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El discurso oficial

Matices y cambios

09 octubre de 2014

Los pronósticos económicos del FMI ?que el Gobierno cuestiona? no dejan en una buena situación a Argentina. Es junto con Venezuela el país de la región para el que se prevé la tasa de inflación más alta y una recesión, tanto este año como el que viene.

Las posibilidades de una reducción sustancial de la tasa de inflación son remotas en este contexto. No están dadas las condiciones para que ello ocurra y no cabe esperar que en los catorce meses que faltan para el cambio de Gobierno haya modificaciones significativas. Eso requeriría un plan que actúe sobre las expectativas y con objetivos precisos. La actual conducción económica no tiene la vocación ni la credibilidad para avanzar en esa dirección. Pero sí puede evitar un recesión si logra financiamiento externo para que entren más dólares al país. Además, habrá que compensar la menor abundancia de dólares surgidos del comercio internacional por cuanto los precios de las commodities agrícolas, dado los elevados inventarios, una oferta que supera la demanda en muchos casos y el menor crecimiento de China, no se recuperarán en el corto plazo. Además, un socio muy importante como es Brasil y cuya demanda es decisiva para algunos sectores industriales crece muy lentamente. En la segunda parte del año próximo, ante la perspectiva de un cambio de Gobierno, también puede darse un aumento de la inversión en distintos sectores. Hay, por lo tanto, condiciones para que la economía tenga un cambio positivo en materia de actividad y de esa manera transformar un año recesivo en otro de bajo crecimiento. No es poco dada la situación.

En otras palabras, no hay posibilidad de cumplir con la hipótesis de inflación de 15,6% con la que se elaboró el Presupuesto 2015 pero sí podría cumplirse con la que contempla un crecimiento del 2,8% del PIB.

La duda que se plantea en todos los ámbitos es cuál será la estrategia que seguirá el Gobierno. La semana anterior, el desplazamiento de Juan Carlos Fábrega fue interpretado como un paso hacia un mayor intervencionismo y una profundización del discurso confrontativo con el sector empresario. Pero en los últimos días hubo gestos de las autoridades económicas que las mostraron más propensas a dialogar con las organizaciones empresarias. La visión de que el Gobierno va hacia un escenario de creciente radicalización y que no analiza las consecuencias con tal de no arriar sus banderas es excesivamente lineal. Se ven constantemente matices y contradicciones.

En sus reuniones con empresarios, las autoridades económicas también sostuvieron que no habrá devaluaciones bruscas del estilo de la ocurrida en enero. Si bien es importante evitar saltos bruscos, no debería volver a atrasarse el tipo de cambio y que de esa manera se convierta en un ancla para que la inflación no se acelere. La economía argentina funciona mejor con un tipo de cambio alto y estable. Además, si el dólar se fortalece en el mundo y se debilitan el resto de las monedas, los márgenes para no acompañar ese movimiento se angostan.

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