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El último colchón

La liquidiez del sistema financiero.

13 septiembre de 2011

Según un informe de Ramiro Castiñeira, economista de la consultora Econométrica, se está por terminar uno de los últimos colchones de la economía argentina: la liquidez del sistema financiero. La liquidez del sistema financiero encontró un máximo en 2010, cuando llegó a representar la mitad de los depósitos de los bancos.

El principal deudor del sistema financiero es el BCRA. La otra mitad se presta principalmente al

sector privado en pesos, para evitar descalce de monedas (“condición que llevó a una irregularidad de cartera actualmente a mínimos históricos”). “El modelo posconvertibilidad perdió la fuerza macroeconómica del pasado”, según Castiñeira. “Ya no hay superávit fiscal ni externo, ni tipo de cambio competitivo. Si bien los déficit gemelos son chicos (incluso son los menores de casi toda Latinoamérica) y el tipo de cambio está lejos de estar atrasado, no deja de ser cierto que la macroeconomía empieza a tomar otra dinámica, porque el sistema financiero y su abultada liquidez, también se amoldan al nuevo contexto”.

El BCRA ya no compra tantos dólares como en el pasado, por la simple razón de que el nuevo escenario macroeconómico de menor tipo de cambio conlleva menor superávit externo. Si el BCRA compra menos dólares, entonces se reduce la necesidad de emitir Lebacs. La liquidez del sistema financiero es el superávit externo ahorrado.

Por ello, Castiñeira cree que la macroeconomía no sentirá el agotamiento del superávit externo, sin antes agotarse la liquidez del sistema financiero. Esto tiene implicancias para el 2012: la desaceleración económica vendrá después de usar la liquidez bancaria ahorrada, y no antes.

Por supuesto, la mayor expectativa de devaluación para 2012 eleva la tasa de indiferencia para

quedarse en activos locales, como ya está acusando tímidamente la Badlar.

En resumen, la liquidez del sistema financiero actúa como el último de los colchones: el “superávit externo ahorrado”, tanto en reservas del BCRA, y su contracara, liquidez en el sistema financiero, se utilizan para pagar la deuda externa sin que reaccionen las tasas de interés. “La magnitud de las reservas, U$S 50.000 millones, y la liquidez financiera, el 40% de los depósitos, otorga oxígeno al crecimiento económico de 2012”.

(De la edición impresa)

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