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El futuro de los celulares

¿De estrellas a commodities?

26 julio de 2013

La última generación de teléfonos celulares “inteligentes” inauguró una era de grandes transformaciones en los negocios, la tecnología e incluso la cultura de los consumidores. Superó, sin duda, las predicciones más optimistas acerca de su potencial, y funcionó como el carril por el que ascenderían vertiginosamente compañías de la talla de Apple y Samsung. Fue, también, el obstáculo contra el que chocó la finlandesa Nokia, que lideró el sector de la telefonía móvil durante años, pero cayó del podio por su demora en aceptar el reto de la nueva tecnología.

Sin embargo, desde hace alrededor de un año, vienen multiplicándose los vaticinios de expertos que consideran inevitable, y cercana, la perspectiva de que el boom de ventas de celulares ingrese en un plano inclinado, a medida que incluso los equipos más avanzados vayan perdiendo su condición de estrellas de la tecnología para convertirse en simples commodities.

Lo que está en marcha es un proceso de inevitables consecuencias para cualquier producto en cualquier rama de la economía: el mercado ha ingresado en una etapa de madurez que ya no genera los impulsos de expansión que signaron su trayectoria anterior. En Estados Unidos, la mitad de los usuarios de telefonía móvil ya disponen de un celular inteligente, y todos los especialistas coinciden en que conquistar a la otra mitad del público es una tarea más lenta y engorrosa, que requerirá, entre otras cosas, llevar los precios a niveles más bajos, aunque sea a expensas de las prestaciones de los equipos. Y en Europa, las ventas de los celulares de nueva generación experimentaron en el último año un crecimiento de 12%, una cifra sin duda más que aceptable, pero también la más baja desde comienzos de la década pasada.

Cifras desalentadoras

Los balances de los líderes del sector y los precios de sus papeles en la Bolsa también comienzan a dar signos de estrés. Las acciones de Samsung, por ejemplo, perdieron 17% de su valor desde comienzos de junio. Y las cosas no andan mejor en Apple, cuyos directivos debieron admitir, en abril, que no preveían un repunte del crecimiento para el resto de este año.

Lejos del precio récord de US$ 700 por acción, sus cotizaciones rondan ahora los US$ 420. En el mismo sentido apuntan los rumores de que la compañía fundada por Steve Jobs elabora una nueva estrategia de precios moderados para fortalecer su presencia en los mercados asiáticos. Y este último es también un signo particularmente revelador.

Lejos de las multitudes que acampaban toda una noche frente a los negocios seleccionados para el lanzamiento de nuevas y costosas versiones de un celular inteligente, el entusiasmo y la disposición a pagar precios cada vez más altos ha ido menguando visiblemente. Esto se hizo evidente para Samsung tras la presentación de su nuevo y publicitado modelo Galaxy S4. La desaceleración en las ventas de equipos no se extiende, sin embargo, a los paquetes de software diseñados para expandir las capacidades de los celulares, como los videojuegos de Angry Birds, el sistema de edición de imágenes de Instagram, y el programa Vine, de Twitter, que permite crear y difundir videos de corta duración. Lo que indicaría que los usuarios se sienten más dispuestos a adquirir “accesorios” para sus actuales equipos que a invertir en uno nuevo.

Lo que vendrá

La pregunta del millón es, naturalmente, qué tecnología vendrá a ocupar el sitial que monopolizó hasta ahora la telefonía móvil.

Aquí, los expertos apuntan en múltiples direcciones, que abarcan desde los ya célebres “anteojos inteligentes” de Google hasta el iWatch, el reloj pulsera que se está gestando en los laboratorios de Apple, y que supuestamente ofrecerá la posibilidad de conectarse a través de WiFi o Bluetooth, revisar el e-mail, tomar fotos digitales y consultar las noticias o el estado del clima. La opción de llevar la tecnología “puesta” parece una alternativa atractiva para ofrecer a los consumidores del futuro cercano.

¿Está todo dicho, entonces, acerca de la transición de los celulares hacia la categoría de meros commodities? Quienes encuentran poco certero este vaticinio argumentan que todavía quedan en el planeta unos 2.000 millones de personas que aún no han accedido a su primer celular inteligente, lo que garantiza un amplio margen de crecimiento. Pero también hay datos que pueden opacar ese horizonte. La idea central que motorizó el desarrollo de la última generación de teléfonos móviles fue convertir a los equipos en herramientas eficaces para múltiples propósitos, básicamente a través de la conexión con Internet, lo que les permite a los usuarios consultar sus cuentas bancarias, realizar transferencias electrónicas, enviar y recibir mensajes, enterarse de las noticias o del pronóstico del tiempo, encontrar una tienda especializada en su barrio, comprar una entrada de cine o simplemente zanjar una discusión buscando cualquier dato en Google.

Pero, ¿cuánta de esa capacidad se usa realmente? En realidad, no mucha. Un estudio recién concluído por el instituto Pew Research indica que apenas una cuarta parte de los usuarios de celulares inteligentes recurren a sus equipos para ingresar a la Web. De un listado de 18 países examinados, Gran Bretaña, Japón y Estados Unidos sobresalen como los más avanzados en esta área: alrededor de la mitad de los dueños de smartphones los usan para navegar por la Web. La proporción desciende a poco más de un tercio en China, España, Francia y Rusia. Apenas alcanza al 29% en la avanzada Alemania y a 27% en el populoso México. Pakistán, por su parte, se ubica en el último lugar: sólo cuatro de cada cien dueños de celulares de última generación se asoman por esa ventana al universo de la Web.

Usuarios de telefonía móvil que acceden a la web desde su celular:

Gran Bretaña      52%

Japón                    51%

Estados Unidos 51%

China                     36%

España                 36%

Francia                35%

Rusia                    33%

Polonia                31%

Alemania            29%

México                27%

Fuente: Pew Research Center

El informe incluye, sin embargo, una nota de optimismo. A medida que mejore la infraestructura y bajen los costos de las conexiones a Internet, estos índices de uso de la Web deberían elevarse sustancialmente. Por otro lado, los chinos que navegan por la Web desde sus celulares pueden parecer una minoría si se consideran las proporciones, pero ya son 450 millones: más que toda la población de Estados Unidos.

Recuadro: Tiempos de agonía para la PC

En junio se registró el quinto trimestre consecutivo de descenso en las ventas de PCs en todo el mundo. La cifra arañó los 76 millones de equipos, lo que marcó una caída del 11% con respecto al mismo período del año pasado.

La firma Gartner, reconocida como la consultora líder en el mercado de la tecnología, señala que esta caída muestra una trayectoria paralela con el auge de las tablets de bajo precio, convertidas en las nuevas vedettes del mercado, a expensas de las computadoras de escritorio e incluso de las notebooks, especialmente en los mercados emergentes, donde la primera experiencia de niños y adolescentes con la informática empieza, cada vez más, con las tabletas. Esta tendencia, según los analistas, favorece la estrategia de Michael Dell, fundador de la marca de PCs que lleva su apellido, para recomprar las acciones de la empresa que él creó en 1985.

En medio de pronósticos pesimistas alrededor del futuro de la PC, los actuales accionistas podrían verse tentados de aceptar la oferta de Dell para recuperar su compañía, que marcha tercera en el ranking sectorial, precedida por Lenovo y Hewlett Packard. La crisis europea no ayuda, por cierto, a frenar el retroceso: las ventas de PCs cayeron casi 17% en la región durante el último año. Y el colapso se siente también en Asia, con una contracción del 11,5%.

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