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El desafío que representa el Norte Grande

La región más atrasada del país.

07 noviembre de 2011

(Columna de opinión de Lucio Castro, director del Programa de Integración Global y Desarrollo Productivo de CIPPEC)

En las discusiones de política pública, el desafío económico y social más importante que enfrenta la Argentina parecería ser en forma casi exclusiva la provincia de Buenos Aires, en particular el conurbano bonaerense. Sin dejar a un lado la importancia de esta región, también es fundamental

concentrarse en el que es quizá el segundo mayor desafío del país en las próximas décadas: el desarrollo del Norte Grande (NG). El NG es una heterogénea región que abarca más de 759.883 kilómetros cuadrados y comprende a las provincias de Salta, Corrientes, Jujuy, Tucumán, Formosa, Chaco, Misiones, Santiago del Estero y Catamarca.

Si bien el NG solamente explica el 10% del PIB de la Argentina, esta región presenta los niveles de pobreza más elevados del país, aunque están cayendo en forma sostenida desde 2002. De esta manera, el NG tiene la mayor concentración de hogares pobres del país, solamente superada por el conurbano bonaerense. De la misma forma, el NG se distingue como la región argentina más desigual. Por ello, es fundamental para las perspectivas de mediano y largo plazos de la Argentina impulsar una estrategia de estímulo al desarrollo productivo que contribuya a la erradicación de la pobreza y la mitigación de la inequidad en esta zona del país.

Entre 2003 y 2009, el Producto Bruto Geográfico (PBG) real por habitante del NG creció a una tasa promedio anual de 4,4%. Una mirada más detallada, sin embargo, revela que el crecimiento de la región en ese período fue inferior al promedio argentino (de 5,5%). Además, el desempeño económico en el largo plazo del NG ha sido menos satisfactorio que el de otras regiones del país como, por ejemplo, la pampeana. Además de los pobres niveles relativos de ingreso por habitante, el NG es una de las regiones con el stock de capital e infraestructura física más bajo de la Argentina.

Desde una perspectiva “clásica”, esta desventaja relativa nortegrandina presenta una oportunidad en el mediano plazo, ya que incrementos relativamente moderados en el acervo de capital e infraestructura existente podrían contribuir a una tasa de crecimiento del PIB per capita más rápida que en regiones de mayor desarrollo relativo. De la misma manera, la actualmente

reducida tasa de inversión en actividades científicas y tecnológicas e investigación y desarrollo

(I+D) que realiza el NG en comparación con otras regiones posibilitaría un retorno más elevado

en términos de más rápido crecimiento endógeno, a través del estimulo a la innovación y el desarrollo tecnológico locales.

Más allá de estas oportunidades, una característica común a todas las provincias del NG es la marcada concentración de las exportaciones en un número reducido de productos, si bien existen diferencias entre las distintas economías provinciales. Por otro lado, la canasta exportadora de la mayoría de las provincias del NG ?con la excepción de Tucumán y Misiones? se encuentra

dominada por productos con bajos niveles de diferenciación, vinculados sobre todo con actividades primarias con escaso procesamiento. La evidencia preliminar disponible apunta a dos factores principales como las causas de esta elevada concentración y fragmentación productiva del NG.

Por un lado, un entramado empresario de baja densidad, con un número relativamente reducido de pequeñas y medianas empresas, y sobre todo de pymes exportadoras (PyMEx), en relación con el resto del país. De esta manera, la baja densidad empresaria se traduce en una oferta reducida de distintas variedades de productos transables, en particular de mayor nivel de diferenciación. Por otro lado, de acuerdo a una encuesta reciente del Banco Mundial (2007), los costos logísticos del Noroeste argentino (NOA) son los más elevados del país, y casi un 30% más altos que los de la región Centro. Así, solamente las empresas de mayor escala pueden afrontar estos elevados costos, lo que acentúa aún más la tendencia hacia la concentración del entramado productivo nortegrandino.

Otra característica distintiva del NG es la debilidad relativa de las instituciones del sector privado

(como asociaciones empresarias y cámaras, entre otras) y de las agencias públicas de apoyo al desarrollo productivo. Por ejemplo, mientras la región Patagónica y Cuyo invierten en promoción de exportaciones alrededor de 800 dólares por millón de dólares exportado, esta cifra oscila entre los 12 y 31 dólares en la región del Norte Grande.

En conclusión, la evidencia sugiere la importancia de apuntalar una estrategia de apoyo en el Norte Grande en forma coordinada desde el Gobierno Nacional y los gobiernos provinciales a las actividades del sector privado que permitan agregar valor localmente a las actividades primarias tradicionales y fortalezca las instituciones empresarias y las agencias públicas de apoyo al desarrollo productivo. En particular, el crecimiento de estos sectores puede favorecer la generación de empleos de calidad y el aumento de la productividad agregada de las economías de la región. En consecuencia, esta estrategia de “transformación estructural” puede contribuir, de esta manera, a reducir en forma sustentable los niveles actualmente elevados de pobreza e inequidad que enfrenta la región a través de mejoras sustentables en el entramado productivo.

(De la edición impresa)

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