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Mercado laboral

Aparecen las primeras tensiones.

01 junio de 2012

“En el segundo semestre de 2011 se comenzó a observar un nuevo deterioro de la actividad y, lógicamente, un enfriamiento en la creación de empleo, que podría extenderse en el corriente año”, sostiene un informe de la consultora ACM. Según los datos de la EPH, el nivel de empleo creció 3,1% anual en el 4º trimestre de 2011, pero cayó 0,3% contra el 3º, y “los datos parciales del primer trimestre anticipan una caída aún mayor, aunque en parte se relativiza teniendo en cuenta la estacionalidad del primer trimestre de cada año, en donde el empleo usualmente cae ligeramente”.

El informe de ACM agrega que la tasa de empleo (población ocupada/población total) alcanzada en el tercer trimestre fue muy alto: 43,4%, “un récord para la serie post-devaluación, e incluso desde como mínimo la década del '80”. La caída iniciada en el 4º trimestre de 2011 siguió en el 1º trimestre.  “En el primer trimestre del año la tasa de empleo fue de 42,3% de la población total, es decir que aproximadamente 1,1% de la población total ha perdido o renunciado a su empleo, aunque este fenómeno se contextualiza por la estacionalidad de la tasa en el primer trimestre, cuando usualmente la tasa de empleo se reduce. Para tratar de netear ese efecto, comparamos la tasa de empleo del primer trimestre de 2012 (42,3%) con el registrado un año atrás, 42,4%, lo que también muestra un deterioro de 0,1% en esta tasa”, explica la consultora.  Como suele ocurrir, los sectores informales fueron los más golpeados.

Industria

La performance del empleo formal también se observa en la Encuesta Industrial Mensual (EIM) que releva datos sobre el empleo industrial. En este relevamiento se estima una desaceleración en la tasa de crecimiento del empleo industrial desde el tercer trimestre de 2011 (cuando crecía al 3,4% anual) para hacerlo en el primer trimestre de 2012 a 2,4% anual. De todas maneras, a pesar de la recuperación del empleo industrial de los últimos años, el nivel de empleo industrial todavía no supera el registrado en 1997 aunque se encuentra a un nivel cercano.

“En el último trimestre de 2011 y primero de este año, el ajuste no se registró en la cantidad de empleo sino en las horas trabajadas, que se redujeron 3,9% y 8,7% en cada trimestre con respecto al trimestre anterior respectivo. De esta manera, las horas trabajadas totales ya se redujeron 12,3% con respecto al máximo del año pasado, fenómeno que de mantenerse terminaría impactando en el empleo. El panorama que se plantea es de un segmento a la espera, con una expectativa de freno en la actividad breve. Este fenómeno también es consistente con un empleo informal en contracción, pero empleo formal todavía estable. De profundizarse las actuales tendencias, es posible que el impacto sobre el empleo formal comience a ser más evidente”, sostiene la consultora.

Magras proyecciones

Con estas tendencias, y teniendo en cuenta el cambio de viento que se observa en la economía, la creación de empleo en 2012 se encontrará bajo condiciones más exigentes, más teniendo en cuenta que tanto la construcción como la industria manufacturera muestran intensos signos de estancamiento en los primeros meses del año, y entre ambos emplean a casi el 25% de la población urbana, según ACM. “Datos parciales nos anticipan una nueva reducción del empleo en el primer trimestre, a las mencionadas trayectorias en el empleo industrial formal (con caída de las horas trabajadas) y empleo urbano total, que se reduciría aproximadamente 0,9% trimestral, se le suma la caída en el empleo formal en la construcción, de 3,1% con respecto al cuarto trimestre de 2011”.

Combinando la expectativa inflacionaria, y un mercado laboral algo menos robusto que el año pasado podría combinar un escenario de empleo creciendo ligeramente por debajo de la población en edad de trabajar, que podría implicar alguna suba de la tasa de desocupación, y un salario real estancado o incluso reduciéndose, particularmente en los sectores productores de bienes que sufren de manera directa los cambios en la demanda interna, externa y la falta de insumos.

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