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Los economistas de los presidenciables

¿Qué piensan sobre la economía y sus posibles salidas?

02 noviembre de 2014

Uno de los paneles más esperados del 50° Coloquio de IDEA fue el que protagonizaron los economistas de los principales candidatos o espacios con probabilidades de gobernar el país a partir de 2015. Hubo mucho diagnóstico, algunas propuestas y, también, algunas ideas que se escaparon (o, cuanto menos, que no forman parte del discurso de sus jefes) que invitan a pensar en algunas políticas posibles que implementará quien resulte vencedor el 23 de octubre (o en el balotaje, tan en boga éstos días en la región).

Miguel Bein, Francisco Cabrera, Ricardo Delgado y Javier González Fraga, referentes económicos del sciolismo, macrismo, massismo y radicalismo, respectivamente, ofrecieron sus visiones sobre la economía y, sobre todo, sobre cómo enfrentar los principales problemas. Y si de problemas hablamos, no es raro que el primer tema propuesto por el periodista José del Río, el moderador, haya sido la inflación.

Bein, titular del Estudio Bein y asesor del gobernador bonaerense, arrancó con un chiste: “La inflación la resolvemos en media hora. Ponemos la tasa de interés donde hay que ponerla, bajamos el gasto público hasta donde hay que bajarlo, nos vamos a almorzar y, cuando volvemos, desapareció el país”. Se desprende del chiste que bajar la inflación desde el 33-34% (según los números de Bein) no es fácil sin costos colaterales severos. “Una vez que la inflación está lanzada y toma inercia, se cuela como una enfermedad en los intersticios de la realidad política, económica y social”, explicó y dijo, es obvio, que es más difícil de bajar cuando más alta está porque “el que para primero pierde mucho: no es lo mismo que la masa salarial caiga 2 puntos que 20”. “Bajarla requiere un abordaje gradual, pero serio y firme a la vez. Me gustaría estar en cuatro años en la zona de un dígito, minimizando los costos sociales en el camino”, dijo Bein. “Ojo con querer actuar demasiado aceleradamente en el frente antiinflacionario”, siguió y dijo que “hay que construir una moneda nacional, como hizo Brasil y reducir todo lo que se pueda la dominancia fiscal del Tesoro sobre el BCRA”. Las cuentas fiscales, explicitó, “deben estar razonablemente ordenadas”.

Cabrera, presidente de la Fundación Pensar, think tank macrista, sí apunto, más concretamente, a lo que a su juicio constituye la causal inflacionaria. “Desde que CFK asumió, la inflación fue de 350% y la tasa de emisión del BCRA de 320%”, dijo Cabrera. “Para derrotar la inflación, lo principal es tener una política monetaria adecuada y así dejar de ser el segundo país con la inflación más alta del mundo”, acotó. “Como dijo Alan Greenspan, la tasa de inflación debe ser aquella en la cual las empresas y las familias dejen de tomar decisiones en base a la inflación”, dijo y añadió que hay que reducir los subsidios (“se puede sacar el 30% de los subsidios si se le ponen precios de mercado a la energía al 20% más rico de la energía”) y “volver a tener un Indec razonable”. “Creo que Massa debería haber recuperado el Indec”, dijo, mandándole una chicana al siguiente expositor, Ricardo Delgado, referente del equipo económico del Frente Renovador.

Delgado dijo que la inflación es la madre de todas las batallas y “la venimos perdiendo hace ocho años”. Como Bein y Cabrera, mencionó que el ataque a la inflación debe ser gradual (aunque dijo que en dos años la inflación podría estar cerca del dígito) y le asignó responsabilidad, aunque no de modo excluyente, a la política monetaria. “En términos patrimoniales, el BCRA está cerca de la quiebra”, dijo. Se diferenció de ambos al mencionar una cuestión hasta ese momento ausente: la inversión. “En los últimos tres años, perdimos 5 puntos del PIB de inversión: la tasa de inversión pasó del 23% del PIB al 18% y eso explica varios de los problemas de oferta que hoy tiene la economía”, dijo y señaló que es preciso volver a ahorrar en pesos para recrear un mercado de capitales, aun ausente (el ratio de bancarización sobre el PIB no supera el 12%, acotó). Por último, mencionó la necesidad de recuperar el Indec y recogió el guante de la chicana de Cabrera, recordando que Massa propuso hacerlo cuando fue jefe de Gabinete, “pero eso no estaba en la agenda del Gobierno”. Añadió que el FR presentó un proyecto para crear la Agencia Nacional de Estadísticas y Censos. “Somos la única fuerza política que presentó un proyecto al respecto”, remató.

González Fraga, ligado al radicalismo, propuso adoptar un programa de metas de inflación y bajar el gasto público. “El drama no es que el BCRA emita tanto, el drama es que se haya duplicado el gasto público en diez años”, mencionó. “La responsabilidad primaria de controlar la inflación no es del BCRA sino del Presidente de la República y de todo su Gobierno”, explicó. “El objetivo se tiene que lograr en 2, 3 o 4 años, lo más rápido posible: todo depende de la capacidad de poner en orden las cuentas públicas”, dijo y explicó que la idea sería llevar la tasa de inflación al dígito en el cuarto año de Gobierno, es decir, 2019. Más adelante, explicitó el plan del FA-Unen para con el Indec: “En las primeras 24 horas, echar a todos los que llegaron de la mano de Guillermo Moreno y, en las segundas 24 horas, recontratar a todos los desplazados”. Aplausos. ¿Se podría aplicar en la realidad tan fácilmente?

Cepo y retenciones

Luego de la inflación, casi por inercia la conversación fue girando hacia la cuestión cambiaria y el tema del cepo, que por estos días cumple tres años. Según Cabrera, desmantelar el cepo, junto a otras medidas como la seguridad jurídica y solucionar el conflicto con los holdouts (“creo que Kicillof va a arreglar en enero o febrero; no puede ser tan irracional”), es vital para volver a atraer Inversión Extranjera Directa (IED) en las magnitudes que precisa el país. Delgado también propuso “el desmantelamiento de todas las trabas para operar en moneda extranjera” y dijo que eso ayudaría a aceitar el flujo de inversiones hacia sectores estratégicos del país. Asimismo, propuso, en línea con un proyecto presentado por el FR este año, eliminar las retenciones a las exportaciones de las economías regionales, al trigo, reducirlas a la mitad para el maíz y mantenerlas para la soja. González Fraga retomó la idea de Bein y Delgado de “recrear una moneda nacional”. Esa fue, dijo, la respuesta que tuvieron países como Chile y Brasil que, como la Argentina, tuvieron épocas de adicción al dólar. Según Fraga, antes de la creación del mercado de capitales, es preciso adoptar políticas para estimular la inversión. “Una vez que haya voluntad de inversión, hay que preocuparse por cómo financiarlas”, dijo. “Sin mercado de capitales, no habrá competitividad sistémica”, dijo Cabrera.

También hablaron todos, aunque sin muchas precisiones, sobre reducir la presión tributaria y avanzar hacia un esquema más progresivo y que estimule la producción, lo que naturalmente generó varias rondas de aplausos en la audiencia.

Balance

En líneas generales, hubo muchas coincidencias, aunque los propios expositores lo negaron (es lógico: todos quieren llevar agua para su molino), tanto en las causas del actual malestar económico como en las posibles salidas. Más que un viraje de 180° como el de los '90 a los 2000, lo que venga en el futuro quizás sea más parecido al modelo 2003-2007, que tan exitoso fue para hacer girar la rueda virtuosa de la economía, para recrear un consenso social (empresarios, trabajadores y sindicalistas) en torno a sí mismo y, sobre todo, para ganar elecciones.

* * *

Recuadro: Entre líneas

Los economistas fueron intercalando su diagnóstico de la realidad económica con algunas sugerencias de política económica que, quizás, no dejaron del todo tranquilos a sus jefes. Bein, por ejemplo, habló de eliminarle las retenciones al trigo, girasol y al maíz y, “a estos precios”, reducirlas para la soja. Es impensable escuchar a DOS decir eso hoy en día, más allá de que es posible de que lo piense. Menos polémico fue su pedido de que se reduzcan los subsidios a la clase media, tema que ya había introducido Cabrera: “La Argentina no le puede regalar $65.000 millones al año de tarifa eléctrica a las clases medias. Cuando el BCRA emite, entonces, no está emitiendo para financiar al Tesoro sino a la compra de dólar ahorro y dólar tarjeta de 3 millones de familias. No es normal. No somos un país rico y no estamos sentados sobre un mar de nada, como Venezuela”, dijo. Quizás el exabrupto (al menos que lo estén pensando en los cuarteles amarillos) haya sido la propuesta de Cabrera de “partir en pedazos y subastar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad” de la Anses o la de González Fraga de renovar el plantel del Indec en las primeras cuarenta y ocho horas de Gobierno. Una cosa es hablar de economía y otra, un tanto distinta, es hacer política económica.

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