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La marcha de la economía global

Luces y sombras

11 octubre de 2013

Que el FMI peque de optimista ya no es novedad y es un dato sugestivo: ¿Su capacidad de predicción es muy baja o intenta inflar las expectativas y, tras no lograrlo, termina reculando? Una vez más, el organismo redujo sus propias proyecciones.

En la última versión de su Panorama Económico Global (World Economic Outlook o WEO, en inglés) redujo en 0,3 y 0,2 punto sus proyecciones sobre el crecimiento del PIB global para 2013 y 2014, respectivamente. Ahora espera que la economía crezca 2,9% este año y 3,6% en 2013. Para 2013, redujo su proyección 10% en sólo tres meses. En octubre de 2012, proyectaba un crecimiento de 3,6% para este año y en julio, uno de 3,9%. Más allá de esta rebaja, hay motivos para ser optimistas sobre la marcha de la economía global: sigue creciendo y no hubo una gran crisis en la eurozona (y tampoco se espera que la haya). Son dos datos positivos.

Otra tendencia alentadora es que el crecimiento es más homogéneo a nivel mundial. Uno de los temas centrales de la reunión anual del FMI y el Banco Mundial, desarrollada en Washington DC, fue un dato negativo tanto para el mundo como para la Argentina: el freno de las economías emergentes.

¿Qué les está pasando?

Los efectos de los estímulos aplicados luego de la Gran Recesión ya se han acabado y muchos países han girado a estrategias fiscales y monetarias más restrictivas.

Las condiciones financieras, ante la cercanía de un cambio en el sesgo de la política monetaria de Estados Unidos, se han endurecido: hay menos capitales fluyendo hacia esos países.

También enfrentan obstáculos y desafíos más antiguos que siempre han operado como cuellos de botella al crecimiento, por ejemplo, falta de mano de obra calificada, deficiencias de infraestructura o baja inversión.

Por último, el menor crecimiento de las economías emergentes opera como un círculo vicioso que se retroalimenta dada la alta correlación entre ellas. Por ejemplo, la Argentina no es inmune a los avatares de Brasil, y ésta tampoco lo es a los de China.

Dicho esto, vale señalar que las cifras de crecimiento están lejos de ser alarmantes. En promedio, los emergentes crecerán 4,5% en 2013 y 5,1% en 2014, 0,5 y 0,4 menos de lo proyectado en julio, respectivamente y tres puntos menos que en 2010. En términos históricos, sigue arriba de la tendencia pero, comparado con los últimos años, hay una clara desaceleración que, según el FMI, se mantendrá en el mediano plazo.

"Uno de los hechos destacables de la dinámica global de los últimos meses es que las fuerzas recesivas parecen haberse volcado hacia el mundo emergente”, opina el economista Ramiro Albrieu, del CEDES, y dice que esto tiene que ver con el menor dinamismo del comercio global y el endurecimiento de las condiciones financieras. Asimismo, y a diferencia de la época posterior a Lehman, la respuesta que aplican los emergentes acentúa la tendencia del ciclo, ya sea porque no tienen capacidad de estímulo o porque aplicarlos causaría tensiones en otras variables, como la inflación.

A nivel regional, hay tres grupos de emergentes, según su tasa de crecimiento. El primero, el más dinámico, está compuesto por los países de Asia y Africa subsaharaiana. El segundo, por países de América Latina, Oriente Medio y el norte de Africa. El tercero, el menos dinámico, es el compuesto por los países emergentes de Europa.

Porcentaje de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB)

2013

2014

Estados Unidos

1,6

2,6

China

7,6

7,3

Japón

2

1,2

Alemania

0,5

1,4

Francia

0,2

1

Reino Unido

1,4

1,9

India

3,8

5,1

Rusia

1,5

3

Brasil

2,5

2,5

México

1,2

3

Los avanzados

En las economías avanzadas también hay problemas y, tal como se ve en el Congreso de EE.UU., las tensiones a veces son más políticas que económicas. Más allá de eso, tanto en EE.UU. como en la eurozona lo peor de la crisis parece haber quedado atrás, aunque persisten problemas de sustentabilidad de sus deudas o sus déficits fiscales y, particularmente en Europa, el crecimiento sigue siendo bajo, el sistema financiero es frágil y faltan reformas estructurales. “La demanda privada en EE.UU. está sólida y la recuperación continuará; a Japón le está yendo bien y el coro de Europa comenzó a crecer nuevamente, aunque la periferia está rezagada”, se entusiasmó el francés Olivier Blanchard, economista jefe del FMI (ver vídeo).

Al mismo tiempo, la “cuestión social” (empleo e ingresos) sigue siendo negativa y persisten amplios sectores de la sociedad que aún no han recuperado la estabilidad previa a la Gran Recesión. En definitiva, lo peor de la crisis parece haber quedado atrás. Sin embargo, los avanzados tienen el desafío de cerrar las cicatrices que causó la Gran Recesión y los emergentes, de seguir creciendo en un mundo menos amigable.

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