre la producción industrial de las empresas más grandes y las Pymes comenzó en el bienio 2006-2007 y se fue acentuando durante los últimos años.

Es que cuando aumenta la inflación, también lo hace la ineficiencia relativa de las Pymes y se pierden mercados. Bajo regímenes de alta inflación y volatilidad de precios relativos, las Pymes se perjudican más que las grandes porque no cuentan con las herramientas suficientes para gestionar adecuadamente el desorden de precios y costos. En este contexto, cae la rentabilidad no sólo por el incremento de los costos directos de producción sino también por la creciente ineficiencia de la gestión empresarial.

Otras razones estructurales de la creciente divergencia son la falta de acceso al crédito, la escasez de mano de obra calificada y la insuficiente dotación de infraestructura disponible para el desarrollo. En efecto, las empresas más grandes ofrecen mayores garantías de repago a los bancos y logran acceder mejor al poco crédito disponible, que es otra de las calamidades que produce la inflación.

Asimismo, las grandes empresas logran reclutar lo mejor de la poca oferta de recursos humanos existente en Argentina. Las estadísticas compiladas por la Fundación Observatorio Pymes (FOP) muestran que 80% de las Pymes tiene altas/medias dificultades para reclutar trabajadores calificados o técnicos. Por último, los graves problemas de localización urbana provocan problemas con la gestión de la contaminación, las inundaciones y los cortes de energía.

El problema del desarrollo económico de Argentina tiene una asignatura pendiente: el genuino impulso del sistema productivo Pyme, con el objetivo de recuperar el terreno perdido, la producción de calidad y la generación de empleo. Para ello la política pública debe frenar la inflación, promover la formación técnica de los jóvenes, incentivar el crecimiento del sistema financiero para el apalancamiento de las inversiones y resolver los graves problemas de acceso a la infraestructura de servicios.

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