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Goldin: “La inflación va a tender a bajar, pero me preocupa la actividad”

Alejandro Radonjic 17 febrero de 2019

Entrevista a Pablo Goldin Macroview Por Alejandro Radonjic

En diálogo con El Economista, el siempre interesante Pablo Goldin, hombre de Macroview, ofrece su visión sobre el dato de inflación de enero, las perspectivas hacia adelante y los dilemas del mediano plazo. “Sea quien fuera, el próximo Presidente va a tener una tarea muy ardua”, sentencia.

¿Qué lectura hace del 2,9% que publicó el Indec?

Estuvo dentro de lo esperado. Tuviste un cuatrimestre muy bravo entre julio y octubre pasados que, promediado, te dio casi 5% y luego arrancó un cuatrimestre complicado de casi 3%. Todavía alto. El programa con el FMI no está hecho para estos niveles de casi 3% por mes. No es lo que debiera ser. Luego del cuatrimestre de casi 3%, desde marzo se debería venir uno de casi 2%. Si en junio no vienen meses de casi 2%, el programita se va a complicar porque no está hecho para una inflación de 30%. Muy alto.

¿Por qué dice “no está hecho” para estos niveles?

Hoy se está emitiendo plata a un ritmo bajísimo y el circulante en la calle está creciendo, mirando doce meses para atrás, casi nada. Si la cantidad de plata en la calle crece entre 0% y 1% mensual y la inflación está en 3%, tenés un problema porque se va licuando la plata. Cuando escuchás que “no hay plata en la calle”, es macroeconómicamente cierto. No es un slogan. Cuanto más tarde en bajar la inflación y el BCRA persista con la regla monetaria, va a doler cada vez más. Insisto que el programa actual está hecho para inflaciones más bajas, y creo que van a llegar las cifras de 1% y pico. Aunque no sé a qué costo. La última vez que tuvimos semejante hachazo monetario fue, involuntariamente, en 2008-2009 cuando el mundo se nos vino encima, pero la inflación fue 15%, aproximadamente. Hoy estás en cero de emisión y 30% anual de inflación pero, insisto, creo que la inflación va a bajar. Si no va a ser muy incómodo.

Ese escenario de desinflación que sugiere incluye un dólar más o menos estable...

Móvil, pero civilizadamente. Si en 1-2 meses, el dólar se va hacia el techo de la banda, la historia es otra. Si se mueve como estos meses y sigue por el piso o centro de la banda, no va a alterar el ritmo de inflación. Aunque va a ser un problema para la actividad porque el durísimo esquema monetario tiene un único cable a tierra y es que el BCRA compre dólares y emita algunos pesos. Además, si el dólar está entre la banda, va a ser más tediosa la baja de tasas y la recuperación del crédito.

Supongamos que ese escenario de desinflación que plantea se concreta, ¿será sustentable o un “veranito”?

El programita económico con el FMI vino a estabilizar el mercado de cambios y hacer todo lo posible para bajar la inflación. Más allá de estos meses, e incluso más allá de la elección y quien venga a la Casa Rosada, pienso que si nos mantenemos en el actual esquema vamos a tener cierta estabilidad cambiaria, sin plata en la calle y con una inflación más baja. Adonde tengo más dudas es en la recuperación del nivel de actividad. Si seguimos de la mano del FMI, y todo indica que así será porque es nuestro principal acreedor, la chance de tener un mercado de cambios no caótico y una inflación más baja está. Pero, insisto, me cuesta imaginar una salida reactivadora importante. Gane quien gane. Si mirás los países que se estabilizaron con un acuerdo con el FMI, como Grecia o Ucrania, festejan que la economía crezca 1-2% después de cinco años recesivos.

¿Y la salida transable exportadora?

Me parece válida, pero no la tengo tan clara. Puede ser en Brasil. Los otros motores de la actividad seguirán apagados. Los países que tuvieron líos y adoptaron la medicina tradicional del FMI, a la larga estabilizan, pero entrás en un régimen de cuasiestancamiento del que cuesta salir. Además, nosotros todavía tenemos el mercado de cambios atado con alambre, no bajamos la inflación y seguimos sin resolver nuestro problema fiscal de mediano plazo. No sé si el Gobierno, y la gente, lo sabe. Ojalá me equivoque y Argentina me sorprenda con una salida con crecimiento. Pero, insisto, con el manual del FMI, cuesta creer que será así.

La actividad, además, se vincula con la recaudación...

El ajuste fiscal en marcha es muy duro, con el capítulo previsional que va por otro canal. A mediano plazo, quien venga en diciembre, va a tener que tener muy en claro su estrategia fiscal de mediano plazo. Será un gran desafío. El próximo Presidente va a tener una tarea ardua porque, por más que tengas estabilidad, vas a tener el problema recesivo.

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