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¿Conviene pedir a los mercados o al BCRA?

Un debate para 2012.

21 septiembre de 2011

El economista Miguel Angel Broda dice que la Argentina debería volver a los mercados porque su bajo nivel de deuda implica pedir prestado montos menores. “Con un ratio de deuda pública de 22% sería más conveniente colocar un bono a menos de 9% anual que seguir dándole a la maquinita y perdiendo reservas del Banco Central”. También piensa algo parecido Juan Llach, economista y director del Departamento de Economía del IAE. “El evidente debilitamiento del balance del Banco Central hace desaconsejable seguir pagando todos los vencimientos de deuda con reservas y para no correr riesgos la Argentina necesita volver a los mercados financieros por un monto accesible, esto es entre U$S 4.000 y 6.000 millones”, le dijo a El Economista.

El Gobierno piensa distinto. “La gran ventaja de haber hecho las cosas bien es que salir hoy al mercado es una decisión y no una necesidad, como lo era en los '90. Los analistas coinciden en que vamos a vivir con un tiempo prolongado de crisis en los países en desarrollo. Es bueno dejar todas las opciones abiertas”, declaró  la semana pasada Hernán Lorenzino, secretario de Finanzas. Ahora, ¿a la Argentina le conviene financiarse con el Banco Central en lugar de hacerlo con los mercados, como dicen Broda y Llach? ¿Cuál es exactamente el monto que necesita el país para el

año que viene?

Maximiliano Castillo, director de la consultora ACM, señala que recurrir al Banco Central no es gratis. Explica que las reservas de libre disponibilidad son cada vez menores ?los dólares necesarios para respaldar la base monetaria? y que la fórmula para 'recuperarlas' conlleva grandes riesgos. “El Banco Central podría devaluar y así recuperar reservas excedentes. Pero al costo de devaluar es generar una inflación mayor”.

Para 2012

Los economistas por estos días sacan punta al lápiz para estimar la recaudación y el gasto del año que viene. ¿Cuántos dólares necesitará el país para entonces? Las necesidades de financiamiento

de la Argentina para 2012 llegan a U$S 16.000 millones, dicen ?en realidad U$S 19.000 millones

si se incluye un financiamiento adicional a las provincias?. Un cálculo del Estudio Bein estima que el país deberá buscar en el mercado U$S 5.000 millones si quiere hacer frente a una estructura

de gasto similar a la de estos años. Si se tiene en cuenta un superávit fiscal de U$S 3.200 millones ?incluyendo rentas de la ANSeS y del BCRA?, el rollover de los vencimientos intrasector público

y el uso de los colchones restantes, el Ministerio de Economía deberá buscar U$S 5.000 millones

en un mundo cada vez más volátil.

Los vencimientos para 2013 serán de U$S 16.410 millones, de los cuales U$S 3.300 millones corresponden al pago del cupón del PIB que sólo paga si en 2012 el crecimiento real de la economía es mayor a 3,26%. El Estudio Broda calcula, como Llach, que el Gobierno necesitará del exterior entre U$S 4.000 millones y U$S 6.000. Si el Banco Central inyecta menos pesos en la economía y el Ministerio de Economía coloca más deuda en el exterior, entonces el número estará más cerca de U$S 4.000 millones que de U$S 6.000 millones.

Finalmente, para la consultora ACM el número será más bajo: U$S 3.188 millones. “Bajo el supuesto de que el Gobierno recupera el superávit primario”, aclara Castillo. Todos los economistas coinciden en algo. El Gobierno tiene pocos incentivos a renunciar a la estrategia de financiarse a través del Banco Central y someterse a un acuerdo con el Club de París. El financiamiento intrasector público ha sido la llave que le permitió al país desendeudarse en

los últimos años.

Intra-sector público

El kirchnerismo recuperó margen de maniobra porque logró que la deuda intrasector público como porcentaje del total de la deuda pública pasara de 8% en 2005 a 42% en 2010. Entre 2006 y 2010 aumentó 280%. Las tenencias intrasector público están en cabeza principalmente de la ANSeS y el BCRA. De acuerdo a estimaciones de la consultora LCG, que dirige Martín Lousteau, la ANSeS posee deuda pública por U$S 31.500 millones: la mayor parte proviene de la cartera de inversiones de las ex AFJP traspasada al Estado en ocasión de la contrareforma previsional, y el resto por la adquisición de bonos del Tesoro a cambio del superávit obtenido por la ANSeS.

Por su parte, el BCRA tiene deuda del Gobierno Nacional por U$S 30.900 millones, generada prácticamente en su totalidad entre 2003 y 2010. Más de la mitad son letras intransferibles del Tesoro que sirvieron como puente para financiar al Gobierno Nacional. Los adelantos transitorios (un tercio de la deuda) crecieron fuertemente a partir de 2006 y sobre todo en 2009 con la reforma de la Carta Orgánica del BCRA que flexibilizó los límites de asistencia al Tesoro. Sólo el 11% de la deuda en manos del BCRA cotiza en el mercado (en el caso de la ANSeS este porcentaje es del 100%), lo que implica que difícilmente sea cancelada en el futuro.

En el mercado, la deuda pública con cotización alcanza poco menos de U$S 100.000 millones (60% de la deuda pública total). “Lo sorprendente es que entre la ANSeS y el BCRA poseen el 36% de esta deuda. Es obvio que esta alta participación le da al Estado poder de fuego significativo como para influir en la cotización de los títulos”, dice un informe especial de LCG sobre la deuda pública.

Un dato llamativo sobre la ANSeS lo aporta el último informe del Estudio Bein. Desde fines de 2009 y hasta junio de 2011 las ventas netas de títulos públicos por parte de la ANSeS ascendieron a US$ 5.000 millones. “¿Si las colocaciones indirectas de la ANSeS en el mercado no van a financiar al Tesoro, ¿adónde van?”. La mitad del aumento en la liquidez generada por el propio superávit del organismo y por la venta de bonos en el mercado se ha destinado al financiamiento del rubro proyectos productivos.

La composición

El total de la deuda pública actualmente representa el 45% del PIB según datos del Ministerio de

Economía. En la década del '90 el promedio fue del 33% del PIB, pero esta medición está influenciada por la sobrevaluación del PIB medido en dólares característico de la convertibilidad: si se valúa el PIB al tipo de cambio real actual, se observa que el cociente deuda/PIB promedio de los '90s fue del 62%. Llach cree que un paso previo para volver a los mercados sería un arreglo con el Club de París. “Sería muy bueno sobre todo desde el punto de vista de la inversión en la Argentina, ya que abarataría considerablemente su financiamiento, por ejemplo, el de compras de bienes de capital”.

Para Castillo, la financiación a través de los mercados, en lugar del Banco Central, es el camino que sigue la mayoría de los países.

(De la edición impresa)

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