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Pobreza en la región es 30,2%

16 enero de 2019

La tasa de pobreza se mantuvo estable en América Latina en 2017, informó ayer la Cepal. Por cierto, en niveles muy altos también: 30,2% de la población. A su vez, la pobreza extrema (categoría similar a la indigencia) subió de 9,9% hasta 10,2% en 2017, informó el organismo. En 2018, y según las proyecciones de la Cepal, se espera que haya bajado, aunque muy levemente a 29,6% mientras la indigencia se habría mantenido en 10,2%.

A la vez, en términos absolutos, la pobreza afectó a 184 millones de latinoamericanos en 2017 y la pobreza extrema, a nada menos que 62 millones. Según las proyecciones, habría bajado levemente en 2018.

Según los números cepalinos, que son distintos a los que informan los países, para permitir la comparación entre los países, Argentina terminó 2017 en la zona baja de la tabla. Según Cepal, la pobreza fue de 18,7% en 2017 (es decir, menor a la del Indec porque usa un criterio menos “exigente”), casi 10 puntos menos que el promedio regional. El país mejor posicionado fue Uruguay, con 2,7% y el peor, El Salvador (37,8%).

“Aun cuando la región logró importantes avances entre la década pasada y mediados de la presente, desde 2015 se han registrado retrocesos, particularmente en materia de pobreza extrema”, alertó Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Cepal quien, frente a los desafíos que se enfrentan, llamó a impulsar políticas públicas complementarias de protección social e inclusión laboral y redistributivas en materia de ingresos.

“Al analizar los países con mayores reducciones de la pobreza en el período 2012-2017, se observa que en Chile, El Salvador y República Dominicana el aumento de los ingresos laborales en los hogares de menores recursos fue la fuente que más contribuyó a esa disminución mientras que en Costa Rica, Panamá y Uruguay el principal factor fueron las pensiones y transferencias recibidas por los hogares de menores recursos”, indicó la Cepal en un comunicado. “Esto corrobora la importancia de dotar de más recursos a la población en situación de pobreza, combinando el fortalecimiento de los ingresos laborales con la provisión de transferencias públicas y el fortalecimiento de los sistemas de protección social”, agregó.

El informe también destaca que la desigualdad de ingresos se redujo apreciablemente en la región desde principios de los 2000. El promedio simple de los índices de Gini (donde 0 representa ausencia de desigualdad y 1 desigualdad máxima) bajó de 0,543 en 2002 a 0,466 en 2017. Sin embargo, el ritmo de reducción se frenó a 0,3% anual en los años.

A pesar del contexto de ajustes y estrechez fiscal, el gasto social de los gobiernos es el principal componente del gasto público total (51,4% en 2016), señaló la Cepal.

En promedio, 11,2% del PIB (2016) mientras que, en términos per cápita, el gasto social promedio de los países de América Latina prácticamente se duplicó entre 2002 y 2016, llegando a US$ 894.

“Para avanzar hacia crecientes niveles de participación en los beneficios del desarrollo y en el ejercicio de los derechos, es necesario progresar simultáneamente en inclusión social e inclusión laboral de la población mediante políticas activas”, recalcó la Cepal. En promedio, alrededor del 40% de la población ocupada de América Latina recibe ingresos laborales inferiores al salario mínimo establecido por su país y esa proporción es mucho más elevada entre las mujeres (48,7%) y los jóvenes de 15 a 24 años (55,9%).

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