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La volatilidad argentina

Continúa siendo muy elevada.

12 septiembre de 2012

En las últimas décadas, el desempeño de la economía argentina fue volátil. “Los desvíos cíclicos son normales en cualquier economía capitalista, pero en la Argentina tienden a ser muy pronunciados”, indica José María Fanelli en su último libro (“La Argentina y el desarrollo económico en el Siglo XXI”). Por eso, “hay períodos en que el nivel de actividad literalmente se desploma y se ubica en niveles muy inferiores al potencial” y, a la vez, hay otros en los que “el crecimiento se acelera y hace subir el nivel del PIB de manera sensible”.

En el libro, Fanelli compara la volatilidad (el desvío estándar de la tasa de crecimiento con respecto al potencial) de la economía argentina con la de ochenta países del mundo en el lapso 1960-2009 y concluye que la volatilidad argentina fue tres veces mayor que la de los países desarrollados analizados y 50% superior al promedio de América Latina. Según Fanelli, los efectos de esta volatilidad sobre variables como el crecimiento de largo plazo o el bienestar de la población no son positivos.

Entre 2003 y 2011 la Argentina atravesó un período de crecimiento acelerado. Su duración, sin duda, fue inusual y, desde ya, bienvenido para un país que en sólo tres años (1999-2001) perdió más de 20 puntos de su producto. Hasta cierto punto, esa recuperación era esperable. A una gran recesión le suele seguir una gran recuperación. Pero ese crecimiento acelerado ya terminó y, para muchos, no volverá pronto. “El milagro argentino terminó”, dijo hace poco un consultor reconocido de la city. Que ese crecimiento a tasas chinas tuviera un final, también era esperable.

Lo ocurrido en la primera década del Siglo XXI, por lo tanto, demuestra que la Argentina sigue siendo muy volátil: capaz de crecer a tasas chinas en un año y de caer con fuerza en el siguiente. Eso ocurrió en 2008-2009, aunque entonces se trató de una tendencia global. Aun así, la Argentina fue uno de los países más volátiles de la región.

Según un estudio de Economía y Regiones (E&R), la variación de la tasa de crecimiento, medida en puntos porcentuales, cayó 9,2 en la Argentina, 6 en Uruguay, 5,8 en Brasil y 5,4 en Chile en 2009 versus 2008. Luego, el ciclo alcista se reanudó y el país lideró el rebote regional en 2010 y 2011. En 2012, en cambio, el país estará entre los que menos crecerá de la región.

Según cifras del Indec, hace un año la economía crecía a más del 9% y ahora está estancada. En junio, el EMAE tuvo una variación interanual de 0% mientras que, en el mismo mes del año pasado, la cifra era de 9,4%. Ningún otro país de la región registró semejante caída. En el segundo trimestre, cuando la desaceleración pegó con mayor fuerza, la economía argentina cayó 1,5% contra el primer trimestre, según Miguel Angel Broda, es decir, a una tasa anualizada de 6%. El consenso entre los economistas es que en 2013 el PIB tendrá una trayectoria más positiva que en 2012. Las consultoras más optimistas proyectan un crecimiento de 4-5% y las menos, de entre 2 y 3%. Este diferencial puede atribuirse, en parte, a la volatilidad argentina, que opera como una especie “factor sorpresa” latente y difícil de cuantificar.

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