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Sin goles de visitante, la histórica definición será una final a partido único que se disputará el sábado 24 en River

13 noviembre de 2018

El primer partido de la superfinal de la Copa Libertadores estuvo a la altura de las circunstancias.  En una Bombonera en la que no cabía ni un alfiler, los dos equipos ofrecieron buen fútbol y empardaron en el resultado final.  De esta manera, al no aplicarse en esta instancia la regla del gol de visitante, el resultado no tiene ninguna implicancia práctica y, por lo tanto, la definición de la Copa será una especie de final a partido único que se disputará el sábado 24 de noviembre en el estadio de River Plate.

En el primer tiempo hubo un claro dominio de River. Con un buen juego asociado y mucha dinámica, el conjunto millonario llegó varias veces al arco de Boca al punto de convertir en figura a su arquero, Agustín Rossi, quien fue aclamado por los hinchas locales durante toda la tarde.  Si bien la formación dispuesta por el cuerpo técnico de River parecía, a priori, defensiva, el equipo no perdió peso ofensivo.  Sin embargo, no logró capitalizar sus situaciones de gol y Boca, quien mejoró tras la salida de Cristian Pavón y el ingreso de “Pipa” Benedetto, llegó al gol a través de Ramón Abila en el minuto 35.  Al minuto, en plena efervescencia por el primer gol de la final, “Pity” Martínez asistió a Lucas Pratto quien desde un ángulo muy cerrado definió cruzado e igualó el tanteador.  Finalizando el primer tiempo, Boca metió el segundo gol tras un gran gesto técnico de Benedetto que, de espaldas al arco, peinó un centro frontal y la pelota terminó entrando en el ángulo.  Boca fue efectivo y se fue al vestuario con un marcador que no reflejaba el desarrollo del juego.

En el segundo tiempo, River perdió precisión en su juego y el partido perdió lucidez.  Boca parecía manejar los tiempos del partido pero no lograba llegar al arco de Franco Armani con claridad.  A los 16 minutos, un venenoso tiro libre del Pity Martínez cayó en al área chica de Boca y Carlos Izquierdoz, intentando despejar la pelota, apenas logró rozarla y ésta ingresó en su propia meta.  2-2.  Boca continuó teniendo el control del balón y minutos antes de la finalización del partido, Tevez dejó mano a mano a Benedetto con el arquero de River y el delantero definió a quemarropa, pero Franco Armani desvió la pelota con su muslo izquierdo.  Fue una atajada memorable.

El empate parece haberle sentado mejor a River. Estando abajo en el marcador logró empatarlo las dos veces y pudo perderlo en una de las últimas jugadas.  Hizo un buen trabajo en un contexto hostil y supo dominar a Boca una vez más.  De los 6 jugadores que estaban en capilla por acumulación de amarillas, sólo amonestaron a Rafael Santos Borré, quien se perderá el partido de vuelta, pero recuperará a Nacho Scocco y a su gran capitán, Leo Ponzio.  Boca no hizo valer su localía tal como pretendían los hermanos Barros Schelotto y ahora deberá definir en cancha de River.  Sin embargo, sus dos número 9 vienen demostrando que están en un gran momento, tienen una sólida columna vertebral, varios referentes e individualidades notables.

La serie está abierta y ambos equipos tienen fundamentos para ganar el partido más importante de la historia del fútbol argentino.  El que lo haga, tendrá la gloria eterna.

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