Por Oscar Muiño
La furia del Palacio de Hacienda, reiterada en las últimas horas, tiene diversas fuentes. Desde la semana última, acusa a Axel Kicillof de “homicidio macroeconómico”, a Roberto Lavagna de desaciertos en el canje de deuda y a Domingo Cavallo de integrar “una generación de economistas en Argentina que han sido parte del fracaso”.
El caso Lavagna es preventivo. El posicionamiento prepresidencial del ex ministro de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner ?aún muy insuficiente para terciar con chances- amenaza el corazón de la estrategia oficial. Como se sabe, Marcos Peña y Jaime Durán Barba insisten que sólo habrá espacio para dos candidaturas: Mauricio versus Cristina.
Dado que cualquier tercería amenaza su estrategia, la respuesta será la misma aparezca quien aparezca (sea Sergio Massa, Martín Lousteau o cualquier otra novedad). La campaña oficial, confinada a los bordes de los magros resultados de la gestión ?ya lleva cuarenta meses con más desazón que alegrías- se basa en una propuesta inamovible. Desaparecido el entusiasmo y entibiada la confianza, el propósito es que gane el menos malo (estamos seguros que es el nuestro, pero sólo contra Cristina).
El ataque contra Cavallo, en cambio, se originó en la versión según la cual el exministro de Carlos S. Menem y Fernando de la Rúa estaría forjando un plan económico sustituto, junto con Guillermo Calvo.
En rigor, no hay tal. Hubo, sí, un encuentro organizado por Miguel Angel Broda con la presencia de Cavallo, Guillermo Calvo y otros economistas. Allí parecen haberse analizado las grandes líneas del porvenir. Pero limitada a las instituciones económicas consideradas indispensables como el marco legal general y el rol del BCRA. Y según un par de asistentes, no se habló de plan económico alguno. “Sin saber qué instituciones deben actuar, es imposible elegir un rumbo”, coincidieron. Cavallo, además, se sigue reponiendo de una intervención médica exitosa, pero compleja.
El actual equipo económico no está amenazado. Mientras rija el acuerdo con el FMI, Nicolás Dujovne será el monitor que garantizará al Gobierno la buena voluntad externa y al FMI, la disciplina local. Seguirá siendo el garante hasta fin de año. A menos que?
