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Para qué servirán las primarias

Los resultados del 14 moldearán la campaña.

09 agosto de 2011

En las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias que harán su debut el 14 de agosto no se

elegirá a ningún candidato presidencial porque ya todos fueron seleccionados mediante otro mecanismo. Pero sí habrá elecciones para dirimir otras candidaturas, entre ellas, la de gobernador de la provincia de Buenos Aires por el FpV. Pero la mayoría se darán para cargos municipales.

A su vez, las listas de legisladores de distintos partidos en algunas provincias corren el riesgo de no poder presentarse en octubre por no llegar al 1,5% de los votos requeridos. Finalmente, cierto desconocimiento del sistema podría producir una mayor inasistencia que la habitual y la suba del voto en blanco, pero son hipótesis que habrá que comprobar el día de la elección.

Todo el debate político de los últimos meses puede ser saldado en las primarias. Hay varios interrogantes que comenzarán a tener respuesta. El más importante es el apoyo electoral con el que cuenta la Presidenta. Hasta hace dos meses, se suponía que ganaría holgadamente y que era impensable un escenario de balotaje. Pero el episodio que involucró a las Madres puso al Gobierno a la defensiva por primera vez en mucho tiempo. Posteriormente, el armado de las listas generó conflictos internos y en ese marco se llegó a las elecciones de la Capital Federal.

Allí el Gobierno sintió el golpe porque es evidente que, sin demasiado fundamento, esperaba un resultado distinto. Los casi 20 puntos que separaron a Mauricio Macri de Daniel Filmus tomaron por sorpresa al oficialismo, lo que de alguna medida puede considerarse una señal de debilidad porque demuestra falta de sintonía con el humor social.

Las elecciones de Santa Fe tampoco trajeron buenas noticias para el Gobierno, cuyo candidato salió tercero. Después de estos resultados, comenzó a escucharse con más frecuencia que la elección no está resuelta y que no puede descartarse que sea necesario un balotaje para definir la carrera presidencial. Las primarias pueden servir para aclarar el panorama en este sentido.

Pero, además, los próximos pasos del Gobierno estarán muy condicionados por el resultado. Un elevado porcentaje de votos sería un incentivo para no hacer ningún cambio mientras que una cifra que no supere el 40% obligaría a una política de apertura hacia otros sectores para evitar que la oposición se reúna detrás de un único candidato.

Los opositores

En el campo opositor, las primarias servirán para ordenar las preferencias. La gran apuesta de quienes están mejor posicionados ?Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde? es lograr el segundo puesto y sacarle una buena diferencia al tercero. El que lo logre, irá en busca de quienes apoyaron al resto invocando la necesidad de un “voto útil” para derrotar a Cristina Fernández.

Por eso, cabe esperar un intenso debate en todos los partidos luego de conocerse los resultados

de las primarias: serán una radiografía del electorado argentino a sólo diez semanas de las presidenciales. Habrá quienes sean propensos a encolumnarse de alguna manera detrás del opositor que obtuvo más votos mientras que otros insistirán en seguir apostando con fuerza a los candidatos propios.

También se discutirá cómo se concreta un eventual acuerdo ¿Lo harán explícitamente las fuerzas políticas o dejarán que lo hagan los propios votantes? Porque más allá de lo que digan los partidos, la clave será la cantidad de personas que esté dispuesta a votar al candidato opositor mejor posicionado con tal de que no gane Cristina.

Por supuesto que este debate surgirá en la medida en que se dé una condición previa: que de las primarias surja que es posible que haya balotaje. Si, por el contrario, de los resultados del 14 de agosto aparece como escenario más probable que Cristina gana en primera vuelta, el incentivo para que todos los que apoyaron a candidatos opositores se junten detrás del que más votos obtuvo virtualmente desaparece.

En definitiva, todos los candidatos podrán ajustar sus estrategias. Deberán tener en cuenta el voto regional dado que está abierto el interrogante sobre las diferencias que existen en el comportamiento de los votantes cuando eligen autoridades locales y nacionales. Cada uno tiene sus zonas críticas.

Para Cristina la región central del país, para Alfonsín el conurbano bonaerense, para Duhalde la Capital y Córdoba. Las primarias también aportarán información valiosa en ese campo. También se comprobará hasta qué punto los votos son trasladables de una figura a otra y en función de ese dato adecuar los mensajes.

Por ejemplo, ¿qué porcentaje de los que votaron por Macri lo hará por los candidatos a diputados del Pro? ¿Cuánto se beneficiará Duhalde en Santa Fe por el apoyo de Miguel Del Sel? ¿Qué diferencia habrá entre la cantidad de votos que tuvieron Juan Manuel Urtubey y Maurice Closs y los que logre Cristina en Salta y Misiones?

Con los datos en la mano, los candidatos concentrarán sus esfuerzos en las regiones en las que

tuvieron menor apoyo y dirigirán sus mensajes a los sectores sociales que se mostraron más reacios a acompañarlos.

Las primarias constituyen un mecanismo nuevo, sobre el cual no hay antecedentes y, por lo tanto, su impacto en la campaña es difícil de calcular. Pero para todos será una fuente de información muy valiosa y estará en la capacidad de los candidatos y sus estrategas, aprovecharla de la mejor manera posible.

(De la edición impresa)

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