El Economista - 70 años
Versión digital

sab 20 Abr

BUE 18°C

Sin crédito ni soja

Más recesión en 2015

14 octubre de 2014

Aun cuando pagar el fallo implica llevar la deuda pública del 8% al 13% del PIB, sin siquiera hacer mella al notable desendeudamiento conseguido en la última década, igualmente Argentina entró en desacato y se encamina a un nuevo default. Más aún, los argumentos oficiales para no pagar el fallo viraron desde el tecnicismo de la RUFO a una cruzada anti buitre alrededor del mundo, que llevó al G7 a tomar distancia de Argentina.

Pese al desacato y al default, los precios de los títulos públicos se mantienen firmes no sólo por el bajo nivel de endeudamiento que aborta toda posibilidad de quitas nominales a futuro, sino que el sector privado considera que si el actual Gobierno no paga la sentencia en 2015, es muy probable que lo haga el próximo Gobierno en 2016, poniendo fin a la saga del default.

Ahora bien, la probabilidad que el actual Gobierno pague la sentencia no son nulas, ante la imperiosa necesidad de llegar al crédito externo que amortigüe la restricción externa que, para peor, promete agravarse ante el colapso del precio de la soja.

En efecto, en sólo semanas el precio de la oleaginosa se desmoronó 35% y del maíz 25%. Estocada a las exportaciones que se hará sentir en 2015, independientemente de si el Gobierno acata el fallo de Griesa. De hecho, de mantenerse estos precios tal como descuentan los futuros a mayo 2015, entonces las exportaciones se resentirían otro 10% en 2015, equivalente a otros US$ 7.000 millones. La caída adicional en las exportaciones llega cuando la restricción externa hace rato limitó el crecimiento económico y la devaluación terminó siendo el único camino para hacer caer el consumo y estabilizar la pérdida de reservas del BCRA.

En este contexto de soja en baja, inflación en alza y default en puerta, la expectativa de devaluación del peso vuelve a retomar fuerza, empujando el dólar informal cerca de $16, lo que implica una brecha con el oficial superior al 80%. El reciente incremento de tasas de interés permitió bajar el informal algunos peldaños a costa de encarecer el crédito. Ahora bien, en enero de 2014 se devaluó en el marco de “un plan” que prometía ajuste fiscal (tarifas), monetario (tasas), reconciliación con el exterior (CIADI, Club de París y Repsol), y una nueva promesa de sincerar el Indec, todo con renovados equipos en el MEcoN y el BCRA. Al margen de como terminó la realidad, lo cierto es que ahora no hay indicios de un nuevo plan integral que permita contener las expectativas frente una nueva devaluación, otorgando mayor posibilidad de traslado a precios, ahora sólo limitada por la profundidad de la recesión.

Ante tal escenario el Gobierno intentará sacrificar reservas con tal de no devaluar, pero vale advertir que el margen no es significativo, además que ello no impedirá que la brecha se amplíe. Es que independientemente a la posibilidad de pago de la deuda externa, igualmente el Gobierno necesita US$ 7.200 millones para atender los vencimientos de la deuda pública en dólares, ley local, donde su mayor parte se explica por el pago del Boden 2015 en octubre de 2015. Sobre ello se suma los intereses a organismos internacionales y el reciente acuerdo con el Club de París, que demandan un total de US$ 1.400 millones. El default de la deuda externa genera una disminución del servicio de la deuda de sólo US$ 1.500 millones.

Por lo tanto, para atender el servicio de la deuda pública ley local pero en moneda extranjera y el pago a organismos internacionales, el Gobierno necesita de US$ 8.600 millones el año entrante, desatando escenarios de reservas por debajo de US$ 20.000 millones para fin de 2015, aún si no sacrifican reservas para defender el tipo de cambio.

En definitiva, la decisión de no acatar el fallo no sólo cortó casi toda posibilidad de crédito externo para moderar la restricción externa en 2015, sino que el colapso del precio de la soja a US$ 345 la tonelada promete agravar la falta de dólares, afectar reservas y deteriorar aún más el nivel de actividad. Simple: si los dólares no los trae la soja, ni la deuda, el nivel de consumo continuará ajustando a la baja hasta estabilizar nuevamente el nivel de reservas del BCRA, que suponemos que perforarán los US$ 20.000 millones tras el pago del Boden 2015 ley local.

Más problemas

El 2014 cerraría con una contracción del 2,6% del PIB, y para 2015 proyectamos otra baja de 3,2% del PIB, que posiblemente precipite en un demorado acuerdo con los holdouts. Vale advertir que si bien un rápido acuerdo en enero podría recortar ampliamente la caída, no la revertiría. Es que en el marco de una inflación lanzada arriba de 40% y soja colapsando 35%, no habría ingreso de dólares suficiente que permita sostener el consumo, por lo menos no hasta que Argentina muestre clara intención de resolver también la inflación, el cepo cambiario, el déficit fiscal y el Indec, aspectos que quizás recién se definan con la llegada del próximo Gobierno.

En suma, el 2015 sin crédito ni soja, la recesión se acentúa.

últimas noticias

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés