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La candidatura de De Mendiguren

¿Le sirve al empresariado?

11 julio de 2013

Sorpresivamente, Ignacio de Mendiguren integra la lista de candidatos a diputados nacionales que encabeza Sergio Massa. Como no es visto como un crítico acérrimo del Gobierno y se supone que expresa los puntos de vista de los industriales, tiene el perfil adecuado para formar parte de una oferta electoral que pretende aparecer con un discurso equilibrado y con capacidad para integrar distintos sectores. En una lista en la cual conviven peronistas históricos, macristas, ex K, anti K y dirigentes sindicales, no podía faltar la pata empresaria.

De Mendiguren tiene iniciativa y capacidad de convocatoria. Un ejemplo de ello fue la Conferencia Industrial del año pasado en la que logró la participación de Cristina Kirchner y Dilma Rousseff. Claro que eso se puede concretar como presidente de la UIA, no como diputado opositor. En sus primeras declaraciones como candidato comparó su situación con la de Héctor Recalde, cuya presencia en el Congreso habría sido fundamental para darle impulso a la legislación laboral. La comparación no es adecuada porque Recalde integra el bloque mayoritario y pudo impulsar iniciativas en conjunto con la Casa Rosada. Pero cuando sostuvo proyectos sin aval del Poder Ejecutivo ? como el de la participación en las ganancias- nunca prosperaron.

Suponer que desde un bloque minoritario se puede impulsar una agenda proindustrial es muy voluntarista. Convendría ir bajando las expectativas en ese sentido. La lógica parlamentaria responde a un criterio de mayorías y minorías. Salvo en algunos temas sociales o de género, es difícil construir consensos. No se sancionan leyes importantes sino cuentan con el aval de la Casa Rosada. Así fue siempre. Por eso las representaciones con cierto sesgo corporativo nunca resultaron eficaces. Los agrodiputados que llegaron al Congreso de la mano de las protestas agrarias de 2008 no lograron modificar ni la legislación ni la política pública para el sector. Nada indica que la historia vaya a ser distinta con De Mendiguren más allá de su capacidad para vincularse con distintos sectores.

Se define como desarrollista, fue director del Banco Nación en tiempos de De la Rúa, tuvo una muy buena relación con los Alfonsín y diálogo con la Presidenta. Pero esa amplitud se verá ahora limitada por su decisión de participar en la lista de Massa que es una expresión de la interna del peronismo (según la visión opositora) o ponerse en la vereda de enfrente del Gobierno (según la óptica oficialista). De Mendiguren podrá tener una buena tarea parlamentaria. Sin dudas ayuda al perfil que quiere construir Massa y puede perfilarse como integrante de su eventual gobierno a partir de 2015, pero difícilmente su presencia en el Congreso influya en la política para el sector industrial.

Es importante que se oiga la voz de los empresarios como la de otros sectores porque nadie debe rehusarse a hacer su aporte al debate. Pero eso no se logra a través de participaciones aisladas sino con múltiples iniciativas que lleven a que el mundo empresario entienda mejor el funcionamiento de las instituciones y que cada vez haya más integrantes de la dirigencia política que comprendan la realidad de la producción. A su vez, la Junta Directiva de la UIA le aceptó el pedido de licencia a De Mendiguren. El dirigente industrial más activo de los últimos años dio el salto definitivo a la política, una decisión de la cual difícilmente tenga retorno.

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