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"Aumentó el riesgo de default tras la audiencia"

Entrevista a Nicolás Dujovne

01 marzo de 2013

El economista Nicolás Dujovne, director de la consultora homónima, analiza los resultados preliminares de la audiencia entre la Argentina y los holdouts de esta semana. “El riesgo de default, comparado con antes de la audiencia, aumentó mucho”, explica. En diálogo con El Economista, repasó cuáles serán las principales tendencias económicas del año electoral.

El miércoles se volvieron a ver las caras la Argentina y los litigantes por el caso “NML Capital Ltd. v. Argentina”. ¿Hubo alguna novedad en las argumentaciones de las partes o algún indicio sobre en qué dirección podría fallar el Tribunal?

Hubo algunas áreas en las que hubo novedades, y otras en las que no. Las dos en las cuales hubo novedades son el hecho de que la Argentina abrió su exposición diciendo que, de haber un fallo favorable a los holdouts en sus reclamos, el país no cumpliría con el fallo. Eso muestra un cambio con respecto a lo que la Argentina sostuvo en noviembre cuando firmó un affidavit en el que se comprometía a respetar los futuros fallos de la Justicia de Estados Unidos. La otra novedad importante fue lo que dejaron trasuntar los jueces en su interrogatorio al Bank of New York (BONY). Las preguntas del Tribunal apuntaron a mostrar que existe una relación contractual del BONY con el país, que lo asemeja a un agente pagador, y no a uno fiduciario. Con lo cual, el BONY estaría trabajando en concordancia con la Argentina y quedaría sujeto a las restricciones a terceros que había impuesto Thomas Griesa en noviembre. En la que no hubo novedades fue en la cuestión de fondo. Los jueces dejaron entrever que hay una cosa juzgada en cuanto al monto que la Argentina debe. Más allá de las cuestiones abstractas y procesales, el juicio parece más negativo para el país de lo que esperaban muchos actores del mercado. Los jueces fueron muy duros a la hora de interrogar a la Argentina, el BONY y los bonistas que apoyaban al país, y no contra los argumentos de los litigantes.

¿Cómo ha cambiado, si es que lo ha hecho, el riesgo de que el país caiga en una “default técnico”?

Ha aumentando mucho con respecto a antes de la audiencia. Había un fallo que, en la sustancia, era negativo para la Argentina, pero su cumplimiento podía ser abstracto y la Argentina podía seguir pagándoles a los bonistas que tienen bonos reestructurados. Pero si el BONY y los distintos agentes de mercado están impedidos de trabajar con la Argentina, sería difícil evitar un eventual default.

Vayamos a la coyuntura estrictamente local. En un artículo reciente, escribió que “la economía se ha estancado en el pico más alto del ciclo, sin señales de recuperar el ritmo de crecimiento previo”. ¿Esta dinámica sigue igual y así será la tendencia del 2013?

Lo que quería hacer era señalar la distinción entre ritmo y nivel. Lo que el país perdió fue el ritmo de crecimiento de tasas superiores al 6% que habíamos vistos durante muchos años. Esas tasas no volverán hasta que no haya un cambio muy grande en todo el esquema de política económica. Pero esa pérdida de ritmo se produjo en un nivel alto, lo cual es una novedad. No es lo mismo estancarse, como ocurrió después del default de Rusia, con un desempleo de 12-14% y un nivel alto de capacidad ociosa en la industria, que con el 7% de desempleo y con pleno uso de los factores productivos como pasa hoy. El malestar que produce es muy distinto, y eso explica porque el Gobierno puede seguir exhibiendo niveles de apoyo relativamente altos, aunque menores a lo de 2011.

¿Qué lectura hace de los datos de actividad que se han conocido recientemente?

Los números que van entrando sobre el nivel de actividad están mostrando que el consenso que se había armado sobre un 2013 mejor que el 2012 puede llegar a no cumplirse. Los datos de actividad no son buenos, el Gobierno no le encuentra la vuelta al dilema entre el consumo y lo salarios, y el tipo de cambio oficial está atrasado. Las empresas no puede pagar salarios altos porque eso atentaría contra el empleo y si se moderan las pautas salariales, como pretende el Gobierno, los salarios reales van a caer. En este contexto de un consumo jaqueado, el Gobierno acude a los controles de precios.

Otro de los riesgos señalados por los economistas para este año, y de alguna manera confirmado por la suba de los precios de 2,58% (IPC-Congreso) en enero, es que la inflación se coloque un escalón más arriba. Sin embargo, el Gobiernoadoptó varias medidas, entre las cuales los controles de precios son los más visibles, para evitar dicha aceleración. ¿Sigue existiendo el riesgo de que suba un escalón la tasa de inflación?

La inflación de 2013 será levemente superior a la de 2012, pero recurriendo a controles. Sin controles, la aceleración de los precios sería, ya no leve, sino importante. Además, los efectos de los controles no son inocuos e impactan, por ejemplo, en la microeconomía empresaria. Si aún con controles estamos yendo hacia una inflación más alta, está claro que la situación no es buena. Aquí están jugando varios efectos contrapuestos. Por un lado, el nivel de actividad está aflojando, el mercado laboral está bajo presión, la economía no crea empleo y, por otro lado, el Gobierno cae en la trampa de querer salir de ese escenario expandiendo la cantidad de dinero. Pero la política monetaria expansiva retroalimenta la tasa de inflación y los problemas que ya tiene la economía. Es un círculo vicioso.

En los años electorales, la economía se pone, más que nunca, al servicio de la política. Dado que este es un año electoral y que la economía no crece ni derrama mucho, ¿cuál cree que será la estrategia del Gobierno para octubre?

El Gobierno hará lo único que sabe: expandir. Nunca ha hecho otra cosa. El único año en el que el gasto creció levemente por debajo de los recursos fue en 2010. Después, siempre primó la expansividad, aún en los años no electorales. Desde ya, cuando hubo elecciones, el ritmo de expansión aumentó más. Estamos en una etapa en la que la expansión genera más daños que beneficios por un problema de exceso de oferta de dinero y de un creciente déficit fiscal que, a esta altura, son lo mismo ya que el aumento del déficit se financia con un aumento de la emisión. Aun así, creo que el Gobierno intentará nuevamente hacer lo mismo, pero este año no va a tener los mismos efectos sobre la actividad que en el pasado. Por el contrario, generará más presión sobre los precios y sobre el tipo de cambio paralelo.

Se esperaba un 2013, por mayor oferta de agrodólares, menores vencimientos de deuda y otros factores, más relajado en el frente cambiario. Sin embargo, el año comenzó con el BCRA perdiendo reservas y el dólar paralelo distanciándose cada vez más del oficial. ¿También pecaron de optimistas algunos pronósticos en este aspecto?

Creemos que este año el BCRA no va acumular reservas y éstas se mantendrán en un nivel similar al del año pasado. Habrá algo de alivio por el lado de las exportaciones, aunque no crecerán tanto como se pensaba. Pero día a día se está agravando el corte del financiamiento a la Argentina. Así como el cepo frenó la formación de activos externos por parte del sector privado, también recortó el poco financiamiento comercial e intracompañía que había, así como el ya menguado flujo de inversión externa directa. También se volvió negativo el saldo de servicios de turismo. Todos esos rubros casi compensaron lo que se ahorró el Gobierno, en términos de divisas, por el cepo. Pero en 2013 esté panorama se agravará porque el efecto del cepo ya se sintió en 2012. Aún con más exportaciones, creemos que el BCRA no podrá aumentar las reservas. Además, vale agregar que mirar sólo las reservas es observar con un solo ojo. Por el lado de los pasivos, la cantidad de pesos crece al 40% anual y, por lo tanto, la capacidad de fuego del BCRA, aún con reservas estables, va cayendo año a año.

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