Las declaraciones de Jair Bolsonaro luego de ganar la primera vuelta por una amplia ventaja no fueron bien recibidas por los mercados, que habían tenido una reacción inicial muy favorable. Bolsonaro nunca fue el candidato preferido del establishment, pero finalmente terminó apoyándolo por considerarlo al único capaz de evitar el retorno del PT al poder.
Pero el menor ímpetu privatista que está mostrando Bolsonaro, que afirmó que no venderá el núcleo del negocio de Petrobras y Eletrobras y su menor disposición a encarar reformas estructurales, como la del sistema previsional, crearon muchas dudas en los mercados. Ayer, la Bolsa de San Pablo bajó 0,91%, pero lo hizo en el marco de una caída global que incluyó a las principales plazas del mundo.
En el caso del dólar, la situación fue distinta porque subió 0,35% en una jornada en la cual retrocedió frente a casi todas las demás monedas, incluyendo las de los países emergentes. Hubo factores propios de la situación política brasileña para que el real cayera a pesar de que aún conserva una suba de 2% en la semana como consecuencia de la fuerte revalorización que tuvo en los dos primeros días posteriores a la primera vuelta de las elecciones presidenciales.
De todas maneras, las dudas de los mercados no se han trasladado al electorado porque en la primera encuesta sobre el balotaje, difundida el miércoles, Bolsonaro lograría el 58% de los votos y Fernando Haddad, 42%.
