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Mercado brasileño

Oportunidades de negocios.

20 abril de 2012

Una vieja frase decía que Brasil era el país del futuro, y siempre lo sería. Es decir, nunca llegaría a desarrollar su vasto potencial. “Sin embargo, en los últimos años puedo confirmar que ese futuro ya llegó”, dijo el abogado argentino Gabriel Kuznietz, socio del bufete Demarest e Almeida y radicado en Brasil desde hace trece años. Este bufete, junto a Marval, O'Farrell & Mairal, Vergente Partners y Columbus Merchant Banking organizaron esta semana la 10º Jornada Jurídica Empresarial bajo el título “Inversiones en Brasil y la Argentina: Panorama de oportunidades y perspectivas para 2012”.

Para la Argentina no es un dato menor. Es su principal mercado de exportación. Las exportaciones hacia allí fueron de U$S 16.900 M en 2011 y podrían triplicarse para el 2020 según Jorge Vasconcelos, del IERAL.

La jornada, desarrollada en la Embajada de Brasil, sirvió para otra faceta de la integración bilateral. Lo que Alejandro Dillon, socio de Columbus Merchant Banking, denomina “el Mercosur empresarial”. Es el que componen grandes grupos empresariales trasnacionalizados, empresas de menor tamaño, todo tipo de inversionistas e, incluso, capital humano para puestos gerenciales. A la pregunta de si las empresas argentinas están aprovechando las oportunidades que presenta el país vecino, Dillon dice que depende de los sectores. “En alimentos está Arcor; en agronegocios están Adecoagro, Los Grobo y Cresud, y en infraestructura están Roggio, Cartellone, Corporación América, que ganó recientemente la concesión del aeropuerto de Brasilia y Techint, que hizo una inversión muy importante en Usiminas”, detalla Dillon. El sector de infraestructura presentará buenas oportunidades en los próximos años, tanto por los Juegos Olímpicos 2016 como por la Copa Mundial de 2014.Los agronegocios, el realestate y las energías alternativas, donde ya desembarcó con fuerza IMPSA(de la familia Pescarmona), también ofrecen posibilidades.

Según la Cámara de Comercio Argentino Brasileña (Cambras), la IED recíproca llegó a U$S 6.000 M en el bienio 2010-2011. En 2010, la IED de la Argentina a Brasil fue de U$S 130 millones y se concentró en la infraestructura y el sector agrícolaganadero. En 2011 dio un salto hasta U$S 2.870 M y se concentró en la energía eólica, la siderurgia y la infraestructura. Según Cambras, la IED argentina en Brasil fue levemente superior a la brasileña en la Argentina (U$S 3.000 M contra U$S 2.981 M) en 2010-2011.

Sobre la economía de Brasil habló Jayme Soares Alves Neto, economista de la Federación Brasileña de Bancos (FEBRABAM). “La economía de Brasil está fuerte”, resumió Alves Neto. Datos sobran. En la actual década, Brasil mantuvo un ahorro fiscal primario de alrededor de 3 puntos del PIB. También solidificó su sector externo: en 1995, por ejemplo, exportaba U$S 50.000 M y el año pasado superó los U$S 250.000 M, logrando un superávit comercial de casi U$S 30.000 M. Aun así, sigue siendo una de las economías más cerradas del mundo: el comercio total (exportaciones más importaciones) representa el 10% del PIB. La inflación, un gran problema en décadas pasadas, está controlado y “el sistema financiero es sólido”, destacó Neto. Pese a que “el crecimiento reciente no fue muy alto”, la declinación de los principales países centrales permitieron que Brasil se convierta en la sexta economía del mundo, con un PIB superior a los U$S 2 billones. La clase media (o Clase C) está en plena ebullición y “hay una situación de casi pleno empleo”.

Desde el punto de vista institucional, también se ha fortalecido. Un ejemplo: entre 1980 y 1995, el Banco Central de Brasil (BCB) tuvo 15 presidentes y el Ministerio de Hacienda, 14 titulares distintos. Entre 1995 y 2011, en cambio, hubo sólo 3 ministros de Hacienda y 5 presidentes del BCB.

“Los sistemas legales son parecidos en todos los aspectos”, opinó Santiago Carregal, socio de Marval, O'Farrell & Mairal. Por su parte, Kuznietz dijo que Brasil es distinto y que “no se pueden hacer negocios allá tal como se hacen acá”, aunque no haya muchas diferencias en la parte legal. Una de las cuestiones más complejas es la parte impositiva: en Brasil, los distintos niveles de gobierno (municipal, estadual y federal) tienen potestades tributarias. Eso explica una gran parte de lo que se conoce como “el costo Brasil”, uno de los obstáculos que la actual Presidenta busca reducir y algunas anomalías, entre ellas, el hecho de que la alícuota del IVA varíe entre los 26 estados que componen el país.

(De la edición impresa)

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