Por Juan Strasnoy Peyre
Sacudida por los temblores económicos, la compraventa de inmuebles en la CABA se desplomó durante septiembre. Se escrituraron 3.539 propiedades, 41,2% menos que un año atrás. Con el crédito virtualmente paralizado, el salario real en caída y el ingreso en dólares en picada, las posibilidades de acceso a la vivienda se alejan. El retroceso continuaría en los próximos meses.
Según los datos publicados hoy por el Colegio de Escribanos porteño, el monto total de las transacciones realizadas creció 25,7% interanual en términos nominales, al alcanzar $17.946 millones. Pero en términos reales, es decir, considerando el efecto de la inflación, cayó 10,5%. Contra agosto, la cantidad operaciones de compraventa bajó 22,2%. El precio medio de las escrituras fue de $5.071.093 (US$ 128.675 de acuerdo al tipo de cambio oficial promedio). En pesos, el monto creció 113,7% en un año, mientras que en dólares bajó 4,9%.
En tanto, durante los primeros nueve meses del año, el número de escrituras se expandió 2,2% respecto del mismo período de 2017 producto del crecimiento de los primeros meses. Se firmaron 43.581 escrituras contra las 42.621.
En diálogo con El Economista, Armando Pepe, presidente del Colegio Unico de Corredores Inmobiliarios de la CABA (Cucicba), dijo que el derrumbe del mes pasado es muy preocupante pero advirtió que los datos de octubre serán todavía peores. “Hay muchos factores: la inestabilidad económica a partir de la suba del dólar, ese ha sido uno de los temas fundamentales; también la inflación; y la caída estrepitosa de los créditos”, sostuvo.
Es que las escrituras formalizadas con hipoteca bancaria fueron apenas 382 (se hundieron 78% interanual y 40,2% con respecto a agosto). Representaron el 10,8% del total, frente al 28,9% de un año antes. Es más, en sólo cinco meses las transacciones con crédito cayeron 82%. “Para una ciudad como la CABA, 832 es nada. Desde el sector estamos deseando que vuelvan los créditos, pero no soy demasiado optimista hasta el 1º T del año que viene”, consideró Pepe. En ese sentido, el titular de Cucicba explicó que hubo una importante caída en la relación cuota-ingreso de la gente: “Hoy un matrimonio con un hijo que trabaje y la mamá de uno de ellos que conviva, es decir, con tres recibos de sueldo y una pensión, supongamos que necesita un tres ambientes, cuando van al banco le pueden llegar a dar para comprar un ambiente”. En el acumulado de los primeros nueve meses, las operaciones con hipotecas muestran un alza del 19,6% (11.838 escrituras en 2018 vs 9.893 en el mismo período de 2017) producto del crecimiento de los primeros meses del año. Pero con la devaluación, la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos y la disparada de las tasas, la tendencia se revirtió.
Las escrituras formalizadas con hipoteca bancaria se hundieron 78% interanual y 82% en los últimos cinco meses
Además, Pepe planteó que la supertasa no sólo frena la compraventa, sino también la construcción: “Esperemos que caiga la tasa. Es muy difícil poner un país en producción con tasas del 70%. Cuando uno llama a los inversores para que inviertan en un edificio que vamos a construir dese el pozo, nos dicen 'me están dando 70% las Leliq o 50% un plazo fijo'. Las tasas conspiran contra toda la economía”.
Costo en baja
En simultáneo y arrastrado por la devaluación, el costo de la construcción en dólares cayó 37% entre diciembre y octubre. De esta forma, alcanzó su mínimo histórico desde 2012, según un informe publicado por Navent. Sin embargo, esto todavía no se refleja en el precio de las propiedades.
El estudio de la empresa de clasificados online señala que, si bien el valor de los inmuebles comenzó a desacelerarse en junio, a octubre acumula una suba del 7,5%. Para Navent, es esperable que el valor de los inmuebles termine quedando estancado por un tiempo, que no caigan pero tampoco suban significativamente.
Pepe consideró que la caída del costo de la construcción en dólares puede ayudar pero que no alcanza con eso. Apuntó que hoy el costo promedio para construir un m² es de algo más que US$ 700, cuando antes de la corrida era de US$ 1.150. “Esto va a ayudar un poco a motivar a los inversores, pero necesitamos un shock de confianza de parte del Gobierno para creer que esto funciona. Que el dólar se mantenga mucho tiempo”, concluyó.
