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El superávit externo sigue firme pero el deterioro se acentúa

El impacto de la mayor importación de energía.

02 agosto de 2011

(De la edición impresa)

La balanza comercial de junio arrojó un superávit de U$S 1.019 millones, esto significa U$S 200 millones menos que el mismo mes del año pasado. Las exportaciones fueron U$S 7.992 millones

y las importaciones U$S 6.904 millones. Así, el saldo de balanza comercial registró una disminución de 21% con respecto al mismo mes de 2010.

Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, “el déficit comercial energético se agudizó en junio”. En ese sentido, el exceso de demanda y el agotamiento de los recursos

energéticos hicieron subir 38% las importaciones en el primer semestre del año. Entre ellos, se destaca la importación de energía (principalmente gas), que creció 102% en el período, escenario que conlleva a la reaparición del déficit comercial energético este año.

La demanda que no puede cubrir la producción local, deriva en un mix de incrementos de precios e importaciones. Sobre cuál de las dos variables recaerá el exceso de demanda, dependerá esencialmente del valor del tipo de cambio en términos reales. “La válvula de escape será esencialmente la inflación si la moneda está subvaluada, mientras que el crecimiento de las importaciones será la respuesta si es que la moneda está apreciada”, dice el economista Ramiro Castiñeira, de Econométrica.

La economía desde hace varios trimestres está virando hacia una moneda más apreciada, por lo que el exceso de demanda recae cada vez en mayor proporción agostando el superávit externo. La inflación se encuentra estable o levemente a la baja, desde 25% en 2010 a 23% en 2011. El agotamiento del resultado externo vía apreciación cambiaria, se acelera ante la falta de recursos energéticos en el mercado local para responder a los picos estacionales en la demanda de gas. En junio la importación de energía creció 90% respecto a igual período del año anterior, en tanto que en los primeros seis meses el incremento trepó un 102% en igual período.

El informe del IARAF rescata que durante enero-junio de 2011 el saldo comercial del rubro combustibles y energía fue deficitario en U$S 1.282 millones, conformado por un valor de las exportaciones de U$S 2.972 millones y U$S 4.254 millones para las importaciones observadas durante el mismo periodo. “Durante los primeros seis primeros meses del año, por cada dólar exportado de combustible, se importó U$S 1,43, mientras que para la primera mitad de 2010 por cada dólar estadounidense exportado de energía y combustibles, se importó U$S 0,64. A su vez, esta relación se agudizó con respecto a los cinco primeros meses del año cuando se había observado que por cada dólar de combustible vendido al exterior, se importó U$S 1,18”.

Según una estimación de la consultora Econométrica, el saldo energético para lo que resta del

año será negativo por primera vez desde 1988, cercano a los U$S 3.000 millones en todo 2011, en tanto que el saldo comercial total será positivo en U$S 10.000 millones, equivalente a 2,2% del PIB.

Dólar y commodities

Los precios internacionales elevados permiten a la Argentina sostener el superávit externo. Las

cantidades exportadas de los productos agropecuarios crecen a una tasa menor que sus cotizaciones. La evolución del precio de las commodities como cualquier mercancía depende de la oferta y la demanda.

Pero más allá de la dinámica individual de las mismas, como el precio de estos bienes está

denominado en dólares, la cotización internacional de esta divisa ejerce una fuerte influencia.

Según un informe del IERAL-Fundación Mediterránea, buena parte del actual aumento en los precios internacionales de las commodities que exporta la Argentina puede ser explicado por la debilidad internacional del dólar, la cual a su vez se debe a las históricamente bajas tasas de interés que presenta la economía americana.

“Este escenario de tasas excesivamente bajas no es esperable que se mantenga en el mediano plazo. Tarde o temprano la política monetaria americana tenderá a normalizarse y las tasas de interés subirán fortaleciendo el valor internacional del dólar y ejerciendo una presión negativa sobre el precio de las commodities. La buena noticia es que no es probable que esto suceda en el corto plazo, debido a los actuales problemas de desempleo de la economía americana y la relativamente baja tasa de inflación”.

Los ciclos de fuertes subas y caídas en la cotización internacional del dólar también ejercieron en el pasado una fuerte influencia sobre el precio internacional de las commodities. Entre 1987 y 1988 estuvo asociada a un fuerte aumento en el precio de las commodities y lo contrario sucedió con la fuerte apreciación internacional de la divisa americana tanto a principios

de la década del ochenta como en la segunda parte de los noventa.

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