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"Estamos estancados en área y en producción"

Entrevista a Gustavo López (Agritrend)

29 julio de 2013

En diálogo con El Economista, el experto Gustavo López, director de la consultora Agritrend, ofrece su visión sobre la cosecha 2012/2013 y los pronósticos para la campaña que se inicia. “Habrá un estancamiento del área sembrada en torno a las 35 M/h”, dice y advierte que “somos cada vez más oleaginosos”.

Desde el oficialismo hablan de una cosecha récord de 105,3 millones de toneladas para la campaña 2012/2013. ¿Coincide?

En las proyecciones oficiales hay una sobreestimación de algunos cultivos sobre el área sembrada total. Creo que se intentó ir transparentando la campaña triguera: hoy ya se está hablando de 8,5 millones de tonelada (M/t), cuando hace un tiempo se hablaba de 10 M/t. Están preparando el terreno para decir que el trigo no está. Esto responde a lo que muchos veníamos anticipando hace un tiempo, y es que fue el área sembrada más baja del último siglo. Es más, la proyección oficial del área sembrada, en torno a 3,16 millones de hectáreas (M/h), es menor a las 3,5 M/h que estima el sector privado. En los otros cultivos, como sorgo, cebada y soja, no hay grandes diferencias entre las estimaciones oficiales y privadas.

La diferencia es el maíz entonces.

Sí, la gran diferencia, que no tiene ningún asidero, surge de la campaña maicera. En 2011/2012 se sembraron 5 M/h y en 2012/2013, por una cuestión de precios, bajó a 4,4-4,5 M/h aproximadamente. Pero el Gobierno subió la estimación de 5 a 6 M/h sembradas. Eso genera que el área sembrada total, para el Estado, sea levemente superior a las 36 M/h mientras que las estimaciones privadas son de 34,9-35 M/h. Esa diferencia de más de 1 M/h la explica la sobreestimación oficial del maíz.

¿Cuáles son sus cálculos totales?

Nuestros cálculos son de 100-101 M/t. La diferencia, insisto, con la estimación oficial de 105,3 es el maíz: mientras el sector privado habla de 25-26 M/t, el Estado habla de 32 M/t. Esto tiene un efecto desconcertante sobre el mercado y los operadores.

¿Y cómo se traducen estas diferencias en el saldo exportable, el valor de las exportaciones y la recaudación vía retenciones?

Con una producción total de 100- 101 M/t, te quedan 75 M/t de saldo exportable, exportaciones por US$ 33.500 millones y US$ 9.500 millones por derechos de exportación. Si el saldo exportable es de 75 M/t y las exportaciones tienen un valor de US$ 33.500 M, estamos hablando de un precio FOB de casi US$ 450, es decir, un muy buen precio. Diez años atrás, el precio FOB promedio era de US$ 170.

Sobre este cálculo total, ¿cuál es el aporte del sector oleaginoso (soja, aceite, girasol, etcétera)?

Ese complejo aporta el 71% de las divisas de exportación y 80% de las retenciones. Es el que está pagando la fiesta.

¿Con las estadísticas oficiales, cuál sería el valor de las exportaciones y el ingreso vía retenciones?

En ese caso, las exportaciones serían de US$ 34.500 millones, es decir, US$ 1.000 millones más y otros US$ 250 millones más por retenciones.

¿Qué porcentaje de la cosecha 2012/2013 calcula que ya se vendió?

Depende mucho de los productos. En líneas generales, ya se vendió cerca de 75% de la cosecha.

Mirando una serie más larga ¿cómo viene evolucionando la producción?

Está claro que la campaña mejoró con respecto a los 91 M/t de 2011-2012, que estuvo complicada por la sequía y tuvo una cosecha de soja de 40 M/t, y no de más de 50 M/t como se preveía. Pero si la comparas contra la de 2010-2011, que fue de 103,5 M/t, ves que no sólo no se batió ningún récord en esta campaña sino que retrocedimos un poco. Si analizas todas las campañas desde 2009, y las neteas de los efectos climáticos, estamos estancados. Tanto en el área sembrada, que está en torno a las 35 M/h, como en la producción, en torno a los 100 M/t. Desde la Fundación Producir Conservando, proyectábamos una producción de 100 M/t para 2010, y llegamos. Pero, a este ritmo, es casi imposible que lleguemos a los 135-140 M/t que proyectábamos para el 2020.

¿Cuáles son las causas del estancamiento?

Hay un fuerte desincentivo por el intervencionismo: el trigo está en su mínimo expresión y al maíz le cuesta retomar. Nos estamos volviendo cada vez más oleaginosos, ya que los rendimientos son relativamente menores y también hay cuestiones de sustentabilidad que hay que considerar.

Pero los precios siguen ayudando, decía?

Son cada vez menos atractivos. Muchos costos están en dólares y, en consecuencia, los costos finales son cada vez más altos. Esto impacta en el arrendamiento. Por ejemplo, hasta el año pasado en un lugar de la zona núcleo, como Venado Tuerto, estaba en 1,8/t de soja y en la campaña que se viene bajará 20%, hasta 1,3/t aproximadamente. Los precios internacionales aflojan y hay más excedentes a nivel global. La ecuación para el arrendatario es cada vez menos atractiva. No es un tema menor: 60% de toda la superficie granaria opera bajo este esquema.

¿La infraestructura es otro cuello de botella?

Es un tema importante. Hoy todavía estamos en el límite, pero las tensiones van a crecer si lo hace la cosecha. ¿A cuáles se refiere? En primer lugar, el transporte. Nuestra matriz es 84% camiones, 12% ferrocarriles y 4% hidrovías. La capacidad de almacenamiento es limitada. En los puertos estamos viendo que hay una concentración muy fuerte de los embarques en el segundo trimestre. La ventana exportadora es cada vez más chica. Esta tendencia se va a agudizar. De la cosecha total de 101 M/t, sólo 17 M/t corresponden a la cosecha fina y 85 M/t, a la gruesa. Hay un volumen muy grande para manejar en poco tiempo. Hace años que no teníamos tardanzas en los puertos, y este año hubo, y aún hay, demoras de 10-15 días en el up river.

¿Cómo se perfila la campaña 2013/2014?

Se producirá un estancamiento del área sembrada en torno a las 35 M/h. Habrá una mejora marginal en trigo y un maíz en baja, afectada por los mayores costos. Será, nuevamente, un año de soja en expansión, que podría llegar a las 20 M/h. Por lo tanto, la relación oleaginosos versus cereales se acerca y consolida cerca del 70%-30%. Con respecto a la producción, la clave es el clima. Parece que se va a instalar un “fenómeno niño” leve con precipitaciones estables. En ese marco, la cosecha podría rondar entre 105- 110 M/t.Ya estamos casi a mediados de la década, y las 135-140 M/t parecen bastante lejanas. Y ni hablar de las 160 M/t del Programa Estratégico Agroalimentario 2020 o de las 200 M/t que insinuó la Presidenta cuando presentaron ese programa, del que hoy ya casi no se habla.

¿Y los precios?

Hay que seguir de cerca la campaña americana, que se perfila muy buena en soja y maíz. Si esto se consolida, los precios bajarán 10-15%, en promedio, con respecto este año. La soja, que se negoció a US$ 330/t a nivel interno, podría estar en US$ 280-290/t; el maíz pasaría de US$ 200/t a US$ 160/t y el trigo estaría en torno US$ 190/t, aunque es más difícil de pronosticar. Los precios no van a ayudar demasiado, y por eso será clave ver qué pasa con los arrendamientos. También hay que tener en cuenta que varios pooles se han retirado o han achicado su participación. Hay mucha oferta de campos todavía, y no queda mucho tiempo más para negociar.

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